No encuentro mi lugar en el mundo como sumiso. Puedo entregar todo y aún así las cosas que necesito nunca van a estar allí: comprensión con la circunstancias, amor, una vida sexual plena. Destroza mi existencia, mis sueños y mis ilusiones saber que no existe un lugar dónde quepa.
Porque racionalmente no quepo. Soy padre de un niño en circunstancias menos que óptimas y por el que tengo que ver, que lleva prioridad en mi esfuerzo. Esa paternidad además la he tenido negada por muchos años y el intento de tener una vida en familia fue destrozada por ese caos
¿Servir? Para eso vivo. Para servir a todo mundo. A gente que me da un poco de cariño que mendigo le puedo dar joyas; y al final nunca soy prioridad. Soy simplemente el amigo que aprecian porque le ayuda y está allí.
Estoy abandonando una relación hermosa. Ella era mi Ama y yo su sumiso. Y esperé 2 años. No hubo nadie más, no hubo relación sexual. Ella jamás quiso avanzar. ¿Quién era yo allí? Un proveedor de dinero a cambio de un poco de compañía.
Yo me comprometía y Ella no necesitaba darme nada. Eran simplemente compromisos que yo tomaba por fe. Fe y esperanza que algún día eso llegara a algún lado. No va a ningún lado y estoy triste y desesperanzado de hacerme ilusiones en algo que era hermoso y vano.
Y al final lo que soy es un juguete de las circunstancias. y de los destinos. Odié la soledad de toda la vida. Escribiré más de ello después. Y por esa soledad cualquier trato sonaba convincente.
Los otoños boreales son particularmente difíciles para mí, el frío, la falta de luz y el ambiente nostálgico, incluso mi cumpleaños sólo me recuerdan lo inmensamente sólo que estoy. En los pasados años han sido caos absolutos.
Este año será diferente. No espero ya una relación #femdom, de dominación femenina y sumisión. No quiero compañía. Quiero simplemente abrazar mi soledad, ahorrar lo más que pueda por si se avecina un colapso. Y disfrutar las cosas que me gustan hacer.
Si la soledad es una condena, es mejor que sea transparente y no llegue con la esperanza de que en algún momento va a acabar. Estoy condenado a eso. No quiero falsas esperanzas.
Quiero afrontar la crudeza que fuera de cierta inteligencia, capacidad de proveer y generosidad soy una persona fea, gorda, destrozada por el servicio a muchas personas y cuyas circunstancias le impiden ser querido y deseado en pareja.
Mi realidad es esa y no puedo siquiera darme el lujo de darme un tiro en la cabeza porque soy esclavo y proveedor, y tengo obligaciones. Y hoy, en esta noche triste que escribo, deseo solo otras 10 gotas de clonazepam para no despertar en un buen rato.
Porque al despertar voy a enfrentar otra vez la soledad. Y otra vez tendré que verla como mi condena y mi acompañante, la que me ha hecho crecer y disfrutar lo que soy yo. Y tendré otra vez una oportunidad de despertar y querer amarla.
Y después de estos días de descanso volver a trabajar, como Sisífo, subir la piedra una y otra vez con el fin de que caiga el dinero de la nómina y pueda dispersar los pagos de otros que disfrutan esa riqueza. Aunque no le veo sentido a absolutamente nada.
Destrocé mi vida sirviendo. Y ese deseo sigue latente. Y se vuelve un anhelo que me quema. No quiero más, sólo quiero olvidar. Deseo a veces por un momento olvidar todo lo maravilloso que he vivido como sumiso y olvidar que eso soy.
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Y no sé cómo despedirme de ti. Y lo escribo ahora, con insomnio, a la nada.
No sé cómo despedirme de ti porque obviamente te sigo amando y eres una de las personas más maravillosas que han pasado por mi vida. Pero no puedo más. No puedo darte más de mi vida.
Nunca quise que las cosas fueran simétricas, no me interesaba. Pero la asimetría ya es insoportable. Para mí, tú eres el universo. Para ti, apenas soy un amigo útil.
Y pensé que podía soportarlo, mas no puedo. Perdón.
Y no sé cómo decirte que ya no soy tuyo. Que decidí pertenecer a la soledad que es terrible pero menos cruel que la esperanza de alguna vez ser algo contigo. Que llevo años aprendiendo a convivir con la soledad y que me di cuenta que estar contigo me hacía sentir aún más solo,
Ser sumiso es parte de mi sexualidad; en muchos sentidos es mi sexualidad. No me atrae sexualmente una mujer que no sea dominante; y Ella no me dominaría exclusivamente por ser mujer, sino por tener carácter, templanza, generosidad, empatía, compasión, virtudes y habilidades...
que me hagan someterme ante Ella y desear ser suyo. Y claro que Ella me vea y decida elegirme como suyo. Todos los intentos de intentar algo diferente en mi vida como vida sexual han fracasado.
Me frustra mucho la idea de una relación de dominación femenina en castidad permanente. Como si las necesidades sexuales que surgen como sumiso no fueran válidas. Alguna relación que tuve fracasó por eso. Todo era maravilloso pero jamás podía haber sexo.
Me impresionó tremendamente este hilo. Tanto que decidí escribir así fuera para nadie, pero sin guardarlo para mí, los destrozos emocionales que la sumisión ha causado en mi vida. #femdom#dominacionfemenina#sumisión
Es terrible que existan mujeres jóvenes que piensen que la entrega pueden ser unos cuantos miles de pesos, euros o dólares. Cuando para muchos de nosotros lo que entregamos es la vida y el alma en ello, el dinero siendo el menor de los accesorios.
Y es por eso que lo que aspiramos no es a ser tratados como basura humana, hombres desechables, esclavos. Que lo somos en el día a día, en cada trayecto al trabajo, en cada esfuerzo y en cada acción que hacemos en sociedad desde la cuna hasta la tumba.