#TalDiaComoHoy de 1340 se libra la Batalla del Salado. Fue las batallas más importante del último tramo de la Reconquista. En ella, las fuerzas de Castilla y Portugal derrotaron a los benimerines, último reino magrebí que trataría de invadir la península ibérica. 
La victoria en esta batalla extendió un gran entusiasmo entre el cristianismo europeo. Se abría el estrecho de Gibraltar para los cristianos, uniendo el Mediterráneo y el Atlántico, sin mediación musulmana. Además de parar las ansias fundamentalistas de los benimerínes.
Alfonso XI mandó al papa Benedicto XII una pomposa embajada, portadora de muy valiosos regalos procedentes de parte del botín conquistado a los moros, además de veinticuatro presos que portaban las banderas que habían caído en manos de los vencedores.
Alfonso IV de Portugal tuvo tan decisiva aportación en el lance que quedó en la historia con el apodo de «el Bravo». Esta batalla, en mi humilde opinión, ha sido frecuentemente infravalorada.
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