Thread by @vsip_

Tengo la teoría de que, gracias al AVE y la pandemia, #Valencia tiene el potencial de convertirse en el mayor destino de una deslocalización nacional de los servicios de alto valor añadido. Pero no se está explotando. (HILO).

Me va a salir un hilo largo. Creo que hay 3 factores relevantes:

(1) Extensión del concepto metropolitano de Madrid a algunas ‘ciudades AVE’.

(2) Popularización del teletrabajo.

(3) Ahorros salariales e inmobiliarios para las empresas en Valencia frente a Madrid.

(1) El AVE ha cambiado la geografía humana española, generando un efecto de metropolitanización frente a Madrid en algunas ciudades pequeñas. Ha podido ser negativo en casos como Valladolid. O muy positivo en el caso de Puertollano y Ciudad Real.

Valencia está en un umbral de distancia y tiempo de viaje en el que sufre ese riesgo. Solo su tamaño y relevancia económica ponderan la relación entre ambas ciudades. EMO, el efecto global es positivo para Valencia porque la sitúa en el hinterland de Madrid, pero sin dependencia.

En Europa hay otros ejemplos similares. La conexión de alta velocidad entre Bruselas y París se ha criticado a veces por generar ese mismo efecto. La pendularidad entre Valencia y Madrid se hace muy viable con casi 50 trenes al día entre ambas.

(2) La pandemia ha popularizado el teletrabajo y las reuniones telemáticas. Eso resta mucha importancia a la presencia física de *todos* los trabajadores en una única macrosede empresarial.

(3) Costes salariales e inmobiliarios.

Hay un fenómeno reciente de deslocalización del «back office» de las empresas de servicios de alto valor añadido (abogacía de los negocios, banca, seguros, consultoría, IT, etc.) en ciudades más baratas. Se ha hablado mucho en Londres.

Por ejemplo, despachos de abogados londinenses que deslocalizan sus departamentos de gestión del conocimiento o los que realizan tareas masivas en ciudades más baratas de Escocia.

Valencia podría optar a captar esas deslocalizaciones: distancia-tiempo a Madrid y coste de la vida

Obviamente, Valencia presenta algunas ventajas para ese plan:

# Buena calidad de vida
# Buena imagen de ciudad
# Capacidad de resultar atractiva para el talento
# Coste de la vida más bajo
# Buenas conexiones aéreas con toda Europa y ferroviarias con Madrid y Barcelona.

Pero, en mi opinión, este fenómeno no se va a dar porque ahora mismo los inconvenientes en Valencia superan a las ventajas:

# Fiscalidad (los profesionales más senior podrían perder decenas de miles de euros en IRPF).

Sigue…

# Escasez de viviendas pequeñas (aunque los precios de la vivienda son más moderados que en Madrid, la falta de vivienda de pequeñas dimensiones encarece la vida a los profesionales jóvenes).

Y sigue…

# Escasez de oficinas de calidad.

Directamente *no existen*. Las empresas tienen serias dificultades para encontrar oficinas en Valencia que presenten características de calidad y representatividad suficientes.

Si Valencia quiere optar a ser un polo alternativo de la nueva centralidad de España, tiene que focalizarse en: (1) fiscalidad más atractiva, (2) favorecer nuevos desarrollos terciarios representativos, (3) ofrecer alternativas de vivienda de calidad.

Y recuperar su imagen.

En los últimos años, Valencia ha perdido su imagen de ciudad moderna y próspera, en favor de la idea de una burocracia creciente, inseguridad jurídica y riesgo de contagio de la crisis catalana. Valencia se ha barcelonizado, en el peor sentido.

Ese hueco lo ha ocupado Málaga.

Propongo: bajar el IRPF y el ITP para equipararse con la Comunidad de Madrid, recuperar proyectos terciarios (oficinas en la Marina o en la parcela de las torres de Calatrava), incentivar la imagen de la ciudad como destino de negocios y reducir la superficie mínima de vivienda.