No recordamos a superhéroes de Marvel, ni a seres perfectos, sino a personas que -con sus luces y sombras- se dejaron transformar por Dios.
Tras las caídas siempre se levantaban para seguir a Cristo. Su corazón llegó a latir al unísono con el del Señor. #TodosLosSantos
A veces hemos mitificado tanto a los santos (parece que han nacido en una peana, no pecaban nunca, estaban siempre con los ojos vueltos y haciendo milagros constantemente) que se nos olvida:
-La centralidad de Dios, en sus vidas y en la nuestra.
-Que eran personas de carne y
hueso, con todo lo que eso implica, pero enamoradas profundamente de Dios.
-Que la vocación a la santidad es la propia de todos nosotros, no el premio reservado para unos pocos.
-Que la clave de la santidad consiste en poner el acento, no en nosotros, sino en Dios.
-Que Los Santos no son inalcanzables, sino modelos de vida —por cuanto que son modelo de seguimiento de Cristo— y amigos nuestros, dispuestos a socorrernos en nuestro peregrinaje terrenal. No olvidemos que somos familia, y así los debemos tratar.
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Hay quien sigue obcecado con el C14, pero obvia toda la documentación científica de primer nivel que desacreditan los datos obtenidos.
Hay quien insiste que es un fraude medieval, pero obvia dos cosas: 1) ¿Qué sentido tiene hacer una imagen en la Edad Media si solo podrá verse
con la tecnología del s XX? Vaya fraude más raro. 2) ¿Con qué técnica medieval fue hecha? ¿Cómo es posible que nosotros, con toda nuestra tecnología, hayamos sido incapaz de replicar la imagen impresa?
¿Cómo explican en la Edad Media un conocimiento anatómico preciso de la crucifixión (por ejemplo, que aparezcan los clavos en las muñecas), cuando incluso hoy se sigue representando —erróneamente— los clavos en las palmas de las manos?
Personalmente, creo que la Síndone es auténtica, pues si se analizan con seriedad los datos científicos sobre ella es la conclusión más razonable (incluida la controversia del C14). Con todo, mi fe no se fundamenta en esta tela, sino en la Resurrección de Cristo.
Prueba de ello es que nosotros, con toda nuestra tecnología, solo incapaces de replicar la Sábana en todos sus elementos constitutivos. Incluso para aquellos que la consideran un fraude medieval… tienen que enfrentarse a esta dificultad.
Comprendo que haya quien no acepte su autenticidad, lo que no entiendo es que en lugar de acudir a argumentos se dediquen a repetir absurdos (como que es una pintura de da Vinci) o se limiten a descalificar y a reírse de ella… sin exponer argumento racional alguno.
Como nos recuerda el Concilio Vaticano II, la Tradición —que procede de los Apóstoles— progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo.
Los que solo reconocen la teología y Magisterio hasta/desde un punto, están negando la asistencia del ES y rompiendo la comunión.
De modo que si encuentras a alguien que no reconoce lo enseñado por el CVII (otra cosa es señalar las desviaciones de la recepción en la época posconciliar), considera que el Magisterio posterior es “confuso” —y en consecuencia se ve en la obligación de corregirlo—, desprecia la
teología católica posterior al CVII… por más apariencia de católico que tenga —por supuesto, el resto fiel, los de pedigrí— esa persona ha decidido bajarse de la Barca de Pedro.
No es la primera vez, y me temo que tampoco la última, que esto ha pasado en la historia.
La Sagrada Tradición, ¿es dinámica o estática? ¿Puede progresar o no?
Veamos que nos dice la constitución dogmática Dei Verbum, en el número 8 (Concilio Vaticano II) 👇🏻
«Esta Tradición, que deriva de los Apóstoles, progresa en la Iglesia con la asistencia del Espíritu Santo: puesto que va creciendo en la comprensión de las cosas y de las palabras transmitidas, ya por la contemplación y el estudio de los creyentes, que las meditan en su corazón,
ya por la percepción íntima que experimentan de las cosas espirituales, ya por el anuncio de aquellos que con la sucesión del episcopado recibieron el carisma cierto de la verdad.
Amigos, os dejo la entrevista completa que, con ocasión del libro que me publica @LoyolaGC, ha tenido a bien realizarme José Luis Celada para @Revista_VN.
Para aclarar un poco el titular que han seleccionado —porque conozco el “paño tuitero” 😁— decir que la frase literal es: “los teólogos corremos el riesgo de dedicarle mucho tiempo a contestar preguntas que nadie se hace —lo cual es necesario—, pero la reflexión teológica…”
Me refiero a que nos puede pasar aquello del Tabor, quedarnos unos pocos maravillados con el Misterio (escribir y hablar solo en un lenguaje técnico para expertos, publicaciones de alta investigación… que insisto, es algo absolutamente necesario) pero el Señor nos pide descender