8.50: Lo podemos arreglar, tú también me echas de menos.
8.52: Yo te echo de menos, venga, vamos a hablar.
9.02: Te he vuelto a llamar, por favor.
9.37 Que lo cojas.
9.40 No me jodas, ¿o estás con alguien?
9.43 Estás con alguien y por eso no lo coges, ¿no?
9.44: Por eso me dejaste, no por lo demás.
9.45: Hay que ser puta, porque eres una puta, me engañaste.
10.10: No quería decir eso, perdón, de verdad. Va, coge y hablamos.
10.15: Espero hasta que quieras hablar.
10.52: Puedo fundirte el teléfono, me da igual, quiero verte, tenemos que hablar.
10.55: Venga coño, no seas zorra.
Son 15 de los cientos de mensajes que Ana R. recibió solo ese día, un miércoles de primavera de 2017. De su ex. Tenía 26 años y había llegado al límite de una relación que había durado apenas un año y en la que no hubo gritos ni peleas sino "un pasotismo total".
El problema vino cuando le dejó. "Se volvió medio loco". Le abrió un perfil falso de Instagram, la acosaba por redes, le mandaba fotos de su pene... Ana no denunció porque en aquel momento pensó que "no había nada que denunciar" porque no había habido violencia física.
Ahora dice que sí, que sabe que ahora lo que hizo aquel ex es un delito tras la entrada en vigor de la ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual. La ley del 'solo sí es sí' ha incluido de forma específica cuestiones relacionadas con una violencia digital.
"Puede parecer invisible y eso hace que en ocasiones también parezca inocua, pero no lo es", contó Carlos Martín, guardia civil que lleva dos décadas buceando en la ciberviolencia de género. Tres de cada cuatro mujeres la han sufrido, según la ONU.
Se ha ido extendiendo con la implementación casi completa de internet, el uso masivo de las redes sociales, la entrada a estas cada vez más temprana, una reducida o escasa educación sobre el sexo y las relaciones, y un acceso a la pornografía que se adelanta hasta los ocho años.
Una mezcla de elementos que impacta desde la infancia. "Mientras crecemos se producen una serie de cambios que regular cognitivamente, ver lo que pasa en el mundo, y es un proceso que vamos haciendo, o deberíamos, con acompañamiento, con figuras parentales o educativas..."
"...La tecnología lo que hace es introducirse en esos procesos de socialización y alterando los inputs", apunta el doctor en Sociología y experto en jóvenes y pornografía, Lluis Ballester.
Grooming, sexting y sextorsión, spyware... Delitos perpetrados con el objetivo de tener un control absoluto sobre la víctima. El control en el que se basa y estructura la violencia machista, de la vida offline a la online.
Javier León de la Riva habló de los morritos de Leire Pajín en 2010. Josep Sort el año pasado llamó "puta" a Ada Colau y José María Sánchez "bruja" a Laura Berja. A Bibiana Aído, la primera ministra de Igualdad, Hazte Oír le dijo genocida por su defensa del derecho al aborto.
Desde que hay mujeres en política, hay resistencia. Más cuanto más salgan del patrón histórico. Según un estudio de la @IPUparliament de 2016, el 65,5% de las parlamentarias encuestadas dijeron haber sido el objetivo de comentarios sexistas humillantes. Varias veces o a menudo.
Decía ese informe de la @IPUparliament que eso "desalienta a
las mujeres que hacen o desearían hacer política, se dificulta considerablemente el acceso de estas a los puestos de liderazgo y se socava su determinación de cumplir el mandato para el que han sido elegidas".
¿Cuántos puteros hay en España? ¿Quiénes son? ¿Por qué lo hacen? La realidad es que los análisis en profundidad son tan escasos y la mayoría, antiguos, la realidad tan compleja y la sociedad tan cambiante que hay pocas certezas. Pero hemos intentado hacer una aproximación 👇🏾
La estimación que se hace es que alrededor de un millón de españoles han pagado por sexo en el último año, un 5% de la población masculina. Pero es eso, una estimación, porque la mayoría de datos se basan en una cifra de 2003, es decir, de hace casi veinte años.
Sobre el perfil, expertas e investigadoras consultadas para este reportaje aseguran que no hay uno determinado: cualquier ideología política, cualquier lugar, cualquier renta, cualquier nivel educativo, cualquier edad.
Alguna vez ocurre, pero no es lo habitual. Quienes violan y lo hacen en grupo, suelen ser hombres jóvenes, muy jóvenes a veces. Hace una década, la media de edad estaba en 25 años; la de los agresores indivuales, en 33. ¿Por qué ocurre esto? Lo hemos intentando explicar 👇🏾
Primero, hay que distinguir entre elementos facilitadores y nucleares de la violencia sexual.
Nucleares: la razón por la que se da, la identidad construida sobre los referentes de siempre.
Facilitadores: ayudan a que se dé, como la pornografía o la falta de educación.
Esto, me explicó @Miguel__Lorente, "es una conducta que satisface necesidades no sexuales: no es sexo, es poder". A veces, los agresores tienen pareja, pero la violación sacia lo que no cubren sus relaciones "normales".
No tienen arrebatos ni trastornos excepto en casos residuales (6%), no hay un perfil determinado. ¿Cómo son los hombres que asesinan a sus hijos o a sus hijas con la única intención de hacer daño a las madres? Esto dice el primer informe de violencia vicaria extrema en España 👇🏾
Explica Sonia Vaccaro –la psicóloga forense que acuñó el término violencia vicaria dentro de la violencia machista en 2012– que prefieren "no hablar de perfil" si no es el de "un hombre sano y machista, que no quiere perder el control sobre la mujer, que planifica el crimen..."
"...no es un arrebato sino que ataca con lo que tiene a mano, los objetos que considera de su propiedad". Los hijos. En esa violencia, los menores son considerados instrumentos: "Por eso no se puede disociar la violencia machista de la vicaria, porque existe esa concausalidad".
Me avisa @quiquepeinado de que corre por ahí que PornHub tiene una categoría nueva: "Ukrainian girls and war rape videos". Me extraña, lo busco, lo busco con VPN también. Y no, PornHub no tiene esa categoría nueva. Y si la buscas específicamente, te salta este aviso
¿Por qué me extrañaba? Porque en diciembre de 2020, este artículo de @NickKristof en @nytimes hizo que PornHub revisara su contenido, cambiara algunos protocolos y eliminara millones de vídeos. Pasó de tener más de 13 millones a algo menos de tres.
La cuestión no era tanto que la web porno 'permitiese' contenido en el que había menores o violencia sexual —los eliminaba cuando eran alertados—, sino que sus filtros de subida no eran los correctos y un vídeo eliminado previamente por su contenido podía volverse a subir.
En ese puticlub de Listanco trabajaba Mila, como camarera. El sábado tendría que haber llegado a media tarde. Y hacia allí salió, desde su casa en O Carballiño, sobre las cuatro, en pijama y caminando por la autovía, bajo la lluvia. Pero no terminó de recorrer esos 7 kilómetros.
Su cadáver apareció el pasado domingo, de madrugada, dentro de un contenedor del punto limpio de su pueblo, con “numerosas contusiones”, según explicaron los investigadores. En ese trayecto ocurrieron dos cosas, una que se conoce y otra que no.
La que se conoce es que en esa caminata por la autovía unos agentes de la Guardia Civil la recogieron. Estaba desorientada y la presencia de los agentes la alteró y asustó e intentó escapar. Llamaron a una ambulancia y la llevaron al centro de salud.