Un conjunto de 28 denarios de plata romanos y un lingote, junto con otras piezas halladas en Reino Unido con detector de metales, desaparecen misteriosamente antes de ser analizados por el Museo Británico.
El suceso ha tenido lugar en Rutland, Lancashire. Las piezas estaban depositadas en el museo provincial a la espera de ser analizadas por los técnicos del Museo Británico. Ellos se encargan de declarar si son lo suficientemente relevantes como para considerarlas Tesoro Nacional.
Al solicitarlas, se ha descubierto que faltan estas y docenas de piezas más junto con su documentación, todas ellas procedentes de hallazgos con detector de metales.
La falta de control y seguridad ha hecho que una persona no identificada los haya sustraído sin ser detectado.
Y es que ahí está uno de los grandes errores del sistema inglés que promueve el uso de detectores de metales por personas no profesionales y sin relación con el mundo de la investigación arqueológica.
La cantidad de hallazgos va en aumento mientras el sistema colapsa por varias partes a la vez al no poder hacer frente a tantas piezas.
Los objetos pasan meses depositados en instituciones locales que no pueden hacerse cargo de ellos por falta de personal y financiación.
Una de las críticas más importantes que ha recibido este sistema desde que fue inaugurado en 2003, es que da rienda suelta al expolio, puesto que muchas personas con detector de metales campan impunemente para luego no comunicar los hallazgos realizados.
Otro nivel más de expolio que se añade al que se produce por extraer los objetos de la tierra en la mayor parte de los casos sin ninguna metodología o control arqueológico que permita conservar su contexto.
Un doble expolio patrimonial.
Así, con suerte, lo que quedan son solo objetos descontextualizados que, muchas veces, son únicamente vistos como “tesoro”. ¿Puede que en algunos casos hayan sido usados en investigaciones académicas? Si, pero en su mayor parte solo quedan como un objeto más.
Una visión que nos recuerda a esos antiguos museos que eran poco más que almacenes de objetos uno tras otro. Objetos que no ayudan a explicar la vida de las personas que los usaron que, al fin y al cabo, es lo que deberían hacer.
Y a todo esto le sumamos que, un caso de robo como este, hará que muchas más personas no comuniquen sus hallazgos por miedo a quedarse sin el “premio” (ya sea dinero o las propias piezas)
A la larga, el sistema inglés es una trampa para el patrimonio que fomenta el expolio.
Incluso si las piezas llegan a ser evaluadas, la mayoría no se consideran lo suficientemente importantes. Las que sí los son, deben entonces (ojo a esto) ¡ser compradas! (Algo increíble teniendo en cuenta que en otros lugares esos objetos ya serían de titularidad pública)
En muchos casos son documentadas de forma somera y quien las encuentra pasa a ser su dueño, haciendo que aún más gente se una al sistema. Comunicando los hallazgos menos relevantes para mantener una falsa sensación de regularidad y, en muchos casos, callando los más importantes.
O, en algunos sonados casos, como el Crosby Garrett, un casco de bronce de desfile de caballería romana único, acaban irremediablemente vendidos en subasta al mejor postor sin que el estado inglés pueda hacer frente a los más de 2 millones de libras que alguien pagó por él.
Fue descubierto en 2010. El museo de Carlisle se vio obligado a participar como un pujador más en la subasta de Christie’s y, lógicamente, no pudo hacer frente al pujador anónimo que se adueñó de él.
En otro país quizá el casco estaría en una colección pública.
O todavía debajo de la tierra, que no le pasaría nada por seguir unos cientos de años enterrado, por supuesto.
No lo habríamos visto nosotros pero, ¿es eso mejor a que ahora esté en manos privadas sin que nadie haya podido evitarlo legalmente?
En resumen, el robo de estas monedas descontextualizadas es solo un ejemplo más de cómo se cimenta otro peldaño en esta escalera de bajada al averno que es el sistema inglés que, con el paso del tiempo, se revela como un error que ahora ya no tiene solución.
Hasta aquel momento Roma no se había topado nunca con un enemigo tan extraño como el de esta historia…🐝
Sígueme en este #HiloRomano para descubrir cómo un enjambre de abejas estuvo detrás de la derrota militar que a punto estuvo de costarle la vida a Publio Cornelio Escipión.
Por norma general, las abejas eran muy apreciadas por lo romanos. Especialmente por su miel y porque, como nos recuerda Plinio el viejo en su Historia Natural (XI, 5) son los únicos insectos nacidos en interés de los humanos.
También las admiraban porque tenían una jerarquía social bien ordenada, por su capacidad de sacrificio —muriendo al clavar su aguijón—, su incansable trabajo en favor de la comunidad y su férrea disciplina militar.
En 1895 se descubrió en el subsuelo de Pamplona una estatua de bronce romana espectacular.
Poco después desapareció sin dejar rastro.
Sígueme en este #HiloRomano para conocer la increíble historia de cómo ha sido redescubierta ahora después de llevar más de un siglo perdida.
En este hilo es muy importante que llegues hasta el final porque te voy a pedir que mires una imagen que se corresponde con otra pieza hallada con el togado y que sigue desaparecida.
Quién sabe si, entre todos, conseguiremos localizarla…
Dicho esto, empezamos.
El hallazgo del llamado “Togado de Pompelo”, se produjo en la Calle Navarrería, en pleno centro de Pamplona.
Esta sería la zona en la que se encontraba el foro de la ciudad romana de Pompelo, fundada por el general Pompeyo hacia el año 75 a. C.
El 20 de noviembre del año 284 Cayo Valerio Diocles, un hombre con un bajo nivel social de nacimiento, cambió su nombre por Diocleciano y fue proclamado Emperador matando al asesino de Numeriano, su predecesor.
Diocleciano promulgó en el año 301 el Edicto de precios máximos, que regulaba la economía de un Imperio con una moneda altamente devaluada.
El Edicto de precios de Diocleciano fijaba los precios máximos de más de mil objetos, servicios y sueldos y así paliar la inflación.
Hoy en el año 326 se consagró la primitiva basílica de San Pedro en la colina Vaticana de Roma por mandato del emperador Constantino I.
En esta restitución 3D creada por mi compañero @par_virtual de @3dStoa podemos ver el aspecto que pudo tener la basílica de San Pedro en el periodo de Constantino.
@par_virtual@3dStoa La basílica de San Pedro se construyó sobre el lugar en el que había estado el Circo de Nerón donde habría sido martirizado San Pedro. Junto a él se encontraba la Via Cornelia, un camino sepulcral en el que estaría la tumba de Pedro.
Que los dioses nos ayuden a mantener vivo este increíble lugar que es twitter.
Pero, por si quieres más, aquí va una lista de lugares en los que también puedes encontrar contenidos romanos de Antigua Roma al Día.
En youtube, donde comparto mis viajes para mostrarte los lugares más increíbles del mundo romano. Es un canal que he reactivado hace dos meses y ya somos 30.000.
Nuevo video cada dos semanas (aunque si me seguís muchos, subiré el ritmo… 😏) youtube.com/@antigua_roma
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Hoy en el año 42 a. C. nació Tiberio, sucesor de Augusto en el recién establecido principado. Las fuentes nos cuentan que tuvo grandes aciertos en su gobierno, pero también grandes errores como persona.
#SabíasQue la primera aparición pública de Tiberio fue en el año 32 a. C., con tan solo nueve años, para pronunciar el elogio fúnebre de su padre biológico.
Según varios autores clásicos, en sus últimos años Tiberio se aisló completamente en el palacio imperial de la isla de Capri y dio rienda suelta a su lujuria pedófila. La realidad seguramente diste mucho de esta afirmación.