Como enseñanza de esta manifestación popular, la más grande de la historia Argentina, me quiero quedar un deseo.
El deseo de seguir evolucionando como sociedad entendiendo cómo aislar al rencor. Hacerlo a un lado, marcarlo, dejarlo solo. Todos estos años se camuflaron entre nosotros pretendiendo contagiarnos de su frustración. Gente llena de sombras, de odio. Cómo hablarles de nuestro amor
¿Podés entender a ese grupo de energúmenos negando a Messi? Las cosas que le dijeron, los dardos que le tiraron? Lo que sufrió Lio. Pecho frío le dijeron, traidor, cipayo español. Traidor a la patria al mejor embajador argentino que existió. (...)