Como enseñanza de esta manifestación popular, la más grande de la historia Argentina, me quiero quedar un deseo.
El deseo de seguir evolucionando como sociedad entendiendo cómo aislar al rencor. Hacerlo a un lado, marcarlo, dejarlo solo. Todos estos años se camuflaron entre nosotros pretendiendo contagiarnos de su frustración. Gente llena de sombras, de odio. Cómo hablarles de nuestro amor