"Se habla mucho de Cristiano Ronaldo, pero Fabio Paím es mucho mejor que él", aseguraba Aurelio Pereira, 'descubridor' de CR7, Futre, Figo, Nani, Quaresma o Simao.
"Si creéis que yo soy bueno, esperad a ver a Fabio Paím", decía el propio Ronaldo en 2003. ¿Qué sucedió con él?
De estrella juvenil a terminar en prisión acusado de tráfico de drogas en 2019. Paím ingresó a los 7 años en la academis del Sporting Portugal y tuvo siempre una vida complicada por el entorno que le tocó y porque a partir de los 20 años se convirtió en adicto al alcohol.
Fabio Paím era la gran esperanza de la cantera del Sporting y de Portugal. Tanto, que pese a tener 16 años, fue incluido en la prelista de Portugal para la Euro 2004 por Scolari. Finalmente no pasó el corte, pero no había dudas de que aquel chico era el futuro del país.
"Siempre pensamos que iba a ser mejor que Cristiano Ronaldo", admite Luis Martins, entonces coordinador del Sporting. "Estuve una semana trabajando con la academia del Real Madrid y ellos me preguntaron por Fabio y me dijeron que lo seguían y estaban interesados".
Cuando tenía solo 11 años, era el glan reclamo de los equipos rivales. 'Aquí juega hoy Fabio Paím, el niño prodigio', rezaban los carteles que anunciaban cada día que él jugaba en un pueblo distinto con su equipo. "Me sentía como un payaso", admitiría años después después.
Fabio se crió en una familia humilde, con pocos recursos. A veces, no podía ir a entrenar, por lo que el propio Sporting le habilitó un cuarto con una cama en las instalaciones del José Alvalade para que viviera allí. Otras veces, le llevaba el padre de Daniel Carriço.
En aquellos partidos de inferiores, siempre marcaba goles regateando a todo el equipo rival. "Para mí era fácil hacerlo. Era natural. Lo hacía casi en cada partido hasta los 15 años y de manera habitual, pero menos, ya en el equipo juvenil. Incluso en derbis contra Benfica".
Cuando cumplió 13 años y estaba cerca la primera llamada internacional (Sub15), tanto Angola como Francia, pues tenía antepasados en ambos países, trataron de convencerle. En cambio, él siempre quiso jugar con Portugal. Lo hizo a los 14 años, con la selección Sub16.
Todo se empezó a torcer al firmar su primer contrato, con 16 años. Paím tenía amistades de dudosa reputación debido a haberse criado en un barrio conflictivo de Lisboa. Llevaba una vida de pandillero, aunque él se mantuviera al margen de todo ello. Al final le acabó salpicando.
Son sus primeros sueldos llegó a comprar 10 coches de lujo (en 4 años). Y eso que hasta los 18 no podía conducir y solo los tenía en el garaje. Ganaba 20mil euros al mes (primas aparte) y casi no le quedaba nada. Coches, mujeres y fiestas. Su abecé. Su rendimiendo empeoró.
Empezó a faltar a entrenamientos. A veces llegaba tarde y cansado. No rendía. Y solo malgastaba su dinero. "Hubo muy poca gente que me quiso ayudar. Pero yo tampoco quería que me ayudaran. Debían saber que yo era un crío. Era como un niño al que le había tocado el Euromillón".
Así pasaron los años, hasta tener 19 y no haber debutado como profesional. Había pasado en 3 años en casi jugar una Eurocopa absoluta a ser una eterna promesa. Se marchó entonces a jugar en Segunda División, al Paços Ferreira, donde después de unas pocas semanas llegó la luz.
El Chelsea de Scolari le quería. El técnico le conocía de aquel Stage con la selección. Sabía de su potencial si se centraba. Llegó a Londres como cedido, pero pese a entrenar con el primer equipo, él jugaba en el filial, que aquel año no competía en la Liga de Reservas.
"Yo necesitaba jugar con regularidad. Me encontraba bien. Pero allí solo era posible en algunos amistosos". En realidad, él no quería estar en el Chelsea. Ansiaba regresar a Lisboa. El sueño de su vida era jugar con el Sporting Portugal. Aunque fuera 1 solo partido. Nunca se dio.
"No sé por qué. Cuando volví, me mandaron cedido a un 3ª División". El cambio fue muy difícil de digerir. Se sintió perdido y empezó el camino definitivo a la perdición. No fumaba ni consumía drogas, pero a los 20 años probó el alcohol y esa fue realmente su perdición.
"Vivía en un barrio donde todo eso era lo normal. Lo veía a diario. No era buen mundo, yo lo sabía, pero era parte de mi entorno, y en definitiva parte de mí". Encontró en la botella una vía de escape que terminó por enterrar su sueño de tener una carrera como futbolista.
Perdió todo su dinero. Los que se habían acercado a él por su fama, le abandonaron. Se sintió estafado y engañado. "Era un payaso de circo. A veces es como me sentía. Todo el mundo me quería ver, disfrutar y asombrarse, pero nadie me ayudaba. Y eso a mí no me hacía bien".
"Sé que tengo talento. Que siempre lo tuve. Y eso es importantísimo. Pero no físico. Ni formación. Nunca nadie me ayudó a mejorarlo ni me enseñó a trabajar. Querían que saliera, jugara, me regateara a todos y ganáramos. Y eso no funciona así".
Cree, en cambio, que nunca podría haber llegado a estrella porque nunca podría haber soportado la presión de los focos. "No podría tener la vida de Cristiano Ronaldo. Es demasiado buena para mí", admite un jugador que ha estado 'perdido' por Malta, Luxemburgo, Qatar o Lituania.
Con 30 años le encontraron un problema de corazón, por lo que tuvo que abandonar el fútbol, aunque más tarde volvió. Quería jugar hasta los 40 y morir joven. "Morir con 50 años estaría bien. Incluso ya he dejado escrito cómo quiero que sea mi funeral. Será una gran fiesta".
Pero tuvo un problema. En 2019 fue detenido y acusado de narcotráfico. "Por mi entorno, conocía a un amigo que quería comprar cocaína y a otro que la vendía. Uno me dio el dinero y el otro la droga y yo las llevé un par de veces. Sabía que estaba mal, pero no la gravedad real".
Pasó 9 meses en la cárcel. Y aquello le ayudó realmente. Cuando salió, comenzó a formarse como entrenador. El Sporting le abrió las puertas de su academia, quizás sabedor de que tiene una deuda con él. Ha creado una fundación que da charlas a chicos en una situación como la suya.
Fabio Paím fue absuelto y liberado de todos los cargos que se le acusaban por falta de pruebas en su caso. Nada más salir, fue recibido por el presidente del Sporting de Portugal, para intentar cerrar una herida que parece nunca cicatrizará.
También volvió a jugar al fútbol, en un equipo de Polonia, aunque la aventura duró unos meses. Tiene 34 años y lleva casi dos años sin equipo. Algún día volverá al José Alvalade. No lo ha pisado nunca desde que se marchó del Sporting porque admite sentiría mucho dolor.
"El mayor dolor de mi vida será no haber podido jugar con el Sporting de Portugal. Miro atrás y veo que con 16 años estaba jugando con Figo y con Cristiano. Y luego nada. Es mi error, yo soy el culpable y llevaré esta carga el resto de mi vida".
Hace unos años, escribí su historia en @SpheraSports
Appie Nouri era una de las mayores perlas del Ajax. Desparpajo, regate y calidad. Pero en 2017, sufrió un infarto, le faltó oxígeno al cerebro y quedó en coma casi 3 años con un daño irreversible. Hoy, aún, sigue en el recuerdo.
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Abdelhak 'Appie' Nouri nació en 1997 en Geuzenveld, un barrio de Ámsterdam donde abrirse paso no es sencillo. De familia marroquí inmigrante en el país neerlandés, se crio jugando al fútbol en la calle, en un campo de fútbol sala destartalado que hoy, por cierto, lleva su nombre.
Su estilo futbolístico era claramente de jugador callejero. Regate, desparpajo, improvisación y balón pisado y pegado al pie. Dormía con las botas de fútbol, y pronto se empezaron a referir a él como 'El soñador de la calle'. Dejaba a todos anonadados pese a ser un renacuajo.
Cardoso Varela era la nueva sensación del fútbol luso. Jugaba en el Oporto. Le querían Barça y Man City. Hace unos meses, antes de cumplir 15 años, desapareció. Hoy juega en Croacia. Su caso es turbio.
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Cardoso Varela debutó con Portugal Sub17 con apenas 14 años. El pasado verano, ya con 15, fue uno de los jugadores que dejaron su sello en la Eurocopa Sub17. Como titular o como revulsivo, sus actuaciones llamaron la atención de los scouters de los mejores clubes del mundo.
Entonces, Varela jugaba en el Oporto. Nacido en Angola, su madre se quedó en el país y la relación con su padre no era del todo cercana. Un agente de futbolistas llamado Wilson Sardinha se ofreció de intermediario para llevar al chico a Portugal y ejercer como tutor legal.
En el año 2000, con 27 años, Al-Saadi Al Gaddafi, hijo del dictador de Libia, decidió que quería ser futbolista. Contrató a Maradona y Bilardo, entrenó con la Juve, jugó en Serie A y acabó suspendido por dopaje. Hoy vive prófugo.
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Saadi Gadafi nació en 1973 y fue el tercero de los ocho hijos de Muamar el Gadafi. Corría el año 1999 cuando, siendo ya presidente de la Federación Libia de Fútbol, se le ocurrió que quería cumplir el sueño de toda su vida: convertirse en futbolista. Podía. Tenía poder y dinero.
En diciembre de 1999, Saadi contrató a Ben Johnson (el velocista triple medallista olímpico y tres veces campeón del mundo que dio positivo por dopaje tras Seúl) para que fuera su preparador personal durante tres meses y ponerse a tono. Junto a él, Lalo Maradona, hermano de Diego
Hilo rápido para entender la situación Thiago Almada-Atleti-Botafogo y las opciones para que el jugador pueda acabar de rojiblanco.
(Según los medios, Botafogo ha rechazado una oferta de 20M€ del Atleti por el jugador argentino).
Agentes, dueños, alianzas, deudas...
Lo primero. Almada es un jugador de la agencia de Agustín Jiménez. Agustín es el agente que lleva a Ángel Correa, Rodrigo de Paul, Toto Salvio y Germán Berterame. Todos ellos han jugado o juegan en el Atleti.
Almada ya estuvo cerca de llegar al Atleti hace unos años.
Lo segundo. John Textor reconoció hace unas semanas que fichó a Almada (al que no conocía) porque se lo dijo un directivo muy amigo suyo del Atleti.
Y que el Atleti estaba interesado en su fichaje, pero que en esos momentos no tenía dinero para afrontar la operación.
⏺️Rechazó al R. Madrid porque le había dado su palabra al Sevilla.
⏺️Abusó de tabaco y alcohol.
⏺️Se retiró con 31... Y volvió con 35
⏺️Sufrió depresión
⏺️Leyenda de aquel Parma y Lazio
Matías Almeyda nunca lo tuvo fácil.
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Cuando tenía 12 años, Almeyda le escribió una carta a Maradona pidiéndole su camiseta. Nunca se la llegó a enviar. Años más tarde, una TV sacó aquella carta y fue Diego quien le acabó pidiendo una camiseta a Matías. "Jamás pensé que le pediría a Dios por River, y lo hice por ti".
Aunque asegura que en inferiores jugaba como delantero y que sus registros no tenían nada que envidiar a Batistuta, 'El Pelado' Almeyda acabó destacando como mediocentro defensivo, de corte, de ida y vuelta, y se retiró con apenas menos de una docena de goles a sus espaldas.
Sebastián Marset es uno de los capos de la droga más importantes del mundo. Buscado por la DEA e Interpol. 'El Rey del Sur' tiene muertes a sus espaldas y juega al fútbol profesional escondiéndose bajo pseudónimos.
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Como un maestro del disfraz, Marset lleva años escapando de las autoridades. Unas veces usando nombres diferentes, otras con sobornos, otras con coacciones. "Siempre quiso ser futbolista", deslizó su abogado. Y utilizó su influencia para ello en diferentes países del mundo.
Idealizando a figuras como Pablo Escobar o el Chapo Guzmán, Marset se autodenominó 'El Rey del Sur' mientras escalaba en la pirámide del narcotráfico a la vez que dejaba una ristra de cadáveres tras de sí y burlaba a las autoridades, de las que siempre iba un paso por delante.