La tesis profesional de Andrés Manuel López Obrador.
¿Está disponible?
¿Es original?
Para zanjar mitos, aquí de una vez se responden todas las preguntas.
(Hilo)
Tras airearse que la ministra Esquivel o su tutora incurrieron en una extrañeza en su tesis de titulación (que pudo ser plagio, o posible compra), hay quien se ha preguntado sobre la posibilidad de haber casos parecidos, incluido el presidente. Aquí un compendio al respecto.
Va lo obvio:
Sí, AMLO se tituló con la tesis "Proceso de formación del Estado nacional en México:1824-1867".
Así obtuvo el título de Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública en la UNAM.
El año de publicación fue 1987.
Su tutora fue Paulina Fernández Christlieb, destacada académica, estudiosa de movimientos como el espartaquismo y el zapatismo y parte de una histórica familia ilustrada vinculada a la UNAM.
(Sus hermanos son Fátima y Pablo Fernández, de la FCPyS y Psicología, respectivamente)
Vamos a la accesibilidad detrás de ese trabajo.
1. La tesis está disponible en físico desde 1987 en la biblioteca correspondiente de la UNAM (Facultad de Ciencias políticas y sociales).
2. La ficha técnica de la tesis está disponible en tesiunam desde su aparición.
3. Los datos generales de la tesis de AMLO y su ubicación en ficha, están digitalizados por lo menos desde 2003.
4. Tesiunam tiene las fichas técnicas de todas las tesis de la UNAM de 1914 a hoy. Empero, sólo las tesis posteriores a 1998 pueden leerse completas, digitalizadas.
5. Hay casos excepcionales, donde se puede acceder a ciertas tesis previas a 1998 porque la UNAM las digitalizó. Es el caso de la de AMLO.
La tesis del hoy presidente está completamente accesible a todo público desde cualquier computadora con internet desde al menos 2010.
Sin más, aquí está completo el archivo de la tesis:
Por lo demás, la tesis de López Obrador, defendida en 1987, fue una investigación con la cual basó parte de los dos primeros libros que publicó en 1986 y 1988: Los primeros pasos: Tabasco 1810-1867 y Del esplendor a la sombra: la república restaurada 1867-1876.
Es decir, la capacidad de investigación de López Obrador está expuesta en documentos y material que data, en físico, desde hace casi cuarenta años, ya sea como tesis accesible en la biblioteca de su facultad o como libros publicados para público en general.
No hay absolutamente ninguna excusa para desconocer esto: lo relativo a la tesis de López Obrador es enteramente público y abiertamente accesible desde hace casi cuatro décadas.
E incluso, es totalmente gratuito acceder a esa tesis desde hace más de diez años.
¿De qué trata la tesis?
Es un estudio histórico en el cual López Obrador sostiene que el proyecto liberal mexicano se labró ideológicamente en un periodo histórico específico, en el S XIX, pero se pudo implantar, con resistencias y tensiones, solamente hasta varios años después.
La tesis es una investigación fundamentalmente bibliográfica.
López Obrador se basa en autores plurales, aunque se observa una inercia hacia el enfoque liberal mexicano y también enfoque materialista no ortodoxo.
Probablemente (y esto sólo puede estar en la cabeza del autor) ese tono se debe tanto a la influencia intelectual de la asesoría de Fernández Christlieb como a que el trabajo de AMLO tiene como una de sus fuentes principales la obra de Jesús Reyes Heroles.
Aunque el tema había sido tratado antes por otros autores, la tesis de AMLO es original y rigurosa.
Las ideas ajenas están debidamente citadas y el número de citas es proporcional al número de páginas.
El estilo es propio de un trabajo académico, y aunque existen diversas erratas de dedo, la lectura es adecuada.
Es un trabajo cumplidor: aunque no abre vetas intelectuales nuevas en la historiografía o ciencia política mexicanas, es bien sustentado y bien redactado.
Antes de titularse, AMLO trabajó en diversos ámbitos de la administración tabasqueña.
Por esa experiencia y por sus investigaciones sobre historia local, más tarde el gobernador González Pedrero nombró a AMLO oficial mayor por su "conocimiento práctico y teórico de la región".
En suma, López Obrador hizo un trabajo que sin ser el más revelador de la historiografía sobre el liberalismo mexicano, sí fue original y suficientemente sustentado.
Eso le dio base a AMLO para tornarse en un especialista riguroso de la historia regional tabasqueña.
Así que no, no hay ni dudas ni sospechas ni asomos de irregularidades ni nada en la tesis de López Obrador.
Cabe decir que esas insidias no son nuevas.
Siempre, y sin sustento, se ha querido poner en duda la capacidad académica de López Obrador.
El 13 de junio de 2006, por ejemplo, el entonces representante del PAN ante el IFE, Germán Martínez, declaró que el título de AMLO era "apócrifo" y que lo iban a denunciar por "usurpación de funciones" al ostentarse como licenciado sin serlo.
El mismo 14 de junio, la propia UNAM, a través de su director de Administración Escolar, Leopoldo Silva, desmintió a Germán Martínez, declaró que AMLO se había titulado y se difundió que su tesis y fecha de titulación estaban accesibles para quien sea en la página de TESIUNAM.
Germán Martínez tuvo la dignidad de ofrecer una disculpa en el programa radial de López Dóriga por haber mentido contra AMLO, porque aceptó que su título y tesis eran genuinos.
Pero pese al desmentido, mucho bobo ha seguido regurgitando la misma idiotez desde entonces.
El 25 de junio de 2018, el porro Fernando García Ramírez, mastín panfletero de Enrique Krauze, publicó en El financiero un artículo donde acusó falsamente a AMLO "de plagio" y de "no escribir sus libros".
El artículo del porro García Ramírez es delirante:
Primero acusa que AMLO plagió a Cosío Villegas... ¡y un párrafo después acepta que el tabasqueño sí citó los libros de Cosío!
Luego lo acusa de "no escribir sus libros"... con base en un libro que AMLO nunca dijo haber escrito.
Probablemente el artículo del porro García Ramírez era parte de la Operación Berlín, operativo ilegal de propaganda sucia y espionaje que él y Krauze encabezaron para tratar de envenenar el debate público con mentiras en detrimento de AMLO como candidato en 2018.
López Obrador es un personaje de contraluces, pero su trayectoria como estudioso de la historia regional del sureste mexicano tiene cierta solidez.
Los documentos y materiales que prueban esto (su tesis y libros publicados cuando era joven, desconocido en política) ahí están.
Existe el meme de "Milénials se enteran..." para hacer mofa de jóvenes inexpertos que conocen algo nuevo para ellos y piensan que son los primeros en descubrirlo y se sienten los más originales en enunciarlo.
Urge un meme parecido que diga "chumeles se enteran" para mofarse de los amlófobos que hoy se hacen preguntas insidiosas sobre "López" para demeritarlo, sin saber que sus preguntas llevan décadas contestadas.
Ejemplo claro: los chumeles que hoy ponen en duda la tesis de AMLO.
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Un grupo de 177 personas firma desplegado para exigir a AMLO que "detenga su hostigamiento a la prensa".
Aquí un recuento histórico de cómo algunos de esos hipócritas firmantes sí han sido grotescos censores de la prensa, o cómplices de censuras.
(Hilo)
Alejandro Hope, firmante, fue funcionario del CISEN de Felipe Calderón, instancia que inauguró el ciberespionaje a periodistas -como reportó Proceso en agosto de 2016-, cuestión que después profundizaría el hampón gobierno de Peña Nieto.
Arturo Sarukhán, quien no es periodista de nada, pero sí fue el embajador mexicano en Washington del gobierno que inició la debacle de seguridad contra periodistas -y en general- en el país.
Pero un buen medidor para saber qué personajes tienen grotescas pulsiones golpistas es el desafuero de AMLO en 2004-2005.
Los perpetradores de esa canallada golpista siguen aún vigentes.
(Sigue hilo breve)
Algunos andan arrepentidos del desafuero, como Creel.
Otros, son panistas o ex panistas que tuvieron en su momento la honestidad de decir que el desafuero era injusto. En ese caso están Espino, Gerardo Priego, Fernando Aboitiz o el ex delegado en Cuajimalpa Carlos Orvañanos...
Ello a raíz de las montañas de evidencia que probaban que el desafuero exigido por la PGR de Fox siempre fue una canallada autoritaria porque se basó en una frase descontextualizada y desdeñó la evidencia pericial que demostraba que no había culpas del GDF.
No es nuevo e implica olvidar la historia reciente. Aquí un compendio documentado al respecto.
(Hilo)
En el México de 2000 a hoy, o sea post-alternancia, TODAS las fuerzas políticas han tratado de llenar plazas y ganar calles.
Es mentira obscena eso de que “por primera vez el poder hace marcha”, como lo dijeron muchos en estos días para descalificar la convocatoria de ayer.
En abril de 2005, durante el desafuero de AMLO, el foxismo, a través del grupo parlamentario del PAN, invitó a la gente a “salir a las calles” con un moño blanco para así hacer una “manifestación por la legalidad”.
Salvo Federico Döring y otros porros panistas, nadie hizo caso.
Mañana en la marcha contra la Reforma electoral el único orador será José Woldenberg.
Aquí un a crítica documentada, y de buena fe, a esa participación.
(Hilo)
Esta crítica tiene un punto de partida:
En política, incluso las figuras más capaces y de mejor voluntad son personajes con contraluces cuyas decisiones ameritan ponderación, contextualización y matiz.
Ese es el caso de Woldenberg, cuyo desempeño como consejero presidente del IFE (1996-2003), pese a válidas críticas a su trabajo (sobre todo la no-multa al Pemexgate), fue muy plausible e hizo pensar que México transitaba a un régimen de competencia democrática.