Scott Alexander y Larry Karaszewski, dos guionistas recién llegados a Hollywood, tenían muy claro que era una mala peli...
Esta 👇
Y lo sabían bien porque ellos habían escrito "Este chico es un demonio".
En sus primeros borradores, aquella historia sobre un niño adoptado, era una comedia sofisticada y llena de humor "adulto".
Pero, poco a poco, y sin saber cómo, se convirtió en un "bodrio".
Y lo de bodrio no lo digo yo, lo dicen sus propios guionistas...eso sí, un bodrio que les dio mucho dinero.
Pero que, a su vez, les cerró muchas puertas en la industria.
No eran capaz de levantar ninguno de sus proyectos porque "eran los guionistas de Este chico es un demonio".
El punto culminante fue un día que un productor les dijo:
"Esta idea es genial, sería una buena película... pero vosotros... vosotros no podéis hacer este guion. No sois tan buenos para desarrollar esto."
Entonces Scott preguntó a Larry: ¿Qué es una mala película?
Larry le contestó: "Estoy seguro de que nadie, absolutamente nadie, cuando escribe una película, quiere hacer una mala película. Ni siquiera ED WOOD"
Pequeño flashback al pasado.
En los años 50, un joven director llamado Edward D. Wood Jr. intentaba hacerse un hueco en Hollywood dirigiendo algunas películas de Serie Z (bueno, el término aún no existía, pero sus trabajos no son B, son Z)
Nunca tuvo ningún éxito, sus películas pasaron con más pena que gloria por Los Angeles... hasta que murió a causa del alcoholismo en 1978.
Pero como en las buenas películas de la serie Z, Ed Wood volvería de su tumba.
En el año 80, un crítico cinematográfico de la CNN llamado Michael Medved, decidió hacer una encuesta hasta entonces nunca vista:
¿Cuál es la peor película de la historia del cine?
Obviamente, ya sabéis el nombre del ganador, ¿no?
Ed Wood y su película Plan 9 del espacio exterior fueron nombrados como el peor director y la peor película de la historia del cine.
Pero... esto es Hollywood. Todo vale para el espectáculo.
Así que Medved y su hermano montaron un pequeño show con una estructura muy sencilla:
Primero ponían una película de Ed Wood y luego se reían de ella. Hablaban de lo mal montada que estaba, de los decorados que se caían, de los giros de guión absurdos.
En uno de estos shows conoció Larry las películas de Ed Wood, el peor director de la historia.
Cuando Scott escuchó la historia de su coguionista, no se lo podía creer: "Ahí está nuestra historia. La tuya y la mía. Nosotros somos Ed Wood."
Así que se pusieron manos a la obra. Comenzaron a escribir un biopic sobre Ed Wood, pero un biopic como nunca se había hecho.
No les interesaba su vida.
No les interesaba su infancia, sus mujeres, su muerte.
Se centraron en sus rodajes, en su equipo, en... sus fracasos.
(Pequeño inciso, ellos no lo sabían, pero estaban creando una nueva forma de filmar biografías. Tomaban la esencia de la vida del personaje y se centraban en ella.
Continuarían su trabajo en películas como "El escándalo de Larry Flint" o "Man on the Moon".)
En pocas semanas terminaron un primer borrador sobre el peor director de la historia.
Y tenían muy claro quién lo iba a dirigir...
Spoiler: No, no era Tim Burton.
Scott y Larry se lo dieron a leer a Michael Lehmann por una razón muy simple:
Lehman acababa de darse una de las grandes hostias de Hollywood en aquellos años: El gran Halcón (Peliculón, por cierto) que había fracasado en taquilla y se había llevado 3 Razzies.
Cuando Lehman leyó aquel borrador dijo: "Yo entiendo a Ed Wood, esta historia es la mía. Tengo que dirigir esto".
Así que les pidió a Scott y a Larry que escribieran una versión más larga y compleja.
Mientras los guionistas trabajaban, el director consiguió que una productora financiara el proyecto.
Una productora llamada Di Novi/Burton.
Lehman sabía lo mucho que le gustaba Ed Wood a Tim Burton. Esos mundos extraños, ese estilo tan desmesurado, ese gusto por los monstruos...
Así que se las arregló para que la película se pudiera vender como un "Tim Burton presenta". Tim Burton sería el productor.
Los guionistas tardaron poco más de 6 semanas en escribir un primer guión de 147 páginas que pensaron que ya recortarían (esto es una pasada, muy muy por encima del número de páginas que suelo tener una comedia), pero...
Entonces lo leyó Tim Burtón.
¿Y sabéis qué dijo?
"Ese Ed Wood soy yo. Yo tuve las peores críticas posibles con La gran aventura de Pee-wee y Beetlejuice, yo entiendo esta película. Tengo que dirigirla".
Además, había algo que le tocaba por dentro.
Esa amistad entre el viejo actor de películas de miedo caído en desgracia y el joven director que le idolatra, se parecía muy mucho a lo que le había sucedido al propio Burton con Vincent Price en "Eduardo Manostijeras".
Así que la peli se puso en marcha.
En seguida se unió al grupo un joven Jonny Depp, Bill Murray, pero...
No encontraban un actor para el papel de Bela Lugosi, el famoso Drácula de los años 20, convertido un solitario morfinómano en los 50
Entonces Tim Burton tuvo una idea...
Le pasó el guión a Martín Landau.
Un actor que había tenido una juventud dorada en Hollywood, rodando con Hitchcock o siendo la estrella de Misión imposible.
Pero después había tenido que vivir de papeles como "Los Harlem Globetrotters en la Isla de Gilligan".
Cuando Landau leyó el guión... ¿Sabéis qué dijo?:
"Yo entiendo a Bela Lugosi. Yo sé lo que es que todo el mundo te reconozca y no tener dinero para pagar el alquiler. Yo resucitaré a Bela."
Y así se juntó un grupo de gente que no quería ridiculizar a Ed Wood, no querían reírse de él, no querían ridiculizarlo... porque ellos también habían sentido lo mismo.
Ellos se habían sentido fracasados.
Habían sentido que no servían para el cine.
Pero lo cierto es que en el cine (y casi en cualquier actividad creativa) fracasar es la norma.
Lo difícil, lo realmente difícil es hacer una película con pasión.
Una película donde pongas todo.
Una película que te deje esta cara al terminar el rodaje👇
Las películas de Ed Wood quizá no eran brillantes, ni tenían un gran valor artísticos... pero estaban hechos con el corazón.
Como dice Burton, Wood pensaba que cada uno de sus proyectos era tan bueno como "Ciudadano Kane".
Él era feliz haciendo sus películas, muy feliz.
¿Y cómo va a hacer alguien una mala película así?
Según los guionistas, Scott y Larry, solo hay una forma de hacer una mala película.
No haciendo lo que tú quieres.
Por eso, la película Ed Wood es una auténtica genialidad.
Porque nos hace entender el valor de "una peli mala".
Y yo escribo mucho peor que Ed Wood, pero le pongo la misma pasión a los hilos de los viernes.
Así que me haríais un favor si retuiteáis el primer tuit del hilo.
Si os apetece saber más cosas de la peli como la genial historia de por qué se hizo en Blanco y Negro..
O la relación entre Vampira, Elvira y Ed Wood...
Tendréis que venir el martes al cine.
Eh.... Un momento, paren las rotativas. Se me olvidaba.
Sabéis que yo no gano ni un duro con esto y por mí entrarais todos gratis... pero mientras eso pase, @cineszoco sortea esta semana dos entradas para el pase del martes 24.
Lo de Amaia en LaRevuelta el otro día fue sensacional, pero no solo por el vídeo, sino porque explica muy bien cómo funciona el proceso creativo.
Seguidme en este hilo para ver de dónde salió este vídeo
A principios de los 90, un joven fotógrafo parisino Vincent Moon, recién salido de varias escuelas de fotografía, comienza un proyecto nuevo: Les nuits de Fiume.
En él se embarca a conocer todos los garitos de París y hacer fotos desenfadadas de los músicos que allí tocan.
Allí conoce a muchos músicos y se hace amigos de ellos, pero hay unos que le cambian la vida.
La banda norteamericana The National le pide que grabe su nuevo videoclip. Moon, interesado en el movimiento y en la naturaleza, graba a la banda en el bosque con una super 8.
Dentro del Laberinto es una de esas películas que cambian con tu edad.
Cuando era pequeño, creía que iba de una chica que pierde a un niño.
Ahora sé que dentro del Laberinto esconde una alegoría preciosa sobre cómo funciona nuestro cerebro adolescente.
Abro hilo 👇👇
(Antes de empezar, os recuerdo que todas mis historias las podéis escuchar con mi voz en mi pódcast Material Narrativa. Esta pertenece al número 2, dedicado a las marionetas y Jim Henson.
Los efectos especiales en el siglo XXI no han llevado a lugares increíbles, hemos viajado más allá del tiempo y espacio, hemos visitado el interior de un agujero negro...
Y, sin embargo, yo sigo echando de menos los efectos de los 80 y 90.
Los lápices no suelen ser útiles en la guerra: son frágiles, se rompe la punta, necesitan un sacapuntas cada poco tiempo.
Pero este, el Cumberland 103 de la compañía Derwent, fue uno de los mayores inventos de la Segunda Guerra Mundial.
Porque salvó muchas vidas.
Tira del hilo
Toda esta historia comienza con un sermón.
Un sermón en la iglesia Evangelica Open Brethen en Leeds.
Estamos en 1939 y la situación es tensa. Reino Unido y Francia acaban de declarar la guerra a Hitler, tras la invasión alemana de Polonia.
Todos los ministerios se preparan para la guerra. Uno de los más Valioso es el Ministerio de Abastecimiento, que se encarga de todo el material necesario para el ejército.
Dos de sus empleados se sientan en los bancos de esta iglesia, esperando el sermón dominical del párroco.