Nacido el 25 de junio de 1903, fue un escritor británico políticamente comprometido que ofreció un brillante y apasionado retrato de su vida y su época. Orwell nació en Motihari, India, y estudió en el Eton College de Inglaterra gracias a una beca.
Prestó sus servicios en la Policía Imperial India destinado en Birmania, de 1922 a 1927, fecha en que regresó a Inglaterra. Esa profesión no le satisfacía, y luego experimentó la pobreza y el sentido del fracaso.
Esto incrementó su repudio natural a la autoridad y por primera vez se hizo plenamente consciente de la existencia de las clases trabajadoras; su estancia en Birmania le permitió comprender la naturaleza del imperialismo: pero estas experiencias no bastaron para proporcionarle
una orientación política definida. Sobrevinieron después: Hitler, la guerra civil española. La guerra civil española y otros acontecimientos de los años 1936-1937 cambiaron la situación y de ahí en adelante supo dónde estaba su lugar.
Enfermo y luchando por abrirse camino como escritor, vivió durante varios años en la pobreza, primero en París y más tarde en Londres. Como resultado de esta experiencia escribió un primer libro «Sin blanca en París y Londres» (1933),
donde relata las sórdidas condiciones de vida de las gentes sin hogar. «Días en Birmania» (1934), un feroz ataque contra el imperialismo, es también, en gran medida, una obra autobiográfica.
Su siguiente novela, «La hija del Reverendo» (1935), cuenta la historia de una solterona infeliz que encuentra de manera efímera su liberación viviendo entre los campesinos. En 1936 Orwell luchó en el ejército republicano durante la Guerra Civil española (1936-1939).
El autor describe su experiencia bélica en «Homenaje a Cataluña» (1938), uno de los relatos más conmovedores escritos sobre esta guerra y en el que se hace responsable al Partido Comunista Español (PCE) y a la Unión Soviética de la destrucción del anarquismo español
que supuso el triunfo de la Falange. «El camino a Wigan Pier» (1937), escrita en esta misma época, es una crónica desgarradora sobre la vida de los mineros sin trabajo en el norte de Inglaterra.
Su condena de la sociedad totalitaria queda brillantemente plasmada en una ingeniosa fábula de carácter alegórico, «Rebelión en la granja» (1945), basada en la traición de Stalin a la Revolución Rusa, así como en la novela satírica «1984» (1949).
Esta última ofrece una descripción aterradora de la vida bajo la vigilancia constante del «Gran Hermano». Cabe citar entre otros escritos, la novela «Que vuele la aspidistra» (1936) y «Disparando al elefante y otros ensayos» (1950), ambas consideradas modelos de prosa descriptiva
y «Así fueron las alegrías» (1953), un recuerdo de sus difíciles años de estudiante. En 1968 se publicaron en cuatro volúmenes sus «Ensayos Completos: Periodismo y Cartas». Orwell murió de tuberculosis en enero de 1950.
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no solo con prestigio y éxito en el mundo literario, también en los ámbitos político, social y científico; para los que lo desconozcan, su obra es de una evidente y casi insultante influencia en la literatura y el cine contemporáneos, normalmente con obras mucho más ligeras
y rebajadas de tono político y científico.
La obra de Le Guin está compuesta, tanto de ciencia-ficción, como es el caso del llamado ciclo de Ekumen (a la que pertenece la novela Los desposeídos, de las que nos ocuparemos más tarde), como de género fantástico,
El Salvador 1932. CICATRIZ DE LA MEMORIA (2005)
Carlos Henríquez Consalvi
La matanza comenzó temprano aquel 22 de enero de 1932 en los municipios salvadoreños de Ahuachapán, Juayúa, Tacuba, Izalco y Nahuizalco.
Las comunidades originarias pagarían con sangre el levantamiento contra el régimen que les había arrebatado sus tierras y los mantenía en la miseria.
A comienzos de la década del 30 El Salvador se hallaba sumido en una profunda crisis económica por la caída de los precios
del café y los efectos de la depresión del 29. Una oleada de protestas contra el sistema desigual de tenencia de tierras se agudizaron con las reformas del presidente Maximiliano Hernández Martínez que despojaban de sus ejidos a las comunidades originarias