Escribir una comedia romántica es muy jodido. Pero mucho.
Siempre se habla de la simpleza de este género, de lo superficial que es.
¿Y sabéis una cosa? Es mentira.
Escribir una comedia romántica es muy complejo por varias razones, pero la principal es esta:
Chico conoce a chica.
(O chica conoce a chica) (O chico conoce a chico) (O no binario conoce a no binario)
Esta es una de las premisas más antiguas del mundo, está en casi todas las culturas, es muy clara y todos la conocemos... pero sabéis qué no tiene:
Un conflicto.
Los guionistas necesitamos conflictos para contar una historia. Es decir, un problema que ponga en movimiento al protagonista, algo contra lo que tenga que luchar.
Pero cuando alguien conoce a alguien... no hay problemas.
Es más, es la sensación menos problemática del mundo.
(Esto me recuerda a esa anécdota de Billy Wilder que se levantó en mitad de la noche porque había tenido "la mejor idea del mundo" para una película.
Buscó rápido un papel y la anotó. Después se volvió a dormir.
Cuando se despertó y leyó con ironía su papel: Chico conoce chica.
Vale, Jorge, todo esto muy bien pero...
¿Y la puerta azul?
Voy, voy... un poquito de paciencia, que necesito explicar esto.)
Bueno, pues con esa premisa tan usual y tan poco fácil de escribir (chico conoce chica) se han escrito millones de películas.
Algunas muy buenas.
¿Y cómo?
Pues poniendo un problema entre medias del chico y la chica.
Es decir, obligando a los protagonistas a saltar un muro para poder encontrarse ¿Verdad, William?
Pero claro, hay muros que funcionan mejor que otros.
Richard Curtis, el guionista de "Cuatro bodas y un funeral" estaba una noche durmiendo (como Wilder) y se le ocurrió la siguiente premisa:
¿Qué pasaría si un día apareciera en casa de mis amigos con Madonna?
Es decir, chica más famosa del mundo conoce a un chico corriente.
La idea no solo era potente, sino que le permitía hacer una cosa que le interesaba aún más:
No hablar de amor.
¿Cómo?????????
¡Pero si Notting Hill es una de las películas más románticas de la historia¡ ¡Es todo nata y azúcar!
Sí y no.
O sea, sí... es una película en la que todo gira alrededor de un romance, pero no, no es lo más importante de la película.
Entonces, ¿Qué es lo importante?
La puerta azul.
Y dale con la puerta azul, pero qué tiene que ver eso con nada.
Bueno, pues es que esa puerta azul era en realidad la puerta de la casa de Richard Curtis, el guionista.
Y la librería donde trabaja Hugh Grant estaba a unos pocos metros de la oficina de Richard Curtis.
El mercado de Portobello Road era el mismo por el que paseaba cada fin de semana.
Y estos no son detalles nimios y sin importancia. Ahí reside la magia de la película.
Porque sí es una película de amor (me contradigo), pero una película de amor a...
Sus amigos.
Richard Curtis siempre reconoce que cuando le alaban como una persona brillante, en realidad están alabando a sus amigos.
Él, lo único que hace, es invitarles a cenar, abrir una botella de vino y guardase una libreta cerca para apuntarse sus mejores chistes y comentarios.
Como por ejemplo, el famoso juego de quién merece el último trozo de Brownie.
Era un juego que, en realidad, se inventaron sus amigos.
O esas persecuciones en un coche rodeados de gente diciendo direcciones equivocadas, con un comentario final brillante.
Notting Hill se llama así por una razón, porque la vida de Richard Curtis se cuela dentro de la película.
Fijaos en la premisa ¿Qué pasaría si un día apareciera en casa de mis amigos con Madonna?
Lo importante no es Madonna, es la reacción de sus amigos.
Por eso es tan importante ese final, donde todos y cada uno de sus amigos le ayudan a llegar a ... bueno a ese sitio, no voy a hacer spoilers por si alguien no la ha visto.
Es más, según cuenta la leyenda, la película se basa en un amigo de Curtis que un día se cruzó con Uma Thurman en Harrods y acabaron en su piso de Notting Hill.
Y eso es lo mejor de toda la película (no, lo de Uma Thurman no), lo mejor es que todo lo que vemos nos resulta familiar, es algo que conocemos.
Es algo que hemos vivido todos:
Las caras de nuestros amigos, el día que conocemos a alguien.
(Humildemente, y sin querer compararme con el gran Richard Curtis, me ha pasado lo mismo en mi novela "Las chicas del muro".
Lo que empezó como una novela sobre Berlín acabó en una historia sobre amistad:
Pero claro, no solo vale hablar de tus amigos para que la película sea especial.
Necesitas tener mucha buena mano escribiendo.
Y Richard Curtis la tiene, no en vano fue el co-creador de Mr.Bean.
Porque a veces se nos olvida que comedía romántica es un género con dos patas:
Por un lado, tiene que hablar de amor (creo que ya lo hemos hecho).
Y por otro, tiene que ser una comedia.
Y Richard Curtis escribe alguno de los mejores gags que he visto en pantalla.
Como por ejemplo: el de Hípica y caza.
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Algunos que ni siquiera tienen que ver con la trama, son simplemente... graciosos:
Otros se quedaron en la sala de montaje porque la película era muy larga y que se pueden rescatar gracias al guion.
Si sabéis inglés, leeos esta escena con los padres porque es particularmente buena.
Así que ya sabéis, si el martes 14 no tienes cita para San Valentín, no te preocupes.
Estoy seguro de que tendrás un amigo a mano para tomar un último trozo de Brownie o incluso para venir a ver Notting Hill conmigo a los cines Zoco (@cineszoco).
Por eso los nazis decidieron quemarlos.Sabían el poder que tenían,sabían que era su principal enemigo.
Todos los escritores se echaron las manos a la cabeza al ver arder sus obras.
¿Todos?
No.
Oskar Graf sonrió. 🧵
#berlinespobreperosexi
El 10 de mayo de 1933 se produjo una herida en el centro de Berlín.
Bebelplatz, hasta entonces conocida como la Plaza de la Ópera, pasó a ser el símbolo de la vergüenza.
Ese día, el sindicato de estudiantes (gobernado por estudiantes nazis) había promovido un gran acto de quema de libros para coronar dos meses de actividades en lo que ellos llamaron "La acción contra el espíritu anti-alemán".
Este es el caso de Blade Runner, un film que tiene 5 versiones diferentes.
Y todo por culpa de un editor de sonido y un lata mal catalogada.
Abro hilo para explicar el extraño caso del montaje del no-director de Blade Runner.
Este hilo es un previo de mi próximo episodio en Material Narrativo, el pódcast que busca las historias detrás de los objetos. En ese capítulo hablaremos de VHS y su relación con el futuro.
Lo de Amaia en LaRevuelta el otro día fue sensacional, pero no solo por el vídeo, sino porque explica muy bien cómo funciona el proceso creativo.
Seguidme en este hilo para ver de dónde salió este vídeo
A principios de los 90, un joven fotógrafo parisino Vincent Moon, recién salido de varias escuelas de fotografía, comienza un proyecto nuevo: Les nuits de Fiume.
En él se embarca a conocer todos los garitos de París y hacer fotos desenfadadas de los músicos que allí tocan.
Allí conoce a muchos músicos y se hace amigos de ellos, pero hay unos que le cambian la vida.
La banda norteamericana The National le pide que grabe su nuevo videoclip. Moon, interesado en el movimiento y en la naturaleza, graba a la banda en el bosque con una super 8.
Dentro del Laberinto es una de esas películas que cambian con tu edad.
Cuando era pequeño, creía que iba de una chica que pierde a un niño.
Ahora sé que dentro del Laberinto esconde una alegoría preciosa sobre cómo funciona nuestro cerebro adolescente.
Abro hilo 👇👇
(Antes de empezar, os recuerdo que todas mis historias las podéis escuchar con mi voz en mi pódcast Material Narrativa. Esta pertenece al número 2, dedicado a las marionetas y Jim Henson.
Los efectos especiales en el siglo XXI no han llevado a lugares increíbles, hemos viajado más allá del tiempo y espacio, hemos visitado el interior de un agujero negro...
Y, sin embargo, yo sigo echando de menos los efectos de los 80 y 90.