Es la primera vez que me sucede: Me he quedado dormido sobre el ordenador. Y creo que ha sido durante un buen rato, por lo engarrotados que tengo los brazos y piernas. Miro a mi alrededor y una extraña sensación me inunda: todo es igual y diferente al mismo tiempo>>>
Accedo a mi Twitter, que es lo último que recuerdo antes de quedarme dormido. No puedo creer lo que veo. Mi último tuit acumula 186.700 Likes y tengo 82.000 seguidores!!! Pero si no pasaba de 200… Leo en voz alta el tuit que se ha viralizado y que no he escrito yo… >>>
Si alguien me está leyendo que por favor me dé un me gusta, no soporto la sensación de estar solo. No es para tener esa cantidad de Likes, no es nada ingenioso, aunque sí es verdad que da algo de pena… En busca de mi móvil, me sorprende lo limpia que está mi casa>>>
Y yo no recuerdo haberlo hecho. Tampoco recuerdo haber ido a comprar, y el frigorífico está lleno. Encuentro mi móvil sin batería, lo pongo a cargar. Al conectar la televisión descubro que el presentador que tanto me gusta ha envejecido y que su programa se llama de otro modo>>>
Pero mi sorpresa es mayor cuando el presentador dice que hoy es 25 de febrero de 2023!! No es posible. En mi dormitorio, descubro un calendario de… 2023! El último día señalado es 25 de febrero de 2023, que se supone que es hoy. Si es así, he estado 8 años dormido>>>
En el espejo veo al que fui, con más canas, he ganado peso, pero apenas he cambiado. La puerta de mi casa está cerrada por fuera, y lo mismo sucede con las ventanas. Tienen cristales blindados y no los puedo romper ni nadie me puede escuchar. Estoy encerrado, sin escapatoria>>>
Me es imposible acceder a mi correo electrónico, como si ya no existiera. Y al conectar mi teléfono descubro que no tengo cobertura. Lo intento con los mensajes privados de Twitter, que también tengo anulados. Sólo me queda escribir un tuit, el primero 8 años después>>>
Le dedico unos minutos a pensar lo que voy a tuitear. Escribo: Después de 8 años dormido, acabo de despertar y estoy encerrado e incomunicado en mi propia casa. Por favor, que alguien me ayude, que llame a la policía. Si algún vecino me lee, que se acerque a mi casa, por favor>>>
En apenas 2 minutos tengo 67 Likes y 12 RT y varias respuestas. Hilo, hilo, atención, escribe un usuario. Sigue, por favor, no nos dejes así, escribe una chica que dice llamarse Laura. La bomba de @GutiSolisOficial es que vuelve a su cuenta de @gutisolis, acabo de leer>>>
¿Qué es eso de @GutiSolisOficial?, me pregunto y accedo a la cuenta. Lo primero que me sorprende es que ocupe mi cara el perfil, que cuente con 123.000 seguidores y que en la portada aparezcan 3 novelas que según parece he publicado en estos últimos años. ¿Qué está pasando?>>>
Examino con detenimiento la cuenta de @GutiSolisOficial y descubro que hace media hora ha publicado su último tuit: En unos minutos suelto una BOMBA, que te gustará. Y justo en este momento, una usuaria que se llama Pilar, responde: Ya estoy leyendo el hilo de @gutisolis!>>>
Escribo un nuevo tuit: No es un hilo, lo prometo, alguien ha suplantado mi personalidad, me ha encerrado y ha publicado novelas con mi nombre en los 8 años que he estado dormido. En un minuto se disparan los Likes, los RT y las respuestas. ¡¡Vaya historión!!, escribe alguien>>>
Ante la respuesta que leo, insisto con otro tuit: De verdad, hacedme caso, el tal @GutiSolisOficial es una estafa, esa cuenta no es mía, yo no la he creado, y tampoco he escrito esas novelas, alguien está usando mi nombre. Pero los Likes, los RT y las respuestas se multiplican>>>
El móvil sigue sin cobertura. Tampoco puedo acceder a ningún correo electrónico, y golpeo las ventanas y la puerta con una sartén en vano. Busco en cajones y armarios y no encuentro nada que me sirva. Regreso al dormitorio y me dejo caer sobre la cama, abatido >>>
Para esto, mejor no haber despertado, pienso cuando escucho como se abre la puerta. Corro y cuando llego alguien la cierra de golpe, tras haber dejado una caja dentro. La abro y encuentro en su interior una impresora y varios paquetes de folios, con una nota en la que leo>>>
YA TIENES LO QUE NECESITAS. ¿Lo que necesito?, desconcertado, me pregunto. Examino la cuenta de Twitter de @GutiSolisOficial y no ha vuelto a escribir nada. En mi cuenta siguen multiplicándose los RT, los Likes y los comentarios, convencidos de que estoy publicando un hilo>>>
Entre la avalancha de comentarios, encuentro uno que ha escrito un tal @SalvaGuti688, que además tiene mi fotografía en el perfil. Publicado hace solo 2 minutos, leo: Si alguien me está leyendo que por favor me dé un me gusta, no soporto la sensación de estar solo… >>>
Un escalofrío me paraliza: es el mismo tuit que alguien escribió en mi cuenta antes de que me durmiera. Lo leo de nuevo para asegurarme de que es igual. Pulso el corazón inferior del tuit y lo retuiteo. Le pregunto: ¿Dónde estás? Y no tarda en responder: Llevo 8 años encerrado>>>
Me distancio del ordenador de un salto, como si me estuvieran apuntando con un arma. Refresco la cuenta de @SalvaGuti688 y descubro que ha publicado un nuevo tuit: Alguien ha entrado en mi casa y ha dejado esto. En la foto aparece una impresora y unos paquetes de hojas>>>
Junto a una nota en la que leo: YA TIENES LO QUE NECESITAS. Joder, exactamente igual a lo que han dejado en mi casa. Sin dudar, escribo un tuit en mi cuenta: Alguien nos ha secuestrado a @SalvaGuti688 y a mí, necesitamos ayuda. Y en pocos segundos se multiplican los Likes>>>
Es lo mismo que hizo @GutiSolisOficial hace 8 años, leo en un tuit. ¿Un hilo entre 3 cuentas?, se pregunta un tuitero de Argentina. En pocos minutos, la cuenta de @SalvaGuti688 multiplica sus seguidores, superando los 3000. Abrumado por lo que sucede, no sé cómo reaccionar>>>
Solo se me ocurre eliminar mi cuenta de Twitter y durante unos segundos lo pienso seriamente. No lo hago porque sería mi condena, ya que en este momento es mi única conexión con el exterior. Furioso, agarro una silla y empiezo a golpear la ventana de mi dormitorio>>>
Tras varios impactos, que no logran su objetivo, atónito descubro que muchos vecinos se agolpan en las terrazas de enfrente y que no cesan de fotografiarme. Les hago gestos de auxilio, pero ellos responden saludándome, sonrientes, y tomando más fotografías. No lo puedo creer>>>
En una hoja escribo con grandes letras: AYUDA SOCORRO. Y lo pego en el cristal de la ventana. Pero cuando lo leen los vecinos de enfrente empiezan a aplaudir y a tomar más fotografías, a pesar de mis gestos. De nada sirve. Preso de la ansiedad, me derrumbo sobre la mesa>>>
Al levantar la cabeza, descubro que todo mi Time Lime es una sucesión de imágenes mías, golpeando la ventana con la silla o mostrando el cartel de AYUDA SOCORRO. Y lo mismo sucede en el de @SalvaGuti688. Una alerta me indica que @GutiSolisOficial acaba de publicar...>>>
Un nuevo tuit:
¿Seguimos?
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FIN
¿Seguimos?
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Después de haberlo intentado todo, solo me queda seguir con el malvado juego en el que estoy inmerso y del que no puedo escapar. Durante varios minutos me dedico a pensar en cómo continuar el hilo que sin quererlo estoy protagonizando. Al fin, escribo: >>>
Según compruebo en el calendario que tengo enfrente he despertado tras más de 8 años dormido. Aunque me cuesta moverme, recorro la casa y no encuentro a nadie. Si alguien me está leyendo que por favor me dé un Me Gusta, no soporto la sensación de estar solo...
FIN
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Espero que te haya gustado el #HiloTwitter, si es así y te apetece un RT/MeGusta, que te agradecería infinito, ya sabes, en el primer tuit (justo debajo). ¡¡¡Que disfrutes del más bonito de los días!!! Aquí 👇👇👇👇😜😜
Desde hace 17 años soy vigilante nocturno del Museo de Bellas Artes. Y lo que debería ser un trabajo tranquilo, solitario y apacible, sobre todo desde que se jubilara mi compañero Mario hace 3 meses, en los últimos días ha dejado de serlo... >>>
Cuando empecé en el Museo éramos 4 los vigilantes. Nunca pude entender que se pasaran las noches jugando a las cartas o escuchando la radio, sin disfrutar de los cuadros. Realizaba tareas que no me correspondían, como podar los árboles, con tal de no estar cerca de ellos>>>
Hace 8 años, cuando pusieron las cámaras, Dirección decidió que 2 vigilantes eran suficientes para garantizar la seguridad del Museo. Cuando instalaron los sensores de movimiento tuve claro que me quedaría solo cuando Mario se jubilara. En su último día, me preguntó si yo...>>>
Nadie se dio cuenta de su ausencia. 14 años después la encontraron muerta en su propia cama, en su casa. En un edificio en pleno centro de la ciudad, un lugar inmejorable. Tanto que no tardaron los vecinos en ir aceptando las jugosas ofertas para vender sus viviendas>>>
Para transformarlas en pisos turísticos. Lo intentaron hasta en 6 ocasiones con Soledad, la última vecina del edificio, y nunca obtuvieron un sí. Dejaron de intentarlo, aunque continuaron con su plan. El trajín de inquilinos temporales camufló que la puerta del 5D...>>>
Nunca se abriera. Descubrieron Juan y su hija Sara el cuerpo de Soledad cuando intentaron okupar la vivienda. Les había llamado la atención la ventana siempre abierta, el balanceo de unas cortinas raídas y la cantidadde palomas que entraban y salían de la vivienda>>>
Recibo un mensaje de mi amigo Raúl: Pincha el enlace que vas a alucinar. Convencido de que es una de sus bromas, lo hago. El enlace me traslada a una web en la que aparece mi número de cuenta bancaria, junto a un aviso que me indica: Gracias por aceptar la transacción>>>
¡Yo no he aceptado ninguna transacción! Abro la aplicación de mi banco y estupefacto descubro que me han cobrado 2000 euros. Llamo a Raúl y no atiende la llamada. Le escribo un mensaje: ¿Qué es ese enlace que me has enviado? Reunido, no te he enviado nada, responde>>>
Llamo al banco y me dicen que no puedo cancelar el cobro, "usted lo ha autorizado". Recibo un mensaje de un número que no tengo en la agenda: Llama a la policía y no la vuelves a ver. Me llega una foto: Creo ver a mi hermana Laura, aterrorizada, la boca cubierta con cinta>>>
Me despierto por los ladridos de Max, mi perro. Lo escucho al otro lado de la puerta de mi dormitorio. Cuando me pongo en pie, siento un fuerte dolor en las rodillas y pecho. No puedo creer lo que veo en el espejo: tengo sangre en la nariz y boca. Pero no recuerdo nada>>>
Max ladra de alegría cuando abro la puerta. Pero al ver mis heridas, se frena, agacha la cabeza y comienza a gimotear.
No pasa nada, Max, le digo, y mueve la cola muy lentamente, compungido.
Lo examino y está en buen estado, Hay comida en su plato. Todo parece normal>>>
Recorro habitaciones, abro cajones y armarios, busco respuestas. No encuentro nada. Conecto el móvil al cargador, y aunque parece funcionar con normalidad el cristal de la pantalla está resquebrajado y apenas veo la mitad inferior. Llamo a mi amigo Luis, pero comunica>>>
Suena el teléfono. En la pantalla, un número que no tengo en mi agenda. Aunque no viene señalado como spam, dudo responder. Recuerdo que estoy a punto de recibir un paquete, por lo que me decido a hacerlo.
Una voz neutra me pregunta: ¿Sabes lo que significa quid pro quo?>>>
¿Quién eres?, pregunto.
Yo te puedo ayudar, y tú me puedes ayudar, dice con voz pausada.
¿Me puedes decir quién eres?, insisto.
El que te puede ayudar, siempre que tú me ayudes, repite.
Sin mediar palabra, doy por finalizada la llamada. No han pasado ni 30 segundos...>>>
Cuando comienza a sonar mi teléfono. Es el mismo número. No respondo, y a continuación empiezo a recibir fotografías a través de WhatsApp. De mi hija Sara caminando por la calle, de mi esposa Julia entrando en su trabajo. O mías saliendo de casa. También recibo una foto...>>>
Cuando anochece, voy al puerto y espero a que el Maraca, el barco de Blas Garcés, atraque. Todos los días tengo la ilusión de verlo aparecer, y por eso regreso a casa tan decepcionado. Especialmente en estas fechas, cuando se cumplen 4 años de la desaparición del barco>>>
Nadie sabe qué sucedió ese día de agosto de 2020. Una jornada tranquila, en la que Maraca y sus 4 tripulantes, Blas, Juan, Pedro y Luis, no regresaron a puerto. Lo más sorprendente es que no ha aparecido ni un solo resto del barco, como si se lo hubiera tragado el mar>>>
Me encantaba cuando Blas, una vez que descargaban los pulpos, que era lo que pescaban, gritaba: Llegando a buen puerto. Eso significaba que la jornada había acabado con todos a salvo. 4 años sin escuchar su voz y sin sufrir sus bromas, cuando me lanzaba un pulpo a los pies>>>