Mucha gente cuestiona la idea del ayuno. Aunque hay que puntualizar. Lo que cuestionan es el ayuno religioso. Porque el otro, el de adelgazar -ahora se ha puesto de moda algo que llaman ayuno intermitente- ese no molesta.
Parece que lo que se vuelve problemático son los motivos religiosos, y que a alguna gente le incomoda que otros se tomen tan en serio su fe que les lleve a elegir determinadas conductas, caminos y aprendizajes.
Cuando empieza la cuaresma, hay dos temas recurrentes. Uno, la eterna discusión sobre si lo de ayunar de carne tiene sentido o no, con el manido recurso a: “Y si ayunas de carne pero comes langosta, entonces ¿qué?”
Lo segundo, ahora que se multiplican los “calendarios de cuaresma” donde se proponen prácticas a modo de reto (Dios perdone al inventor del primero), entre esas prácticas es frecuente ver ayunos. Hoy ayuna de redes, hoy de series de tv, mañana abstente de criticar…
¿Para qué ayunamos? Ciertamente no es porque a Dios le agrade vernos sufrir. No es por un rigorismo vacío. Y no es por volver a prácticas caducas. Creo que hay dos motivos.
Ayunamos de algo que es bueno como una forma de caer en la cuenta de que, demasiadas veces, lo damos por sentado. Que hemos dejado de percibirlo como don para asumirlo como garantía. Ayunamos para aprender a agradecer.
También ayunamos de lo bueno para intentar caer en la cuenta de que, lo que para uno parece cotidiano y seguro, para mucha gente sería un sueño. Y que la perspectiva nos abra al compartir.
Y ayunamos de lo bueno para crecer en una austeridad que es una forma de libertad, cuando uno comprende lo excesivo a veces de consumos y dinámicas en las que está metido.
Por otra parte, también ayunamos de cosas malas. Dice uno, yo me voy a abstener de criticar. Pues muy bien. Pero, ¿eso significa que en Pascua ya no, y entonces vas a poner verde a quien se te ponga por delante? Mal iríamos
No. Más bien ese otro ayuno es retomar, con fuerzas y determinación, algunas batallas que has de afrontar en la vida pero de las que a veces te has rendido.
Creo que es muy valiosa esta práctica cuaresmal. Llámalo lucha, llámalo toma de conciencia, llámalo austeridad vital.
Pero, al final, fue Isaías quien lo puso en la perspectiva concreta. Si nuestro ayuno no construye, y mejora el mundo, de poco sirve…
Este es el ayuno que yo quiero: soltar las cadenas injustas, desatar las correas del yugo, liberar a los oprimidos, quebrar todos los yugos, partir tu pan con el hambriento, hospedar a los pobres sin techo, cubrir a quien ves desnudo y no desentenderte de los tuyos. (Is 58,6-9a)
Pues esto es. Si te parece que sirve, se agradece un RT al primer tuit del hilo para que llegue a más. Un abrazo y gracias
No te rindas,
buscador de la verdad.
Que tus pasos te lleven más allá de límites
donde todo parece manejable.
No renuncies a la intuición
que te guía,
siguiendo una estrella,
hasta descubrir la grandeza
oculta a los soberbios.
No negocies con las excusas.
No te dejes convencer
por quien te quiere domesticado.
No permitas que apaguen tu voz.
Sé claro con tus palabras.
Que traigan el eco de Dios.
Dios, que tantas veces pide acogida
y recibe aplazamientos.
Dios, que tantas veces da misericordia
y obtiene desprecios.
Dios, que tantas veces espera respuestas
y recoge silencios.
La Pasión es la historia en la que todos estamos. Nos vemos reflejados en tantos personajes, en sus tensiones, miedos, esperanzas y sus dosis de fracaso. A veces somos Pedro, María, Magdalena, Pilatos o Caifás. Y Jesús, siempre en el centro, haciéndonos repensarlo todo. #Hilo
Cuando falta una semana para llegar a Jerusalén quizás nadie intuye cómo se van a precipitar los acontecimientos. Porque así es la vida, lo ordinario es antesala de lo extraordinario. En lo cotidiano se van entretejiendo las grandes decisiones
En esos días últimos a Jesús ya no le siguen las muchedumbres. Anunciar al Dios que elige mostrar el poder en la debilidad no es popular (tampoco hoy)
Parece que Europa quiere hacer guerra económica contra la guerra militar. ¿Hay posibilidad de victoria ahí? Es una perspectiva que abre escenarios nuevos...
Porque desde luego todo lo otro (luces de colores en el parlamento europeo, hashtag y declaraciones altisonantes, no parece muy prometedor)
Pero si se probase que de verdad sanciones económicas en este mundo aún global son tan duras como para desincentivar la guerra, quizás la violencia se alejaría del escenario global