Kaja Kallas y su Partido Reformista se encaminan a obtener fácilmente la reelección en #Estonia🇪🇪, un país donde es extremadamente difícil formar mayorías. Vamos a analizar a algunos datos duros de esta histórica votación.
Primero, los grandes ganadores sin duda alguna son los Reformistas (centroderecha liberal). Es la quinta elección consecutiva que son el partido más votado y, por primera vez desde 1995 y cuarta vez en la historia de Estonia, un partido supera más del 30% de los votos.
Aunque necesita reunir el respaldo de otros 14 parlamentarios para reelegir, Kallas queda como la única figura viable para formar gobierno con 37 escaños y se consolida como la líder más exitosa de su partido: sus dos mejores resultados (2019 y 2023) logrados bajo su liderazgo.
La mayoría de los votos de Kallas se emitieron por vía online, modalidad que representó más del 52% del electorado cuando la la participación fue del 63%. Los Reformistas quedaron segundos detrás de la ultraderecha, EKRE, en el conteo de los votos emitidos presencialmente.
La mayor fuente de votos de los Reformistas fue en la cuarta circunscripción electoral, la más poblada y que el partido ha ganado siempre con más de un tercio de los sufragios desde 2007. Esta vez su resultado fue particularmente bueno: por primera vez superaron el 40%.
Los grandes perdedores, también sin ninguna duda, son los Centristas, hasta hoy principal rival de los Reformistas. Caen al tercer puesto y se llevan su peor resultado desde 1995. Una paliza que tiene nombre y apellido: Jüri Ratas, controvertido exprimer ministro.
La pérdida más dramática fue la atroz derrota en Tallin, capital del país y hasta ahora su mayor bastión. Es la primera vez desde 1999 que los Centristas no ganan la ciudad, que gobiernan desde 2005. En esta ocasión los Reformistas ganaron las tres circunscripciones capitalinas.
No obstante, esta no fue su única hecatombe. En su bastión más duro, la séptima circunscripción, los Centristas ganaron pero de un 50.7% en 2019 cayeron a un 25.8%, algo más que la mitad. Es el distrito con más rusos étnicos, que antes votaban al partido y hoy lo han abandonado.
El Partido Conservador Popular (EKRE), de ultraderecha nacionalista, llega con resultado mixto. Por la positiva, logró arrebatarle el segundo puesto a los Centristas y será el principal partido de la oposición. Por la negativa, el resultado fue en realidad bastante decepcionante.
Respecto a 2019, EKRE sacó menos votos (1.712), porcentaje (1.66%) y escaños (17, pierde 2), con el agravante de que la participación fue casi la misma. La mayoría oficialista lo deja ahora sin margen para incomodar. Su segundo puesto se debe más bien al derrumbe Centrista.
El partido también sufrió reveses electorales. Logró ganar por segunda vez en la undécima circunscripción al sur del país, pero tuvo un retroceso en la duodécima, que había ganado en 2019, y quedó atrás de los Reformistas. En ambas evidenció una caída porcentual.
¿Motivos? Posiblemente EKRE debería haberse enfocado más en la economía que en la política exterior hacia Ucrania (bastante más popular de lo esperado). El haber formado gobierno de 2019 a 2022 con los Centristas tampoco pudo haber sentado muy bien al partido ultraderechista.
Así, es evidente el estancamiento de EKRE, que parecía camino a dar la sorpresa durante un escrutinio tenso del voto presencial (la mayoría de los votantes del partido desconfían evidentemente del voto online). Tendrán que aprovechar su nueva posición legislativa para remontar.
Los aliados de coalición de Kallas no tuvieron tanta suerte como ella y ambos perdieron porcentaje y escaños. El Partido Socialdemócrata resistió bien una elección que se le veía difícil, pero aún así pierde uno de sus 10 escaños (aunque sacó más votos absolutos que en 2019).
Por su parte el partido demócrata cristiano Isamaa (Patria), sufrió un duro revés. Quedó atrás de los socialdemócratas y perdió un tercio de sus votos y escaños, cayendo de 12 a 8. Aún así, ambos partidos junto a los Reformistas podrían continuar formando una mayoría de gobierno.
Después de los Reformistas, otro irrefutable ganador es el partido liberal Eesti 200 (Estonia 200), de Lauri Hussar. En su segunda elección sacan un 13.3% e irrumpen en el parlamento con 14 escaños. Triplican su resultado de 2019, cuando por unas pocas décimas no lograron entrar.
Los cálculos permiten estimar que el voto a Eesti 200 vino más que nada de votantes descontentos de los Centristas e Isamaa. Este nuevos liberales quedan ahora en una excelente posición como posible aliado de gobierno de Kallas, pues ella solo necesita sus 14 votos para reelegir.
La ultraizquierda prorrusa, el Partido de la Izquierda Unida (EUVP), logró un 2.4% (14.607 votos) y casi un 4% del voto presencial. Aunque no entró, es destacable porque en 2019 solo lograron el 0.1% (511 votos), con lo que multiplicaron veinticuatro veces su anterior resultado.
Si la guerra en Ucrania contribuyó al triunfo de Kallas, también lo hace en este caso con el voto de la minoría rusa. La oleada de sentimiento antirruso levantada por la invasión contra Ucrania pudo contribuir a cohesionar el voto de algunos electores rusos en torno al EUVP.
Otro factor posible. Previamente, la minoría rusa de Estonia votaba más que nada al Partido de Centro. El pacto de Ratas con EKRE (la derecha nacionalista estonia) tras las elecciones de 2019 muy probablemente devastara su imagen ante muchos votantes rusos, que girarían al EUVP.
Señal de esto es su excelente resultado en la séptima circunscripción, en el extremo de la frontera con Rusia y hogar de la mayoría de los ruso-estonios. Allí, el EUVP sacó casi el 15% de los votos y estuvo a menos de 2% de meter un diputado por voto directo, Aivo Peterson.
Otro prorruso, el independiente Mihhail Stalnuhhin, estuvo a punto de resultar electo de la misma forma (voto directo, burlando el umbral electoral por obtener un fuerte mandato personal). Sin embargo, cuando se contó el voto online, tanto Stalnuhhin como Peterson quedaron fuera.
El partido conservador fiscal "Los Derechistas" (Parempoolsed) no logró ingresar al legislativo en su primera disputa electoral, con solo un 2.3% de los votos, y quedó atrás del EUVP. Habrá que ver si logran la misma hazaña que Eesti 200 y para 2027 su suerte resulta ser otra.
Por último, los Verdes Estonios no lograron aumentar sus votos como en 2019 y de hecho perdieron casi la mitad de lo logrado, volviendo a caer cerca del que fuera su peor resultado histórico en 2015. Fueron además, el partido menos votado. Están lejos de retornar al parlamento.
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Ghana es una república presidencial. El presidente es el jefe de Estado y gobierno elegido junto al vicepresidente por voto popular para un mandato de cuatro años, con posibilidad de una reelección. Si ninguna fórmula supera el 50% de los votos, se realiza una segunda vuelta.
El Parlamento de Ghana es unicameral y se compone de 275 escaños elegidos al mismo tiempo que la presidencia por sistema uninominal. El país se encuentra dividido en 275 circunscripciones, cada una de las cuales elige un único representante por simple mayoría de votos.
El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, declaró ayer la Ley Marcial, lo que fue denunciado como un intento de Golpe de Estado. Una sorprendente reacción popular y legislativa lo forzó a retirarla y ahora se contempla su destitución.
¿QUÉ PASÓ EN COREA DEL SUR? 🧵👇
Si nos remitimos a las palabras, Yoon básicamente ha anunciado que declara la Ley Marcial para "eliminar los elementos subversivos vinculados a Corea del Norte en el país" y "proteger la Constitución". Por supuesto, la realidad es muy diferente al discurso del presidente.
La movida revive recuerdos nefastos para la región. El discurso de Yoon parece incluso tener copias al carbón del que Ferdinand Marcos emitió en Filipinas el 23 de septiembre de 1972. Un mes más tarde, el 17 de octubre de 1972, Park Chung-hee hacía lo mismo en Corea del Sur.
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¿Qué ha pasado en Pakistán? 🧵👇
#PakistanArmy #IslamabadMassacre
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Desde el derrocamiento del exprimer ministro Imran Khan por medio de una cuestionada moción de censura en 2022, Pakistán ha sufrido un duro retroceso democrático, con censura mediática, proscripción a partidos, detenciones arbitrarias y maniobras judiciales poco confiables.
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Islandia es una república parlamentaria. El presidente es el jefe de Estado electo, con poderes ceremoniales, mientras que el primer ministro es el jefe de gobierno responsable ante el Althing (literalmente: "Asamblea General"), parlamento unicameral electo cada cuatro años.
El Althing se compone de 63 escaños elegidos por representación proporcional. 54 son elegidos en seis circunscripciones plurinominales, distribuidos por sistema d'Hondt, mientras que los 9 restantes se asignan para nivelar el resultado de acuerdo al voto popular nacional.
Este miércoles la República de Namibia celebrará elecciones generales para renovar la presidencia y los 104 escaños de la Asamblea Nacional por el período 2025-2030.
Namibia es una república semipresidencial. El presidente es el jefe de Estado elegido por voto popular y directo para un mandato de cinco años, con posibilidad de una sola reelección. Si ningún candidato logra más del 50%, se realiza una segunda vuelta entre los dos más votados.
El Parlamento de Namibia es bicameral. La Asamblea Nacional es la cámara baja y se compone de 104 escaños. 96 se eligen por representación proporcional por listas cerradas a nivel nacional. Los otros ocho parlamentarios son delegados sin voto, designados por el presidente electo.