Sólo por informar, he de decir que la primera persona de Podemos que tuvo palabra en la ONU fui yo, en la Comisión de DDHH en Ginebra, allá por 2017. Pero entonces al partido ya no le importaba lo que ocurría fuera de Madrit, y mucho menos lo que hacía yo.
En aquel entonces, estaba a tope presionando para que la UE y la ONU crearan un instrumento para monitorizar las actividades de las multinacionales por el mundo y así limitar las violaciones de DDHH que cada día cometen.
Mi principal objetivo era acabar con la explotación laboral de las mujeres que trabajan en la industria textil, que se cuentan por MILLONES. ¿Por qué me dió por eso? Porque lo vi con mis propios ojos, porque me lo contaron las propias mujeres, en Honduras o en Sri Lanka.
Hoy, aquellos compañeros me llaman fascista, y me dicen que estoy en contra de los DDHH; pero no son capaces de decir qué derecho humano violo cuando afirmo que ser mujer no es una elección ni un sentimiento, sino una realidad biológica.
Defender sus teorías significa que la opresión, que las barbaridades que he visto contra mujeres, eran una simple elección de esas mujeres.
Es un insulto supremo a todas las mujeres del mundo.
No me da pena la deriva del que fue mi partido, sino que me provoca ira, lo reconozco. Porque saben que mienten. Porque quien diga que la definición de mujer es muy complicada, que no está tan claro, ESTÁ MINTIENDO a boca llena.
Ser buena gente es una cosa y ser imbécil es otra.
Pero oye, nada como la #LeyTrans para quitar caretas. De mi antiguo entorno de Podemos, con una mano cuento los compas que mantienen la racionalidad.
Y otras que gritaban el #MeToo y el Hermana yo sí te creo, hoy no saben quién es una mujer. Pos vale.
Amigas y amigos que me hicieron la PELOTA (eso lo sé ahora, pasado el tiempo, porque yo era ingenua en política y novata en trepamiento partidista) para conseguir empleos, proyectos pagados con dinero europeo y promoción.
Me estáis leyendo, trepas, pues me dais auténtico asco.
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh