Adiós al escritor japonés Kenzaburo Oé, que tan esencial ha sido para mí por abordar la vida con un hijo nacido con discapacidad como tema literario de pleno derecho. Su Hikari, diagnosticado de autismo, modeló su vida y su escritura.
«He podido conocer a no pocos padres, sobre todo a madres, de hijos con discapacidad. Tuve la sensación de que todos ellos, en algún momento decisivo, se habían dicho a sí mismos: “No tenemos alternativa. Sigamos adelante”. Y así lo hacían».
Traducido por Jordi Fibla
Quien crea que viven en una lucha constante, pecaría de sentimental y sería inexacto. Sus hijos les dan auténtica alegría. También yo puedo dar testimonio, y con todo mi mujer y yo hemos dicho innumerables veces esas palabras demasiado familiares: No tenemos alternativa. Sigamos.
Es necesario cierto valor, tal vez una clase de valor triste, para admitir que ha habido, y sigue habiendo, momentos en los que la familia, y yo en particular, no hemos sido capaces de dominar el enojo causado por Hikari.
Y, sin embargo, como escritor, he de reconocer que el tema central de mi obra ha sido la manera en que mi familia se las ha arreglado para vivir con este hijo. De hecho, debo admitir que mis ideas sobre la sociedad y el mundo en general, se basan en la experiencia de vivir con él
«Las personas con discapacidad nos han mostrado la estrechez de nuestras miras. La sociedad que las excluye es por definición débil y frágil».
«Si abordamos la cuestión de cómo el conjunto de la sociedad aprenderá a aceptar la vida en común con sus miembros discapacitados, todos nosotros nos hacemos más libres, lo cual sugiere una oportunidad para la creación de una nueva clase de humanidad». #KenzaburoOé
«El hecho de tener un hijo en ese estado me ha llevado a conocer a muchas personas con discapacidad, a sus familiares y a quienes contribuyen a su rehabilitación, y he visto cómo cada cual soporta su propia carga».
«Los signos de ese sufrimiento son claramente visibles los rostros de estas personas. Y quienes los rodean están sin duda marcados de una manera similar, pero creo que hay otra señal que comparten, el rasgo común de su decencia».
Los libros, aparentemente frágiles, retienen la capacidad de nombrar lo prohibido, y por eso son temidos. A menudo escuchamos voces que los desdeñan como fósiles obsoletos e irrelevantes, pero todavía hay muchos puñales que apuntan a las palabras escritas.
📷 Chema Madoz
El ataque de ayer a Salman Rushdie es el último capítulo de un relato escalofriante. En 1991 fue asesinado por traducir “Los versos satánicos” el catedrático japonés Hitoshi Igarashi. En julio de 1993, en la ciudad de Sivas (Anatolia), extremistas islámicos prendieron fuego…
En 1993 extremistas islámicos prendieron fuego al hotel donde se alojaba el traductor turco del libro. Él sobrevivió, pero murieron quemadas 37 personas. Y no acaba aquí: sería largo enumerar todos los eslabones de sangre en esta cadena.
📷 Chema Madoz
Un cuento navideño -verídico- sobre la utilidad del latín en tiempo de trincheras.
«En Navidad de 1914, cuatro meses después de los días de euforia por el comienzo de la guerra, ya había un millón de soldados muertos. El frente era una línea de 750 kilómetros…
(abro hilo)
Nochebuena, 1914. En torno a las siete de la tarde, Albert Moren, del 2° batallón del Queen’s Royal Regiment, se frota los ojos. ¿Qué se ve al otro lado? Cada vez se encienden más luces. De pronto, escucha una melodía. Los alemanes están cantando ‘Stille Nacht, heilige Nacht’.
Los británicos no quieren ser menos y entonan ‘The first Noel’. Los alemanes aplauden y responden con ‘O Tannenbaum’. Así siguen un rato, hasta que finalmente cantan todos juntos ‘Adeste fideles’. En latín, la lengua que los une.
Dos mujeres grandes y fuertes murieron un mismo día, 27/11. #AlmudenaGrandes en 2021. #GloriaFuertes en 1998.
«Escribo de memoria
de repente,
escribo sobre mí,
sobre la gente,
como un trágico juego
sin cartas solitario,
barajo los colores
los amores,
las urbanas personas…
…barajo los colores
los amores,
las urbanas personas
las violentas palabras
y en vez de echarme al odio
o a la calle,
escribo.
(Escribo, #GloriaFuertes). #AlmudenaGrandes
Lo importante es que la ventana elegida quede a la altura de sus ojos. Es recomendable que no tenga que acostarse en el piso o saltar repetidas veces para ver qué hay al otro lado -aunque, si prefiere, nadie se lo prohíbe-.
Cortázar, Instrucciones para mirar por la ventana
Leamos
“Así que ahora sí, una vez que tiene su ventana, póngase cómoda. Use una silla si quiere, aunque la posición que recomendamos es la siguiente: cuerpo inclinado, antebrazos apoyados de manera paralela sobre la baranda o sobre el marco, cabeza en alto, mirada hacia delante”.
“Puede ponerse un almohadón bajo los brazos si piensa pasar varias horas. Y ahora mire, no importa qué, no importa si no sabe qué debe mirar, usted mire como si tuviese certezas, mire con fuerza, mire como los gatos, con intensidad...”