Importancia de la Fiesta de la Preciosísima Sangre de Jesús, a la cual se dedica el mes de julio.
Como resultado de la triunfante revolución de Italia en el siglo XIX, el Papa Pío IX se vio obligado a huir de Roma, disfrazado de simple sacerdote, el 24 de noviembre de 1848,
y vivió exiliado en el Castillo de Gaeta desde 1848 hasta 1850. Unos pocos meses después de su exilio, en febrero de 1849, se proclamó en Roma la República de Italia.
Fue durante este turbulento período que se estableció la fiesta de la Preciosísima Sangre, el primer domingo de julio de 1849.
Fue San Pío X quien le asignó a la fiesta la actual fecha en que se celebra durante su reforma del Breviario Romano.
María Egipcíaca vivía mala vida desde hacía diecisiete años, cuando hizo un viaje a Jerusalén. El día de la Exaltación de la Santa Cruz intentó entrar en la basílica, pero un poder invisible se lo impidió varias veces.
En su turbación, percibió una imagen de la Virgen María que se encontraba allí y fue inspirada con fuerza a recurrir a la Madre de Dios:
“Virgen maestra, Vos que habéis dado a luz al Dios Verbo según la carne, yo sé, sí, sé, que no es conveniente ni razonable que una mujer tan impura, tan manchada, contemple vuestra imagen. Vos la siempre Virgen, Vos la Pura, Vos que tenéis el cuerpo y el alma puros y sin mancha;
Un día, una mujer joven, antes de entrar en la vida religiosa, fue a ver al Santo Cura de Ars, quien, durante la conversación, le preguntó:
“¿Recuerdas, hija mía, un baile en la noche, dónde estabas? Allí había un joven desconocido, muy guapo, distinguido, admirado, y todas las chicas querían bailar con él ".
Ella dijo: "Sí, y recuerdo que cuando no me pidió que bailara, me puse triste porque todas las otras chicas tuvieron el privilegio de bailar con él".
"Te gustaría haber bailado con él, ¿no?",
Ella dijo: "Si."
El protestante Thibaut llamaba a las melodías gregorianas "cantos de todo punto celestiales". Y el judío Halevy se preguntaba extrañado:
"¿Cómo es posible que los sacerdotes católicos, teniendo en el canto gregoriano las más hermosas melodías de la tierra, admitan en sus iglesias las mezquindades de nuestra música moderna?
Yo, por mi parte, trocaría todas mis obras dramáticas por sólo algunas de sus melodías religiosas."
Presentándose cierto día a San Carlos Borromeo, un moro de mucho prestigio en demanda del Bautismo, preguntole el Santo:
La teología y la pastoral, basadas en el pesimismo presente en la devoción moderna y la polémica de la "predestinación", acentuaron el riesgo de perdición de tal manera que la diferencia entre pertenecer a la Iglesia y pertenecer al mundo prácticamente desapareció.
El católico se inquieta porque toda transgresión de los mandamientos (que sólo pueden cumplirse perfectamente cuando ya se es santo) es vista como estar al borde del precipicio infernal.
Ahora bien, alejarse de la impiedad (ofensa gratuita y deliberada al prójimo, deshonestidad en las relaciones laborales y comerciales, promiscuidad sexual e infidelidad conyugal, mentira que daña al prójimo, falta de empatía con los pobres y los que sufren,