La escena de la regata de La red social es una obra maestra y vamos a analizar su montaje en este hilo de #CorraAverlo.
Cuando Aaron Sorkin entregó a la productora su guión sobre la fundación de Facebook, los que pagan lo tuvieron claro: sería su primera película como director.
Sorkin se cagó encima.
Era un guion difícil y lo sabía. Así que uso hizo una petición: ¿Puedo llamar a un amigo?
Ese amigo era David Fincher.
Aaron Sorkin solo quería que le echara un ojo y le aconsejara como director novato.
Dos horas y medias después de haber recibido el guión, David Fincher llamó a Sorkin y le dijo:
"Aaron, si te parece bien, ¿puedo dirigir la película?"
Así nació una de las parejas creativas más espectaculares de los últimos años.
Sorkin, el guionista que dominaba el diálogo como nadie.
Fincher, el director con la mejor gramática visual del planeta.
Juntos iban a hacer una de las películas más impactantes de la década.
Pero había un problema...
Después de releer el guión, Fincher llamó a Sorkin:
"Aaron, todo el guion está brillantemente escrito, todo está perfectamente conectado, pero...
¿Qué coño es la regata Henley? ¿Y a quién le importa?"
Sorkin había escrito una escena central sobre una regata de remo de la que no se habla en toda la película.
En la que los personajes son secundarios.
De la que no sabemos nada.
Pero que encima estaba escrita como si fuera algo muy importante.
Según cuenta Fincher, Sorkin no le respondió a la pregunta.
Solo le miro como si dijera:
"Bueno, ese es tu problema..."
Porque efectivamente, ese el problema de un director: convertir en imágenes, no lo que se muestra en el guion, sino las sensaciones que transmite.
Como Fincher dice, su misión es crear el ambiente para contar una historia.
Así que el director hizo de ese "Bueno, ese es tu problema"... Un verdadero problema.
Comenzó por tomar una decisión de las que los productores no quieren ni oír hablar.
Rodaría en la verdadera regata Henley.
Algo así como la superbowl del mundo de las regatas.
Esto de por sí ya es una decisión complicada, porque rodar en un evento real puede pasar de todo. Desde que haga mal tiempo, a que la gente te boicotee un plano.
(Como realmente les sucedió, el público decidió marcharse cuando salieron los remeros falsos para la película)
Pero lo que realmente ponía los pelos de punta a los productores era lo siguiente:
La regata Henley tenía lugar solo 5 semanas antes el estreno.
(5 semanas a lo mejor te parece mucho, pero si te digo que en la secuencia inicial gastaron 3 meses... solo para montarla 🤯)
Pero Fincher tenía un plan.
Su plan comenzó unos meses antes, en el lago de Eton.
No lo conozco personalmente, pero según cuenta Fincher, aquello se parecía como un huevo a una castaña a Henley.
Las orillas estaban desiertas.
El agua era de color distinto.
Los fondos no tenían nada que ver.
Así que Fincher tomó una decisión, tomaría primeros planos de los actores pero con un truco.
Utilizaría una lente de desenfoque (Tilt Shift).
En foco tendría los rostros de los actores, pero todo lo demás quedaría desenfocado.
Un truco que le serviría para poder incluir después los fondos reales de la regata Henley sin que se notara.
(Lo curioso es que esta técnica, que en un principio servía para tapar las carencias de la producción, se ha convertido en algo común en las realizaciones deportivas)
Pero eso era la parte fácil.
Ahora llegaba lo realmente difícil: expresar todo lo que aparece en el guion en imágenes.
Si lees la escena tal y como la escribió Sorkin, está todo lo que rodó Fincher, pero en realidad es otra cosa totalmente distinta.
La escena está planteada como una lucha entre los dos barcos, con un perdedor. (metafora de la peli)
Pero en realidad no va de eso...
La escena está escrita como una oda al esfuerzo.
Los personajes muestran que son capaces de ir más allá de la capacidad física persiguiendo su presa.
No solo no van a parar, sino que van a morir desfallecer hasta conseguirlo.
Claro, esto dicho así queda muy bonito.
Ahora hay que ponerlo en imágenes.
Pero ¿Cómo? ¿Cómo se puede representar visualmente el esfuerzo?
Fincher tuvo una idea...
Lo haría a través del montaje.
El montaje es la verdadera herramienta única del cine.
El cine es único arte que utiliza dos elementos para crear sensaciones: Las imágenes y el tiempo.
El cine está construido de tiempo.
La duración de cada plano es un elemento narrativo tan importante como el tipo de plano o el punto de vista.
(En esta escena de Se7en muy parecida a la de la regata, aunque hace justo lo contrario)
Pocos directores dominan también este uso narrativo del tiempo como Fincher.
Vamos a analizar cómo es el montaje de esta escena.
Comenzamos con una serie de planos generales sobre el ambiente de la regata.
Hay planos larguísimos de casi 6 segundos, seguidos de otros de 2 segundos.
Estamos en la calma.
De ahí pasamos el primer plano general de las barcas.
También más bien largo.
Le siguen dos planos sobre los personajes que duran 7 segundos... una barbaridad.
Fijaos que están más bien alejados de la barca.
El punto de vista aún está a unos metros de los personajes, no se mete en la barca.
Seguimos suavecito.
Volvemos a un plano general de las barcas.
Esta va a ser una constante de la secuencia: Plano alejado de las barcas y luego se acerca a los personajes.
¿Por qué?
Si queréis saber por qué va y vuelve todo el rato al plano general, dale a mostrar comentarios para leerlo.
Porque genera un ritmo.
Es como en la música: Dentro/fuera, dentro/fuera.
Se crea una sensación de repetición que nos va a ayudar a comprender cuando aceleramos y cuando paramos.
Después continua con un acercamiento a la barca rival.
Fijaos que cada vez son más cercanos los planos y hay más.
Nos salimos otra vez a un plano general de las barcas... y fijaos que la música marca el comienzo de las hostilidades.
La música aumenta el ritmo y el montaje lo va a hacer también.
Es como un disparo de "comienza lo bueno".
Ahora casi no tarda en volver a ese plano general de las barcas.
El ritmo se acelera y nos lo marca utilizando planos cada vez más cortos y más cercanos.
Ya solo hay primeros planos.
Ahora saltamos todo el rato del plano general a los planos cortos y volvemos al instante al general.
El ritmo se enloquece.
Y llega la locura.
Últimas paladas. Chotocientos planos cada vez más cortos, cada vez más cerca y cada vez más extenuantes.
Y llega el final.
La sensación que tenemos es la misma que la de los personajes. Estamos extenuados, Fincher nos ha reventado.
No ha mostrado lo que los personajes sienten, nos lo ha hecho sentir a nosotros.
Y esta, amigos, es la magia del cine.
Conseguir mediante herramientas técnicas visuales no solo entender una historia, sino sentirla y vivirla.
Y si os queréis saber más cosas de la película:
El próximo jueves 13 de abril estará acompañado de @Pedro_Torrijos en los @cineszoco para ver la película y tener uno de los coloquios que más me apetece.
Gracias por llegar hasta aquí y, sobre todo, gracias a todos por la acogida de la novela.
Está siendo la bomba.
Espero que disfrutéis unos días de descanso, yo me los tomo con gusto, aunque seguiré por aquí.
No podemos dar la espalda a la red social.
Y si has llegado aquí y no tienes ni idea de quien soy. Soy Jorge Corrales, escritor y guionista, me gusta subir un hilo los viernes sobre cine y otras cosas.
Lo de Amaia en LaRevuelta el otro día fue sensacional, pero no solo por el vídeo, sino porque explica muy bien cómo funciona el proceso creativo.
Seguidme en este hilo para ver de dónde salió este vídeo
A principios de los 90, un joven fotógrafo parisino Vincent Moon, recién salido de varias escuelas de fotografía, comienza un proyecto nuevo: Les nuits de Fiume.
En él se embarca a conocer todos los garitos de París y hacer fotos desenfadadas de los músicos que allí tocan.
Allí conoce a muchos músicos y se hace amigos de ellos, pero hay unos que le cambian la vida.
La banda norteamericana The National le pide que grabe su nuevo videoclip. Moon, interesado en el movimiento y en la naturaleza, graba a la banda en el bosque con una super 8.
Dentro del Laberinto es una de esas películas que cambian con tu edad.
Cuando era pequeño, creía que iba de una chica que pierde a un niño.
Ahora sé que dentro del Laberinto esconde una alegoría preciosa sobre cómo funciona nuestro cerebro adolescente.
Abro hilo 👇👇
(Antes de empezar, os recuerdo que todas mis historias las podéis escuchar con mi voz en mi pódcast Material Narrativa. Esta pertenece al número 2, dedicado a las marionetas y Jim Henson.
Los efectos especiales en el siglo XXI no han llevado a lugares increíbles, hemos viajado más allá del tiempo y espacio, hemos visitado el interior de un agujero negro...
Y, sin embargo, yo sigo echando de menos los efectos de los 80 y 90.
Los lápices no suelen ser útiles en la guerra: son frágiles, se rompe la punta, necesitan un sacapuntas cada poco tiempo.
Pero este, el Cumberland 103 de la compañía Derwent, fue uno de los mayores inventos de la Segunda Guerra Mundial.
Porque salvó muchas vidas.
Tira del hilo
Toda esta historia comienza con un sermón.
Un sermón en la iglesia Evangelica Open Brethen en Leeds.
Estamos en 1939 y la situación es tensa. Reino Unido y Francia acaban de declarar la guerra a Hitler, tras la invasión alemana de Polonia.
Todos los ministerios se preparan para la guerra. Uno de los más Valioso es el Ministerio de Abastecimiento, que se encarga de todo el material necesario para el ejército.
Dos de sus empleados se sientan en los bancos de esta iglesia, esperando el sermón dominical del párroco.