Mejillas sonrosadas, piel casi traslúcida, labios carmesí, dientes bien blancos y figuras tremendamente delgadas…así era el estándar de belleza en plena época victoriana.
Los labios rojos y ojos brillantes los usaban las trabajadoras sexuales para simular excitación. Para conseguirlo usaban carmín y Belladona.
La “tisis” también provocaba mejillas enrojecidas, labios rojos y ojos brillantes.
La tuberculosis, conocida en ese momento como consumo, fiebre agitada y tos en el cementerio, era epidemia que afectaba a todas las clases y géneros sin prejuicios.
Se asociaba con mujeres respetables y se pensaba que se desencadenaba por el esfuerzo mental o demasiado baile.
Se observó que causaba piel pálida, cabello sedoso, pérdida de peso y un tono febril en la cara (junto con síntomas que incluyen debilidad, tos con sangre, malestar gastrointestinal e insuficiencia orgánica)se trató con poco o ningún efecto con sangrado, dieta, vino tinto y opio
La hipótesis de que era causada por el esfuerzo mental, junto con el alto número de artistas e intelectuales que perdieron la vida por tuberculosis también llevó a su asociación con los poetas.
Según Alejandro Dumas “ "Era la moda de sufrir por los pulmones; todo el mundo era consumado, especialmente los poetas; era una buena forma escupir sangre después de cualquier emoción que fuera sensacional, y morir antes de llegar a la edad de treinta años".
Era lo más parecido al club de los 27 de las estrellas de la música actual, aunque por causas totalmente diferentes.
Debido a su asociación con mujeres jóvenes y poetas, la enfermedad en sí misma llegó a representar la belleza, la pasión romántica y la hipersexualidad.
Su tez casi pálida, era debida a la enfermedad, se desmayaban por falta de oxígeno más que por la tensión del corsé.
Si la enfermedad no te podía dar esa belleza “esperada” había otros atajos para conseguir cumplir los cánones de belleza.
Se decía que tomar pequeñas cantidades de arsénico regularmente producía tez clara, pálida y fantasmal. Lola Montez informó que algunas mujeres en Bohemia bebían con frecuencia el agua de los manantiales de arsénico para blanquear su piel.
Así que consumían Obleas de Arsénico.
También usaron una especie de ungüento de aceite de oliva y así hablaban de cómo aplicarlo: “Mezcle una cucharada del mejor alquitrán en una pinta de aceite de oliva puro o aceite de almendras, calentando los dos juntos en una taza de lata en agua hirviendo.
“Revuelva hasta que esté completamente mezclado y suave, poniendo más aceite si el compuesto es demasiado espeso para correr fácilmente. Frote esto en la cara cuando se vaya a la cama.
Tras varias aplicaciones, la piel se verá suave, hidratada y teñida como la de un bebé.”
Usaban amoníaco como enjuague capilar y, lo que es más preocupante, como depilatorio. Para un cabello sano. Se recomendaba frotar todas las noches con un cepillo en un recipiente de agua con tres cucharadas de amoníaco añadido.
Para lograr los "ojos brillantes" febriles ideales, algunas mujeres todavía usaban belladona (que podría causar ceguera), mientras que otras recurrieron a poner jugo de limón u otros irritantes en sus ojos.
El ensayo clínico de fase 3 𝗗𝗘𝗦𝗧𝗜𝗡𝗬-𝟬𝟲 ha demostrado que el anticuerpo conjugado 𝘁𝗿𝗮𝘀𝘁𝘂𝘇𝘂𝗺𝗮𝗯 𝗱𝗲𝗿𝘂𝘅𝘁𝗲𝗰𝗮𝗻 (𝗧-𝗗𝗫𝗱) mejora significativamente la supervivencia libre de progresión.
📸Antia Domínguez
La supervivencia libre de progresión es el tiempo que pasa desde que una paciente empieza un tratamiento hasta que el tumor vuelve a crecer o la enfermedad empeora. Cuanto mayor es este tiempo, mejor es la efectividad del tratamiento.
El ensayo contó con 866 pacientes. Se mostró reducción del 𝟯𝟴 % 𝗱𝗲𝗹 𝗿𝗶𝗲𝘀𝗴𝗼 𝗽𝗿𝗼𝗴𝗿𝗲𝘀𝗶𝗼́𝗻 en comparación con quimioterapia, con una 𝗺𝗲𝗱𝗶𝗮𝗻𝗮 𝗹𝗶𝗯𝗿𝗲 𝗱𝗲 𝗽𝗿𝗼𝗴𝗿𝗲𝘀𝗶𝗼́𝗻 de 𝟭𝟯,𝟮 𝗺𝗲𝘀𝗲𝘀 frente a 𝟴,𝟭 𝗺𝗲𝘀𝗲𝘀 observados con quimioterapia
Duelo de pistolas al amanecer, Transilvania y un experto en farmacia,
detrás de la formación de una de las asociaciones más prestigiosas del
mundo, la AMA, ¿ qué relación puede tener este batiburrillo?
Una historia de “#Halloween”
La creación de American Medical Association,AMA
En 1818 la competencia entre profesionales sanitarios, más concretamente
entre médicos era feroz. A tal extremo llegó la situación, que era
relativamente común, sin comisiones que regularan la competencia,
resolver los problemas de manera caballerosa pero truculenta.
Tras lanzar una moneda al aire, un médico iba a la derecha, el otro a la
izquierda, y tras dar 10 pasos, era momento de darse la vuelta, y hacer lo contrario para lo que estudiaron, matar a otro ser humano, como síntoma de supervivencia profesional.
En 1891, en una playa de Tasmania, un hombre llamado Louis Smith se arrastró dentro de una ballena muerta, mientras tocaba a tientas las entrañas esponjosas, ahogándose con gases pútridos, esperaba encontrar una fortuna.
AMBAR GRIS
Había estado buscando oro marino durante algún tiempo y finalmente tuvo suerte. Dentro de esta ballena había un trozo de más de 200 kilos de ámbar que en ese momento le valió 10.000 libras esterlinas, el equivalente moderno de más de medio millón de libras.
Durante siglos, la gente ha estado obsesionada con el ámbar. Los antiguos griegos lo desmenuzaban en vino para emborracharse más. Como medicina medieval, se recetó para tratar todo, desde la epilepsia hasta la impotencia.
La hiperplasia benigna de próstata es la causa más frecuente de los síntomas del tracto urinario inferior en los hombres. Los hombres entre 40 y 59 años lo sufren en el 44 % y alcanza el 70 % en mayores de 80 años.
TAMSULOSINA
La obstrucción de la vía urinaria se debe tanto a la compresión mecánica de la uretra por la próstata hipertrofiada como a la contracción funcional de la próstata y la uretra por estimulación simpática.
En 1948, se planteó por primera vez la posibilidad de que había 2 adrenorreceptores, alfa y beta.Esta hipótesis se refrendó con el descubrimiento de los primeros antagonistas alfa y beta. Los primeros usos de este tipo de antagonistas fueron para el tratamiento de la hipertensión
En agosto de 1920, Olive Thomas, estrella de Broadway, viaja a Paris para intentar salvar su matrimonio en la “ciudad del amor”.
Thomas tras una noche loca, acaba envenenada en su habitación del hotel RITZ.
MERCURIO
Después de una noche de borrachera en la ciudad, Thomas no podía dormir, fue al baño y tomó una dosis letal de la medicina de su marido. Su marido tenía una infección por sífilis que trataba con bicloruro de mercurio tópico en solución.
Nunca se determinó si fue un error cometido en la oscuridad o un intento de suicidio. Thomas fue llevada de urgencia al hospital, pero era demasiado tarde. Ella murió cinco días después.
Los “errores” con mercurio eran relativamente frecuentes en esta época, con casos sonados.