Thread by @Rochi_Saiyajin

#coronitas Aunque lo más normal es que los reyes y reinas de Inglaterra/Gran Bretaña tuvieran una coronación, hubo monarcas que lo fueron sin llegar a tenerla...y otros que celebraron al menos dos.

La coronación era algo importante en las edades Media y Moderna. Era lo que te legitimaba en tu posición, lo que hacía que un rey estuviera por encima del resto de los mortales por el resto de sus días. Pero en la práctica política, no siempre se podía hacer o...algo pasaba entre

que un rey llegaba al trono y se producía la coronación, dado que ambos eventos estaban separados por muchos meses, y a veces incluso por más de un año. El rey que no fue coronado que más cerca nos pilla es Eduardo VIII, el tío de la reina Isabel II.

Él llegó al trono el 20 de enero de 1936, a la muerte e su padre, Jorge V, y abdicó el 10 de diciembre de ese mismo año. Su coronación todavía no se había producido, y estaba planeada para el 12 de mayo de 1937, casi un año y medio después de su ascensión.

La fecha se "quedó reservada" y fue el día en el que se llevó a cabo la coronación de su sucesor, Jorge VI. De hecho, muchos contratos, merchandising y simbología que ya se habían preparado para la coronación de su hermano se reutilizaron para la que acabó teniendo lugar.

Pero la abdicación previa a la coronación no le hace menos rey. También se suele contar como rey a Eduardo V, uno de los famosos "príncipes de la Torre", que ascendió al trono a la muerte de su padre, Eduardo V, en 1483, en el difícil contexto de la Guerra de las Dos Rosas.

El nuevo rey tenía solo 12 años y, aunque fue representado en algunas imágenes con las joyas propias de la coronación, no llegó nunca a ser formalmente coronado. Después de apenas dos meses y medio de reinado, tanto él como su hermano desaparecieron misteriosamente.

Nunca se supo cuál fue su destino. Existieron algunos pretendientes que aseguraron ser uno de los príncipes desaparecidos, pero se les dio por muertos y su tío (y hasta entonces regente como Lord Protector) Ricardo III asumió el trono.

Se consideró que unos restos humanos infantiles que se encontraron en dos pequeñas cajas en el siglo XVII corresponden a los príncipes, y se les enterró en un monumento dedicado a estos pequeños en la Abadía de Westminster. Pero no existe ninguna prueba que nos indique, más allá

de toda duda razonable, que esos son los restos de los desaparecidos príncipes. De hecho, hay otros restos, encontrados a lo largo de los siglos, que podrían ser buenos candidatos. Sin embargo, todos los reyes, hasta el momento, se han negado a permitir la realización de pruebas

de ADN en los cuerpos enterrados en la Abadía para comprobar su identidad. Quizá esto cambie pronto, pues se han hecho acercamientos a Carlos III que presagian que puede no estar tan opuesto como sus antepasados a realizar nuevas pruebas. ¡Igual hay suerte!

express.co.uk/news/uk/168281…

Por último, se podría debatir el caso de lady Jane Grey, la llamada "Reina de los Nueve Días", nombrada sucesora al trono por el testamento de Eduardo VI, pero cuya legitimidad fue cuestionada desde la muerte de este. Finalmente fue la hermana mayor del fallecido, María Tudor, la

medio hermana de Eduardo VI, hija de Enrique VIII y Catalina de Aragón, la que reclamaría con éxito el trono y sería la primera reina propietaria de Inglaterra (y coronada como tal). Lady Jane nunca fue ampliamente reconocida, y su reinado, vinculado a conspiraciones nobiliarias,

fue, de contarse, extremadamente corto y carente de legitimación general, por lo que generalmente no se la incluye en el listado de monarcas. Sería ejecutada en la Torre de Londres, con apenas 17 años.

Pero, ¿cuáles fueron los reyes coronados dos veces? ¿Y por qué algún rey querría organizar semejante movida otra vez? Sobre todo cuando, en teoría, la sacralidad y legitimidad asociada a una coronación duran de por vida, hasta que el cuerpo terrenal del rey muere.

Una cosa que hay que tener en cuenta es que la coronación, además de ser un evento religioso, se considera una ceremonia que une al rey con su pueblo. De hecho, dicho rey jura una serie de cosas relacionadas con el bienestar de sus súbditos y la prosperidad de su reino.

Esta era una promesa vinculante que se intercambiaban rey y súbditos. Por eso el juramento es una parte tan fundamental de la ceremonia (ya hablaremos más de él estos días). Por lo tanto, si se considera que un rey, al suceder, no tenía la suficiente capacidad para entender

o emitir dicho juramento en toda su capacidad (por ejemplo, porque sucedía cuando era menor y se procedía a la coronación para legitimar su posición antes de su mayoría) o cuando se necesitaba reforzar los vínculos entre un soberano y su pueblo.

Estas coronaciones no eran exactamente iguales a las primeras. Por definición, es un proceso que no se puede reproducir en la misma persona. Pero eso no quiere decir que no se realizaran ceremonias secundarias con rasgos en común.

Veamos dos casos de segundas coronaciones, una para cada uno de los casos referidos. En primer lugar tenemos el caso de Enrique VI. El joven Enrique ascendió al trono cuando apenas tenía unos meses de edad, tras la muerte de su padre, Enrique V, en Francia en 1422.

Técnicamente, el bebé Enrique también reclamaba el trono de Francia, pero siempre en el difícil contexto de la Guerra de los Cien Años. Para intentar legitimar y asegurar su posición, se decidió que se procedería a su coronación en 1429. El niño-rey tenía apenas siete años.

Hasta la corona era demasiado pesada para él, y se tuvieron que hacer muchos ajustes en el ceremonial para adaptarlo a un niño. Pero fue, en todo caso, coronado. Fue coronado una segunda vez, como rey de Francia en esta ocasión, en Reims cuando tenía solo 10 años.

Para reafirmar su posición, cuando llegó a su mayoría de edad y asumió el trono con plenos poderes, el 1 de noviembre de 1437, se realizó lo que se llama en algunos estudios "crown-wearing ceremony" (ceremonia en la que se lleva la corona) donde se reprodujeron actos

asociados a la coronación. Y también se llevó a cabo en un contexto religioso, en el llamado Merton Priory. Por lo tanto, aunque no fue exactamente una reproducción de la coronación, tenía los suficientes puntos en común como para reforzar a un nuevamente mayor de edad rey.

Otro monarca que fue coronado dos veces fue Ricardo I, conocido como Ricardo Corazón de León. Se habla mucho de leyendas negras, pero algunos personajes tienen una leyenda rosa enorme, entre ellos los ilustrados, los Padres de la Patria estadounidense, y este señor, porque tela.

Ricardo I fue coronado por primera vez el 3 de septiembre de 1189. Es una coronación de gran importancia, por ser la primera que de la que se tiene una descripción detallada. Fue, además, una coronación muy rápida; el antecesor de Ricardo, Enrique II, había muerto el 6 de julio

de 1189 y en septiembre de este año ya se estaba coronando Ricardo en Westminster. ¡Una gran diferencia respecto al más de año y medio que se esperaba que tardase la coronación de Eduardo VIII!

Ricardo Corazón de León pasó muy poco tiempo en Inglaterra durante su reinado. Entre sus intereses en Francia, su desempeño en Cruzada, y el tiempo que pasó encarcelado por su dispar actuación en esta última, Ricardo solo pasó alrededor de diez meses en Inglaterra durante

sus diez años de reinado. En 1194, volvió a Inglaterra después de participar en la Tercera Cruzada y de ser hecho prisionero, y se produjo su segunda coronación, donde se trataba de reforzar y re-legitimar su autoridad tras muchos años fuera del territorio y, sobre todo,

después de su encierro, un momento en el que no podía ejercer, por obvias razones, la potestad de rey. Esa segunda coronación reforzaba su posición, ratificándola, después de años de ausencia, un encierro e importantes derrotas. En este caso, aunque no hubo unción, sí que se

realizaron actos muy cercanos a la coronación completa inicial, como la colocación de la corona de San Eduardo en la cabeza del monarca.

Otros reyes, sobre todo en la Edad Media, también ratificaron sus coronaciones en distintos momentos. Esto dejó de hacerse a medida que avanzó la Edad Moderna, y actualmente es muy difícil pensar en una situación en la que se necesite una segunda coronación...

aunque, como vemos, tampoco sería inaudito. ¿Quién sabe?