Podría empezar esta historia en muchas fechas diferentes. Podríamos empezar en 1875.
O en 1947. O en 1897.
O en 1920. Todas son fechas relevantes.
Pero lo haremos mucho más tarde.
En 1970.
El año que Jimmy Page compró una casa. No una cualquiera.
Era Boleskine House.
El genial guitarrista compró esta casa, situada cerca del Lago Ness, Escocia, obsesionado con la figura del que fue su propietario, Aleister Crowley.
Pensó que era un buen lugar para escribir canciones.
Pero no viviría mucho en ella: quién si lo hizo fue su amigo Malcolm Dent.
Dent, aunque era un excéptico, terminó contando que sintió presencias extrañas y ruidos nocturnos.
La casa llevaba tiempo abandonada y Page intentaría devolverle el aire que tuvo de 1899 a 1913, cuando Crowley hizo allí extraños rituales.
Incluso se dice que Page los repitió.
Casualidad o no, rumor o mentira, lo cierto es que esos años coinciden con una época convulsa en la vida de la super banda.
La muerte del hijo de Plant, sus accidentes de tráfico, la caída fatal de la conocida Sandy Denny, y al final, la muerte por coma etílico de Bonham.
Se decía que la mansión Boleskine estaba maldita.
Que su antiguo dueño había abierto alguna extraña puerta dimensional en uno de sus aquelarres y nunca había sido cerrada.
Page vendió la casa en 1991.
Y en 2015, el edificio ardió hasta la ruina en circunstancias poco claras.
Pero, ¿hubo realmente una maldición sobre los Zepp o solo mala suerte?
¿Tiene alguna relación con el símbolo que representa a Jimmy Page en la portada del 'IV'?
Y sobre todo, ¿quien era ese personaje que le obsesionó hasta el punto de coleccionar sus túnicas y otros objetos?
Edward Alexander Crowley nació en 1875 en Inglaterra, en una localidad con el curioso nombre de Royal Leamington Spa: un pueblo-balneario en el condado de Warwickshire.
Su familia pertenecía a una escisión del protestantismo cristiano: los Hermanos de Plymouth.
La muerte de su padre cuando tenía 11 años, el ambiente religioso en el que creció y los internados por los que pasó perfilaron una personalidad rebelde e inquieta.
Su madre le llamaba 'la Bestia'.
La pobre mujer no sabía cuan profético sería el apodo. 😅😅
Con apenas veinte años, Alexander cambia su nombre a una forma gaelica del mismo: Alisteir.
Y comienza un camino de exploración esotérica y búsqueda de respuestas a preguntas sin resolver que le llevaría a ingresar en 1897 en una extraña sociedad.
La Orden del Amanecer Dorado.
Finales del XIX fue una época de auge del interés por el misterio.
A la vez que la ciencia y la razón se hacían norma, una vuelta romántica a lo espiritual hizo florecer órdenes secretas, logias masónicas y sesiones de espiritismo.
Y muchos artistas se vieron atraídos por ello.
Arthur Conan Doyle, por ejemplo, dilapidó una fortuna en sesiones de espiritismo. Houdini, el gran mago, por contra, dedicó sus empeños a destapar farsantes.
Erik Satie llegó a fundar su propia orden secreta unipersonal, de la que era único miembro y, por tanto, sumo sacerdote.
El joven Alisteir demostró rápido su inteligencia y astucia medrando en la sociedad secreta fundada por William Westcott, Samuel Mathers y William Woodman, una de las famosas de Inglaterra.
En apenas unos años estaba en lo alto de la jerarquía. Pero él quería el control total.
Tras enfrentarse a los fundadores abandonaría la orden y, llevándose sus secretos y rituales, fundaría la suya propia en 1907: Astrum Argentum.
Ahí comenzó su increíble ascensión hacia la fama, en alas de la provocación e impulsado por un lema personal.
HAZ LO QUE QUIERAS.
Haz lo que quieras -do what you wilt- sería un mensaje oculto en las primeras impresiones de Inmigrant Song de Led Zeppelin.
Era la filosofía principal de la obra de Alisteir, que plasmó en libros como 'El libro de la ley'.
Libros que hablaban sobre ocultismo, drogas o sexo.
Alisteir Crowley fue muchas cosas más. Alpinista, compositor de problemas de ajedrez o viajero incansable que recorrió la India, Europa, África o Sudamérica. Hasta diseñó su propio Tarot.
También se podría decir que fue la primera estrella del rock... cuando el rock no existía.
Desde el principio, Alisteir tuvo claro conceptos tan modernos como usar la provocación para vender y 'viralizarse'.
Revelaría los secretos de esas órdenes arcanas a las que perteneció y las sintetizó en su propia religión, Thelema y en una serie de rituales que llamó Magick.
Pero sobre todo no tuvo problema en utilizar la figura del demonio, el satanismo y el morbo que eso generaba para construir toda un aura de misterio alrededor de su persona.
¿Creía en ello o era un embaucador?
Yo diría que supo usar sus herramientas para transmitir sus ideas.
Un corpus ideológico que propugnaba la libertad sexual, la expansión de la conciencia a través de drogas y ceremonias para conectar con fuerzas ocultas y llegar a un conocimiento trascendental o espiritual de la realidad.
Yo que sé, a mí todo eso me suena a algo.
Y es que años después el movimiento contracultural de los 60, influido por la filosofía oriental, abrazó las mismas ideas.
Haz lo que quieras. El amor como ley.
La era de Acuario.
Alisteir Crowley fue un antecesor e inspirador del movimiento hippy.
Hasta en lo de las comunas.
En 1920 compraría un terreno en Sicilia para fundar la Abadía de Thelema, una comunidad donde junto con sus seguidores llevaría a la práctica sus ideas.
Tras la muerte de uno de sus discípulos -por envenamiento del agua- el gobierno de Mussolini le expulsó del país.
Ya tenía por entonces muy mala reputación en toda Europa.
Con apodos como 'La Bestia 666', 'Baphomet' o 'el rey de la depravación', un ministro de justicia inglés dijo de él que 'es el personaje más perverso del Reino Unido'.
Y esto a él le encantaba y lo alentaba.
No es muy diferente al aura de maldad y perversión de la que se rodeó Ozzy Osbourne décadas después, y es que Black Sabbath también se vieron influidos por el mensaje y la iconografía de Alisteir Crowley.
No es de extrañar que, ya en solitario, Ozzy le dedicara una canción.
La influencia de Alistair Crowley en el rock es mucho más amplia.
David Bowie lo menciona en la canción 'Quicksand', así como Iron Maiden en 'Moonchild'. The Doors aparecen con un busto suyo en una contraportada.
Sting o Maynard Keenan de Tool han estudiado sus enseñanzas.
Anton Lavie fundaría su Iglesia Satánica inspirado en la figura de Crowley. El músico Marilyn Manson, que pertenece a dicha iglesia, habla de la Abadía de Thelema en 'Misery Machine'.
Y la banda Ghost se inspiró en el para la portada del Impera.
Y me dejo muchos más ejemplos.
Alistair Crowley falleció en 1947.
20 años después The Beatles sacó el Sgt. Peppers. En la portada, entre todas las figuras que hay, está el brujo de Inglaterra.
El disco empieza con estas palabras:
"Fue hoy hace 20 años que el sargento pimienta enseñó a la banda a tocar".
🤔
Alistair Crowley falleció en 1947.
20 años después The Beatles sacó el Sgt. Peppers. En la portada, entre todas las figuras que hay, está el brujo de Inglaterra.
El disco empieza con estas palabras:
"Fue hoy hace 20 años que el sargento pimienta enseñó a la banda a tocar".
🤔
Espero que os haya gustado este hilo sobre un personaje que tanto ha influido a muchos artistas del rock, del heavy y del metal y que inaugura este mes dedicado al mal en #LaHistorietaMusical.
Si ha sido así, podéis darle al corazoncito y retuitearlo.
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Dicen que para triunfar en la música, además de talento y constancia, hace falta tener algo de suerte.
Pero también hace falta alguien que crea en tí.
Y eso hizo nuestro protagonista de hoy con unos chavales de San Francisco.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, Jon Zazula.
El productor.
Esa figura muchas veces demonizada por una épica de la música que convierte a las estrellas en héroes abnegados utilizados por tipos sin alma.
Tipos que son como demonios con forma de abogados, mánagers y directivos de la industria.
Y vale, sí.
A veces es así.
En la historia de la música hay gente mala.
Productores enloquecidos, dominadores y controladores, como Phil Spector.
Su caso es extremo porque la malísima combinación de locura + drogas + armas terminó en el desgraciado asesinato de Lana Clarkson y con sus días en la cárcel.
En 1991, la banda irlandesa U2 había talado un árbol. No uno cualquiera: el árbol de Joshua.
Y al año siguiente emprendieron la gira más espectacular e imposible que jamás habían hecho.
Una gira que les atraparía en su propia ironía.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, U2 y ZooTV.
La frase de talar el árbol no es mía.
La frase es del propio Bono.
Porque lo que hizo U2 con el Achtung Baby fue dinamitar la concepción de un sonido que habían tardado años en construir y había cristalizado en el Joshua Tree.
Y lo hicieron de la mano de su artífice.
De Eno.
A finales de los 80, U2 estaban cansados.
Tras la dupla del disco y documental llamado "Rattle and Hum" y el "Lovetown Tour" decidieron tomar un tiempo y replantearse quienes eran.
Y acabaron en unos estudios míticos: los Hansa, de Berlín.
Hay bandas que han tenido carreras que han durado décadas.
Hay artistas que han sido pioneros nunca reconocidos.
Hay grupos que han sabido adaptarse y evolucionar, sin tenerle miedo a lo nuevo.
Y hay dos hermanos que han hecho todo eso.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, Sparks.
De hermanos que han tenido grupos hay muchos ejemplos.
Desde los hermanos Young, del que ya solo queda Angus, que enarbolaron la bandera del hard rock hace ya más de cinco décadas en Australia a los mal avenidos Gallagher, que siempre andan a la gresca desde que rompieron Oasis.
Hermanos fueron los creadores de Van Halen. O The Carpenters, un dúo del que siempre recuerdo el desdichado final de Karen.
La voz de Soledad y el talento de Juan Luis Giménez nos dieron a Presuntos Implicados. Y los Urquijo en Los Secretos, hasta el triste final de Enrique.