El actual Himno de la Champions League fue compuesto por Tony Britten en 1992.
O no.
O igual lo que pasó en 1992 fue un fusilamiento brutal de una pieza mucho más antigua: un himno de coronación de Haendel.
George Friedrich Haendel, aunque nacido en lo que hoy es Alemania, es considerado compositor inglés, donde acabó viviendo y trabajando casi toda su vida.
Y entre otras cosas chulas, como el famoso Mesías, hizo mucha obra por encargo.
Cosillas que le pedían reyes y nobles.
Uno de esos trabajos fueron cuatro himnos para la coronación de Jorge II en 1727.
El primero de ellos es Zadok the Priest.
Una obra espectacular donde coro y orquesta desarrollan unas melodías en un larguísimo crescendo de cuerdas que parece no tener fin...
...hasta que todo explota en un triunfalismo sin igual a mayor gloria del rey con la entrada de las trompetas.
Se ha usado en todas las coronaciones inglesas. La última, la de Isabel II.
Es majestuoso. Es emocionante.
Es una maravilla.
Y a Tony Britten le encantó.
Tony Britten no es que haya tenido una enorme carrera.
Básicamente comenzó trabajando en la producción musical de montajes teatrales como Oliver o The Rocky Horror Picture Show y después haciendo lo mismo para cine.
Hasta que en 1992 le tocó la loteria. Le llamó la UEFA.
Ese año la institución había remodelado la competición antes llamada Copa de Europa y pretendían darle un aire más grandioso.
Y no hay nada más grande que un buen himno. Y no sé muy bien porqué, se lo encargaron a nuestro amigo Tony.
Que ese día no tenía muchas ganas de currar.
Lo que hizo Tony Britten fue coger trozos del himno original de Haendel y usarlos de inspiración, dijo él.
Vamos a ver, Tony. Vamos a ver.
Lo que hiciste fue recortar el crescendo para dejarlo en cuatro compases, y meter el subidón de golpe.
Y dejarte fuera el final.
En fin, que esta es la razón de que el paseo de Carlos y Camilla os haya hecho pensar que al final iban a dar unos toquecitos al balón.
Simplemente, porque el pobre George Friedrich lleva mucho tiempo muerto y ya no hay a quien pagarle royalties. 😅
Este último hilo de Cream me ha hecho darle vueltas a unos conceptos que he tocado de refilón en muchos hilos, como el de Janis o Jefferson Airplane, y que están relacionados con como entendemos la evolución musical.
Voy a intentar explicarlo en esta #MetaHistorietaMusical.
En el estudio de la historia de la música, como en la historia de cualquier arte y en general como en la historia misma, es un recurso fácil (y útil) marcar hitos usando fechas.
En tal año nació el rock, este es el primer disco heavy, este concierto marcó el fin de la era hippy.
Es útil y sencillo. Sirve para diferenciar épocas, estilos o tendencias.
Pero como bien explicó @PGonz8 hace poco, refiriéndose a la historia en general, no deja de ser una simplificación.
Solo hicieron falta tres músicos y cuatro discos para poner patas arriba el blues y el rock y crear un sonido que sigue siendo inspiración para muchos incluso hoy en día.
Y eso que solo se aguantaron apenas dos años.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, el primer supergrupo: Cream.
Esta historia de hoy la vamos a empezar hablando de listas.
Y es que a los rockeros siempre nos han gustado las listas.
Ya sabéis: que si los cinco mejores discos del año tal, los mejores baterías ordenados según, yo que sé, el número de timbales...
Y no, no es algo de ahora.
En 1966, en Inglaterra, hubo tres músicos que salieron en unas famosas listas como los mejores en su respectivo instrumento.
En la guitarra el número uno lo tenía un tal Eric Clapton, en la batería un tal Ginger Baker, y el mejor bajista se llamaba Jack Bruce.
Fueron uno de los primeros fenómenos de masas en la música de este país. Vendieron millones. Y eso que estaban infravalorados como música "para niñatas".
Pero os quedareis locos cuando sepáis quien grabó para ellos.
Hoy, en un extra de fin de año de #LaHistorietaMusical, Pecos.
Este hilo viene a raíz de una reciente polvareda montada sobre el disco "Más" de Alejandro Sanz; disco que para mí es bastante bueno y con una producción impresionante.
Y vale, lo primero te podrá parecer menos cierto, porque el gusto es subjetivo.
Pero lo segundo es un hecho.
Es un hecho porque el disco se grabó a tutiplen y con unos músicos de la ostia. Vale sí, había pasta para ello y no todo el mundo la tiene.
Es más, hay discos muy buenos -por sus canciones-, donde no hubo pasta o no hubo criterio.
Para triunfar en la música hace falta talento, mucho trabajo y además algo de suerte.
Pero también creerte que eres bueno y ser tenaz.
El problema es cuando solo tienes eso, y nada de lo anterior.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, la increíble historia de Florence Jenkins.
Hay una anécdota, no recuerdo de qué músico, al que le preguntaban de dónde venía su enorme virtuosismo.
El respondía que de ensayar mucho.
Su interlocutor no le escuchaba y seguía hablando de dones divinos y cosas por el estilo, para el cansancio del artista.
Pues... sí y no.
Sí, porque es necesario mucho esfuerzo, muchas horas de trabajo y de ensayo para conseguir la excelencia en el manejo de un instrumento, de la voz o en la composición.
Y no, porque es cierto que hay un don innato que no todos tienen.