Si estáis atentos a lo que llevamos de mayo, sabréis que este es el tercer capítulo de un ciclo sobre rock y satanismo.
Un ciclo que tuvo como introducción la figura de Aleister Crowley y donde la semana pasada hablamos de Black Sabbath.
Y nos detuvimos en un momento concreto.
El momento es cuando Black Sabbath despidió a Ozzy y necesitaba otro cantante. Para un grupo así sustituir a alguien tan emblemático como Ozzy no era sencillo.
Para el sustituto tampoco. Había que luchar contra la sombra del príncipe de las tinieblas.
Había que ser muy bueno.
Por eso Iommi y los suyos tiraron sobre seguro. Sobre alguien que ya estaba considerado de las mejores voces del heavy.
Alguien que ya había cantado con uno de los más grandes guitarristas de la historia: Ritchie Blackmore.
Pero empecemos por el principio.
Con una trompeta.
Ronald James Pavadona era un chico de Portsmouth que habia nacido en 1942.
En la década de los 50, apenas un adolescente, ya tenía claras dos cosas que le encantaban: los libros y la música.
Y mucho antes de ser un dios del metal, Ronnie ya le daba a los metales. 😉🎺
Sus primeras bandas, como Ronnie and the Red Caps o The prophets, eran bandas de rock and roll.
Era el año 57.
Antes de casi todo lo que estaba por venir, él ya hacía rock and roll.
En el 61 comienza sus pinitos como cantante. Y la trompeta le sirvió para visualizar su voz como un instrumento más.
El estilo de la banda fue, poco a poco, evolucionando de un rock más clásico a un estilo más melódico y recargado.
Más barroco.
A finales de la década, la influencia de la psicodelia y sobre todo de los Beatles hace que Dio y algunos miembros de The Prophets se transformen en una nueva banda: The Electric Elves, que luego se acortaría a Elves.
Del rock and roll al rock melódico. De este a la psicodelia.
Dio y los suyos estaban recorriendo el camino que la música popular hizo en aquellas décadas.
Tras un accidente en 1970 donde pierden al guitarrista Nick Pantas, la banda endurece su sonido.
De la psicodelia al Hard Rock. Y se reinventan como Elf.
Hasta aquel entonces Ronnie compaginaba cantar y tocar el bajo, cosa que deja de hacer a partir de 1973.
El nuevo estilo necesitaba un frontman poderoso. Y Ronnie demostró serlo, devorando el escenario con su 1'63 de altura.
Así le descubrieron Ritchie Blackmore y Ian Paice.
Resumamos mucho: Blackmore estaba muy hartito del resto de Deep Purple.
O el resto de Deep Purple de él, a saber. En el hilo de abajo lo conté hace dos años.
La cosa es que cuando ven a Elf les ofrecen ser teloneros de la mítica banda.
Apadrinados por los Purple, Elf se convierte en la gran promesa.
Y tengo que decir que su disco más icónico, que incluía a un caracterizado Dio en la portada donde se suman influencias de ocultismo, hard rock e incipiente heavy merece -en mi opinión- ser mucho más valorado.
El asunto es que aquel ofrecimiento escondía trampa: Ritchie llevaba tiempo pensando en currarselo en solitario y tenía un nombre: Rainbow.
Lo que no tenía era banda y les ofrece a Elf que sean esa banda.
Pero sin el guitarra solista, claro, que para eso ya estaba él.
El disco 'Ritchie's Blackmore Rainbow' es todo lo que podía haber sido Deep Purple y ya no era y a la vez un anuncio de lo que estaba por venir.
Intenso y duro y a la vez recargado y barroco, se abre con esta barbaridad: Man on the silver mountain.
Lo que pasó tras este disco es que Blackmore es Blackmore. Y vuelve a hacer de las suyas.
Tras el primer disco prescinde de todos los elfos y se queda solo con Ronnie.
Junto con Cozie Powell a la batería, Jimmy Bain al bajo y el teclista Tony Carey nacen unos nuevos Rainbow.
Con ellos y las letras místicas y la increíble voz de Ronnie, Rainbow saca un discazo: Rising, donde destaca Stargazer.
Tras ello, el directo On Stage mostraría en plena forma a una banda que es rock, que es heavy, que es progresiva.
Y todo bien.
Todo bien si no fuera porque no debemos olvidar que Blackmore es Blackmore. Siempre.
Tras el éxito, vuelve a cambiar de músicos -menos Cozey-. Y además se le mete en la cabeza ser menos épicos y más comerciales.
Tras 'Long live to rock and roll', Dio abandona Rainbow.
Es 1978.
Opinión personal: creo que en ese momento Dio estaba listo para volar solo.
Pero entonces pasó algo. Una de esas confluencias de los astros que ocurren poca veces en la historia de la música.
Básicamente, que Black Sabbath despidió a Ozzy Osbourne.
Como conté la semana anterior Ozzy fue despedido por su problema con las drogas pero Iommi y los demás querían seguir adelante.
Solo que necesitaban un cantante que estuviera a la altura.
Unas semanas antes había conocido a Dio en una fiesta. Y fue el primero en el que pensó.
En los primeros ensayos ya surgió la magia. Ronnie era muy diferente a Ozzy pero eso le dio nueva vida a la banda.
Ozzy era locura desenfrenada, Dio era técnica y contención.
Ozzy era oscuridad. Dio era luz.
Después de mucho caminar por los infiernos, tocaba hablar del cielo.
'Heaven and Hell' es el debut de los nuevos Sabbath y calló muchas bocas críticas con la sustitución de Ozzy.
Para muchos, su mejor disco. Para otros muchos, el mejor sin Ozzy.
Desde el primer single, Neon Knights, era como si fueran otra banda nueva.
La oscuridad y el ocultismo de los de Birminghan se funde con la épica misticista de Dio y lleva al heavy a una nueva dimensión.
Producido por Martin Birch, llegaría a disco de platino y fue un éxito, sobre todo en EEUU.
Y esta maravilla le da título.
Pero no fueron fáciles esos cambios. Durante la grabación Geezer estuvo a punto de irse, pero al final quien abandona es Bill Ward. Además de sus problemas con el alcohol, se le hacía muy raro estar sin Ozzy.
Le sustituyó Vinnie Apice, hermano de Carmine, que tocó con Jeff Beck.
A muchos fans no les convencía el cambio y a veces Dio era abucheado. La presión era enorme.
Y no ayudaba que se dijera que el propio Ozzy le había amenazado si cantaba Paranoid. 🤦
Aún así, emprenden una exitosa gira y nada más acabarla, en 1981, entran a grabar 'Mob Rules'.
Este disco no tuvo tan buena recepción. Quizás porque su predecesor es perfecto.
También lanzaron Live Evil, un directo que intentaba recoger la fuerza de la banda, pero unos desencuentros y malentendidos durante las mezclas romperían al grupo.
En 1982 Dio deja Black Sabbath.
Ronnie no se fue solo: se lleva con él a Vinnie Appice. (Es más, unos de aquellos desencuentros fue que Iommi les acusó de estar ya trabajando en un disco en solitario.)
Cierto o no, el primer disco de Dio con ese nombre y su nueva banda sale en 1983.
El descomunal Holy Diver.
Con una portada impactante donde el demonio haciendo el gesto de la mano cornuta lanza a un mar embravecido a un sacerdote encadenado, el disco está lleno de canciones míticas en la historia del heavy.
Desde la que le da título a Rainbow in the dark.
Podría explayarme mucho hablando de este disco, que es un hito en la historia del heavy (y también del power metal).
Se ha escrito mucho sobre él y su influencia y uno de los mejores despieces que he leído es del amigo @AntonioMautor. Aquí os lo dejo.
Los 80 fueron la época dorada del heavy, rejuvenecido por lo que se llamó la nueva ola del metal británico.
Se puede debatir si los Judas precedieron al movimiento, si Motörhead influyó en el trash o si los Maiden son los más grandes.
Pero hay algo que no se discute.
A Dio.
Con discos como 'The last in line', con uno de sus temas más celebrados, 'We rock', o 'Sacred Heart', el último con Vivian Campbell a las guitarras y que incluye una canción que me encanta, 'Rock and roll Children', Dio siguió cimentando su leyenda.
Pero los noventa fue una época extraña y difícil para el heavy clásico. El thrash ya había venido a ponerlo todo patas arriba, reclamando menos épica y más velocidad.
Lo que nadie esperaba fue la explosión del grunge y los heavys de siempre se vieron, en cierta forma, relegados.
Relegados de los medios e incluso ridiculizados, pero con algo que mantenía a artistas y seguidores unidos por un lazo inquebrantable: el amor a la musica y a un estilo de vida.
Quizás no ocupaban tantas portadas pero cada disco y gira de Dio eran celebrados por sus fans.
En 1992, Dio y Iommi hicieron las paces y se juntaron para editar 'Dehumanizer' (1992).
Y volverían a hacerlo en 2006 pero usando como nombre 'Heaven and Hell': Ozzy también se había arreglado con Tony y se acordó que solo se consideraría Black Sabbath a la formación original.
Heaven and Hell, que tenía de bateria a Appice y no a Ward, sería la última banda de Dio.
Tras un recopilatorio de sus años juntos, decidieron grabar un nuevo trabajo, 'The devil you know', editado en 2009.
Y apenas unos meses después su mujer, Wendy, hizo el terrible anuncio.
Ronald James Pavadona tenía cáncer.
Un cáncer de estómago, doloroso y terrible, que le estaba devorando por dentro.
Durante meses, Dio intentó, como dijo Wendy en referencia a una de sus canciones, matar al dragón.
No pudo ser.
El día antes de su muerte, decenas de amigos y familiares que atestaban el hospital se fueron yendo, para dejar intimidad a Wendy y Ronnie.
Y a la mañana siguiente, 16 de mayo de 2010, la voz más hermosa del metal fue reclamado por los infiernos a los que tanto había cantado.
Quizás el diablo se estaba cobrando la deuda por un antiguo pacto que sellaron décadas atrás. Quién sabe.
Me gusta imaginar que, al verle, le cedió su trono con un reverencia y musitó, con respeto, 'Larga vida al rock and roll'.
Larga vida a Dio.
Las reacciones en el mundo del heavy fueron unánimes: se había ido una leyenda.
Desde el mismo Iommi a Bruce Dickinson de los Maiden o Rob Halford de los Judas, todos lamentaron su perdida.
Hasta Ozzy.
Y por eso el 16 de mayo es el Día Internacional del Heavy Metal.
Me he dejado, seguro, muchas cosas en el tintero, muchas anécdotas y discos que comentar. Podéis hacerlo vosotros.
La influencia de Dio en músicos y su recuerdo en fans es enorme. Pero hay algo más que no podía dejar de mencionar.
El regalo que nos hizo.
La mano cornuta.
Sí, es cierto que es un gesto antiguo y, como algunos me habéis dicho, otros lo usaron antes que él, como Jinx de Coven o Gene Simmons de Kiss, algo que al propio Dio le hacía gracia.
Pero él lo hizo popular.
Él lo convirtió en nuestro simbolo.
Así que ya sabéis, cuando estéis en un concierto -a ser posible disfrutando de una buena cerveza- y levantéis vuestros cuernos al cielo, estaréis homenajeando al gran Dio.
Para triunfar en la música hace falta talento, mucho trabajo y además algo de suerte.
Pero también creerte que eres bueno y ser tenaz.
El problema es cuando solo tienes eso, y nada de lo anterior.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, la increíble historia de Florence Jenkins.
Hay una anécdota, no recuerdo de qué músico, al que le preguntaban de dónde venía su enorme virtuosismo.
El respondía que de ensayar mucho.
Su interlocutor no le escuchaba y seguía hablando de dones divinos y cosas por el estilo, para el cansancio del artista.
Pues... sí y no.
Sí, porque es necesario mucho esfuerzo, muchas horas de trabajo y de ensayo para conseguir la excelencia en el manejo de un instrumento, de la voz o en la composición.
Y no, porque es cierto que hay un don innato que no todos tienen.
En 1973 un genio de la guitarra improvisó un tema casi de relleno.
No sabía que estaba destinada a ser su mayor éxito y el que le daría el reconocimiento internacional.
Algo que solo supo ver un loco visionario.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, Entre dos aguas de Paco de Lucía.
Tengo que explicar primero que hay personajes a los que me cuesta hacerles un hilo.
Su grandeza, su trayectoria o su influencia hacen difícil resumir toda una carrera.
Por eso a veces me centro solo en un hito de su historia, como he hecho con Freddie o Bowie a veces.
Y pretender resumir la vida de uno de los grandes genios de la guitarra -considerado por muchos el mejor guitarrista de flamenco y por otros simplemente el mejor- en treinta tuits es un absurdo.
Así que me voy a centrar en un momento determinado de su vida.
Es muy jodido tener una carrera sólida y que esté a la sombra de una de las figuras más icónicas de tu generación.
Sobre todo si es alguien a quien amas.
Pero lo más jodido es que, cuando le pierdes, medio mundo te eche la culpa.
Hoy, en #LaHistorietaMusical, Courtney Love.
Hablar de Courtney Love es hablar de un icono de los 90.
Los escándalos personales, sus choques con los medios de comunicación, su trabajo con Hole, sus incursiones en el cine y hasta su estudiadamente desaliñado aspecto forman un personaje total.
Y luego está lo otro.
Porque seamos sinceros: para muchos, Courtney Love es alguien a quien se le concibe por su mas conocida relación personal.
Como si fuera el personaje secundario de una biografía ajena, surgida de la nada en 1991.
Pero lo cierto es que por aquel entonces ya llevaba mucho camino.