Se dice que Toledo tiene más muertos bajo las calles que vivos sobre ellas. Y es algo que se demuestra cada vez que se levantan los suelos del casco antiguo. Durante unas obras en la parroquia de San Andrés encontraron una cripta secreta que estaba llena de momias.
Foto real:
Siempre que se realiza algún tipo de obra arquitectónica en el casco histórico es necesario contar con un arqueólogo. Es común que al abrir el suelo o tirar los muros se encuentren restos de otras épocas. Y en ocasiones lo que se halla es digno de una película de terror.
Los suelos de muchas iglesias estaban completamente formados por lápidas de difuntos. Y cuando ya no quedaba espacio para más cuerpos, se sacaban antiguos huesos y se llevaban al osario. De ahí que Toledo tenga calles con nombres tan sugerentes como «Callejón de los Muertos».
A esto se le suma la enorme cantidad de historias sobre fantasmas, casas encantadas, demonios, alquimistas, brujas y magos negros que desde hace siglos impregnan la ciudad. Muchas de esas historias, como los libros de magia aquí traducidos, son tan reales como las propias calles.
Y las momias, aun estando ocultas en criptas o tras gruesos muros de piedra, no son más que la punta de un iceberg. Y este se remonta milenios atrás, hasta una época en la que no había iglesias ni callejones de los muertos, pero esa es ya otra historia...
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𝐿𝑎 𝑖𝑔𝑛𝑜𝑟𝑎𝑛𝑐𝑖𝑎 𝑒𝑠 𝑓𝑢𝑒𝑛𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑓𝑒𝑙𝑖𝑐𝑖𝑑𝑎𝑑. Una sentencia que hemos escuchado hasta casi la saciedad y con la que más de uno podría estar de acuerdo. Parece que el conocimiento y la sabiduría fuesen los padres de una profunda melancolía existencial.
Pero, ¿son realmente el conocimiento y la sabiduría enemigos declarados de la felicidad? Lo cierto es que, aunque pudiera parecer que la ignorancia es la base de una vida feliz, la auténtica felicidad se le escapa por completo al ignorante. La filosofía y el mito tienen la clave.
Los demonios del cristianismo han sido personajes que han poblado los libros, las películas, las canciones e incluso los videojuegos con mucha frecuencia. Y se les han atribuido montones de orígenes ficticios. Pero:
¿Cuál es realmente el origen de los demonios según la teología?
En primer lugar, hay que aclarar que los demonios son espíritus angélicos. Es decir, que son seres puramente inmateriales. No tienen cuerpo físico; no tienen rostro, no tienen manos ni piernas, ni tampoco alas, ni cola o cuernos de ninguna clase. Y su esencia es de ángel.
En su origen fueron ángeles que existieron en el evo (el tiempo antes del tiempo). Los ángeles fueron los primeros seres en ser creados y se le impuso una prueba. Podían ver a Dios, pero no podían ver su esencia. Como si alguien pudiese ver la luz del fuego pero no las llamas.
En la pintura prerrafaelita vemos aparecer un arquetipo femenino muy curioso: la mujer bella, astuta, despiadada... aquella que luego sería conocida como "femme fatale". Representada muchas veces por la hechicera, pero también por la "Belle Dame sans Merci", de origen medieval.
Representar brujas y hechiceras en el arte no era algo nuevo, pero sí la forma en la que estas aparecían. Con anterioridad, la bruja era representada como un personaje decrépito, como una anciana, como algo monstruoso. Porque la fealdad era un símbolo del mal.
La belleza se reservaba para un tipo muy concreto de mujer de poder: la hechicera mitológica. Sólo personajes legendarios, como la poderosa Circe, tenían el privilegio de ser representados en toda su belleza. Ellas eran de linaje divino, no se trataban de simples mortales.
Cuando pensamos en persecuciones religiosas, es común que nuestra imaginación sobrevuele las sombras de la inquisición. Nos imaginamos cacería de brujas, hogueras ardientes y herejes perseguidos por el furor y la espada. Sin embargo, la inquisición no es sólo algo histórico.
Inquisiciones e inquisidores han existido muchos a lo largo de la historia y no todos ellos vinculados al cristianismo. Y con demasiada frecuencia el devenir nos ha mostrado cómo los perseguidos terminan por convertirse en perseguidores llegado el caso. No es algo del pasado.
El siglo XX ha tenido también sus propias cacerías de brujas; con sus tribunales, jueces y condenas. Sólo que muchas veces no vemos en ellos el claroscuro del hábito del monje dominico, sino el diseño militar de un comisario político. Y es que la URSS también tuvo su inquisición.
¿Cuál fue el primer libro impreso de la historia? La Biblia de Gutenberg del siglo XV sería la respuesta que muchos darían a esta pregunta. Y sí, se trata de una obra impresa muy antigua que durante mucho tiempo se consideró la primera. Sin embargo, sólo la primera de Occidente.
El libro impreso más antiguo del que se tiene constancia fue el Sutra del Diamante. Se trata de un texto budista que aparece fechado en el año 868, seiscientos años antes que la Biblia de Gutenberg. Una obra que fue impresa utilizando bloques de madera. Aún no eran tipos móviles.
Pero tampoco la primera impresión con tipos móviles es la Biblia de Gutenberg, sino que ese honor se lo lleva el Jikji: La antología realizada por el monje Baegun de las enseñanzas de los sumos sacerdotes sobre la identificación del espíritu de Buda mediante la práctica de Seon.
Los poetas han sido siempre seres liminales en una delgada frontera entre mundos. Y la poesía, como herramienta mágica para cortar la realidad, como mapa para cruzar ese espacio místico, ha sido su voz. Georg Philipp Friedrich von Hardenberg, Novalis, fue uno de estos magos.
Novalis, considerado uno de los representantes del romanticismo alemán temprano, fue realmente un hombre al filo del tiempo. En él se da una dialéctica entre el racionalismo y la pasión romántica, entre la modernidad incipiente y la reacción antigua. Entre materia y espíritu.
Pero todo alma en llamas necesita un catalizador, una chispa que la haga estallar y desate el incendio de la creación. La muerte de su amada Sofía en 1797 quizá fuese la yesca ardiente que Novalis necesitó para producir algunas de las más melancólicas composiciones poéticas.