En octubre de 1984, Michael Jordan jugó su primer partido NBA. Aún no sabíamos que sería el mejor de todos los tiempos. Tampoco lo sabían Converse y Adidas.
Lo sospecharon los directivos de Nike, que hicieron una oferta que les cambió la vida para siempre.
Que cambió todo.
Empecemos por el principio. Jordan amaba Adidas. Todo lo que usaba era de la marca de las tres tiras alemana.
MJ lo usaba en North Carolina, pero era por obligación.
Todos conocían su preferencia.
Adidas no tenía un calzado original para presentar y ofreció 100.000 dólares por año, lo mismo que le pagaba a Kareem Abdul-Jabbar. ¿Converse? Era más marketing que dinero.
Ofrecían sumarse a Julius Erving, Larry Bird y Magic Johnson, íconos del momento.
La reunión con Nike en Oregon no arrancó bien. Mike no quería ir y fue David Falk, su agente, quien lo convenció. ¿De qué manera? Deloris Jordan. La madre de MJ.
Falk la llamó y se lo pidió.
"Vas a ir y nosotros, con tu padre, también", le dijo Deloris a Mike.
Howard White, vicepresidente de Jordan Brand, llegó tarde a la reunión por un error que pudo ser fatal: ir a comer hamburguesas a Helvetia Tavern con uno de los abogados de la empresa.
Cuando regresaron ya estaba la familia Jordan allí con un MJ con cara de pocos amigos.
Nike tenía un presupuesto de $250,000 para intentar fichar a tres o cuatro jugadores del Draft de la NBA de 1984. Esa era la idea. Fue Sonny Vaccaro, reclutador estrella y figura clave de esta historia, quien decidió dedicar el presupuesto completo para tener a Michael Jordan.
La reunión empezó con un video al ritmo de las Pointer Sisters y su hit "Jump". Pasaron clips de Michael volcándola desde todos los ángulos, como si ya fuera una leyenda. Un reclutamiento básico, sencillo.
Tanto que no convencía a nadie.
La cara de MJ decía todo... ¿Por qué fichar con una marca que ni siquiera era la más popular de su deporte? Allí fue cuando, además de Vaccaro, se sumaron tres actores que creían en esta idea: Rob Strasser, Peter Moore y, por supuesto, Phil Knight, el dueño de Nike.
Nike sabía que la jugada tenía que ser arriesgada. Y así se movieron. Cinco años de contrato. Un valor de 500.000 dólares anuales. Algo sin precedentes, que estaba apenas por debajo del salario de novato de 550.000 dólares que recibió de los Chicago Bulls.
Pero claro, el acuerdo tenía riesgos. Y uno de ellos era que Jordan fracasara. Por cualquier razón. Entonces, aparecieron las cláusulas. Fueron cuatro.
MJ necesitaba al menos cumplir una de ellas para que el contrato se mantenga vigente.
¿Cuáles eran? Que Jordan llegase a formar parte del equipo All-Star o All-NBA, que gane el Novato del Año, que promedie 20 puntos o más por partido o que venda zapatillas Nike Air Jordan por un valor de más de cuatro millones de dólares.
Y vaya si cumplió: ese año de novato fue All-Star, Novato del Año, promedió 28.2 puntos por juego y vendió más de 100 millones de dólares en zapatillas.
Jordan, además, fue inteligente al extremo, con colaboración vital de su madre Deloris: firmó una cláusula de participación en las ganancias por cada producto vendido con su nombre, a nivel mundial, de por vida.
Eso cambió el mapa para siempre.
La primera zapatilla que se le presentó a MJ fueron las Air Ships, no las Air Jordan como muchos creen. Eran negras y rojas.
En un principio se sugirió, bajo el concepto de volar, el nombre "Wings", pero las aerolíneas ya tenían registrado esa nomenclatura y hubo que cambiar.
"Los colores del diablo", dijo Jordan cuando tomó las zapatillas. Usó las Air Ships, no las Air Jordan 1, en un partido de pretemporada en el MSG ante Knicks el 18/10/1984. La Liga vetó estas zapatillas por no cumplir con las reglas de uniforme de la NBA.
La siguiente semana, Jordan firmó oficialmente su contrato con Nike en Chicago, antes de debutar en la NBA. Días después, más exactamente el 17/11, Jordan se calzó por primera vez las Air Jordan en un partido que los Bulls jugaron ante Philadelphia 76ers.
Las Air Jordan se lanzaron el 1 de abril de 1985 y salieron a la venta por 64.99 dólares. Nike pensaba vender 100.000 pares en su primer año.
Vendió 1.5 millones de pares en las seis primeras semanas.
Cuarenta años después, Jordan ha ganado, con sus zapatillas, más de 1.900 millones de dólares de regalías. Es un número relativo porque crece a diario. Superó todo: en 2024 ya tiene 39 modelos exclusivos y es el atleta con más cantidad en el mundo.
"Una zapatilla es solo una zapatilla hasta que mi hijo la utiliza"
DELORIS JORDAN
Llegamos al final. Espero que lo hayan disfrutado. Si aún no lo hicieron, los invito a seguirme para más contenido deportivo.
Un usuario me pidió, en respuesta al contenido de Phil Jackson, si podía explicar qué era la ofensiva triangular de Tex Winter. Lo primero es que surgió como una reacción a las Jordan Rules.
¿Qué fueron las Jordan Rules? Ajusten sus cinturones.
Es tiempo de despegar.
Michael Jordan ataca el aro. En el camino, recibe golpes. Joe Dumars, Bill Laimbeer, Isiah Thomas y Dennis Rodman se turnan. Chuck Daly, desde el banco, sonríe.
Bienvenidos a la estrategia defensiva más violenta de la historia de la NBA.
¿Qué fueron las Jordan Rules? El modelo que impuso Chuck Daly para detener a Jordan. Para controlar, como sea, la fuerza única de su naturaleza.
Los chicos malos de Detroit combinados contra el número 23 a base de juego físico (violento) y trash-talking.
Hoy faltan 45 días para el inicio de la nueva temporada NBA. Ese número, 45, fue el que usó Michael Jordan para su regreso a las canchas después de su primer retiro.
Ahora bien, ¿Por qué el 45?
Hay una única razón. Detrás de esa elección, se oculta la mayor tragedia de su vida.
5 de agosto de 1993. Un lujoso Lexus SC400 rojo, destrozado, descansa en un bosque cerca de Fayetteville, Carolina del Norte.
¿Qué tiene de extraño ese auto? Aún nadie lo sabe.
Sin embargo, se trata del comienzo del episodio más oscuro de la vida de MJ.
James Jordan, padre de Mike, fue reportado desaparecido tres semanas después de que la familia note su ausencia.
En una primera instancia, al no poder ponerse en contacto con él, fue la seguridad privada de Michael la que intentó en vano el contacto.
Esta es la historia de un líder diferente. De un conductor cuya hoja de ruta se distanció de lo clásico. Fue el laissez faire de la NBA. La mano invisible que ejerció directrices cediendo. Construyó poder delegando.
Bienvenidos al mágico mundo de Phil Jackson, el Maestro Zen.
La vida de Jackson son varias vidas juntas. Hijo de dos predicadores evangélicos fundamentalistas, que hicieron un juramento de pobreza, creció en Williston, Dakota del Norte.
Por supuesto, conocemos su faceta de entrenador, pero también tuvo una muy importante como jugador.
De Williston con paso por Dakota del Norte. Llegó a la NBA y dejó huella en New York Knicks. Ganó dos títulos en la Gran Manzana (1970 y 1973) junto a leyendas como Walt Frazier, Willis Reed, Dave DeBusschere, Dick Barnett, Earl Monroe y Jerry Lucas.
El Boston Garden, uno de los hogares leyenda, está lleno. Larry Bird, el genio que iluminó los años 80 con su carácter ganador, inteligencia y lanzamiento, se sumergirá en la inmortalidad.
Hoy retirarán su camiseta y número.
Es una fiesta verde.
Sin embargo, algo pasará.
En los pasillos se escucha un murmullo. Un uniforme oro y púrpura avanza entre el gentío. La rivalidad infinita de la NBA vuelve a florecer. Una noche más. Un round más. El público aclama.
Magic Johnson, primero rival, luego amigo, avanza.
📼@NBA90s
Larry Bird lo ve llegar y sonríe. Tiene un micrófono en la mano. Sonríe porque sabe que no existe Larry sin Magic. No existe Magic sin Larry.
Porque sabe que ese hombre que avanza tiene mejor sonrisa que él.
La mejor de todos los tiempos, en todos los deportes.
Magic Johnson camina hacia la entrada de la humilde casa en French Lick. Estamos en 1986. El hasta hoy enemigo número uno de la familia, acepta la invitación de Georgia, madre de Larry, a almorzar.
Será el final de una etapa y el principio de otra que será para siempre.
Magic Johnson-Larry Bird. Larry Bird-Magic Johnson. Herederos de Wilt Chamberlain y Bill Russell. El duelo que motorizará la NBA hasta la llegada de Michael Jordan.
La némesis compartida, la competitividad extrema nacida en un juego universitario siete años antes que no morirá.
Magic y Bird ahora cruzan miradas. Es un reto a duelo estilo western. El cerebro púrpura y amarillo frente al pistolero verde y blanco.
Magic ya tiene dos títulos y llegará a cinco. Bird tiene tres campeonatos, misma cantidad de MVPs, y no sumará más trofeos Larry O'Brien.