Una de las características del fascismo en su articulación estatal es el corporativismo, aunque esta forma de Estado no es exclusivamente suya. Esencialmente consiste en la colaboración entre clases, pero veamos cómo se traduce esto hoy.
El corporativismo es la manera burguesa, reaccionaria, de comprender la sociedad como un todo. En esta, cada parte (trabajadores, empresarios, Estado, etc.) tendría su función y su valor en su unidad conciliadora. El corporativismo rechaza y ataca la lucha de clases proletaria.
El corporativismo es la integración de los intereses de grupos de presión (lobbys) en la política estatal de la burguesía. Esto supone la subversión del derecho liberal clásico, que concibe la sociedad como una suma de individuos y no tiene en cuenta sus aspectos particulares.
El corporativismo dialoga con las subjetividades que encuentra bajo el imperialismo. Si primero se limitó a las dos clases principales del capitalismo, tras el cierre del Ciclo de Octubre se encuentra con una serie de movimientos parciales autosustantivos al margen del comunismo.
Esto supone, primero, reconocer el carácter de masas de la sociedad capitalista. Segundo, una cierta conciencia y organización espontánea de las mismas en torno a unos u otros intereses. Tercero, la ligazón del Estado burgués con esta organización (dialéctica masas-Estado).
Es decir, el corporativismo no es una lógica de agregación política ajena a las del capitalismo como formación social, sino producto de la entrada en su fase decadente. Hoy, uno de los elementos que empuja hacia su reconfiguración posmoderna es la fracturación de su base social.
Como dato interesante, entre la academia se dieron debates durante décadas en torno al concepto del corporativismo, su aplicación en la actualidad, etc. Aunque ya con sus 20 años, enlazo un artículo para curiosear: researchgate.net/publication/24…
Ni el mov. social espontáneo ni sus formas de conciencia pueden separarse de la reforma del Estado capitalista, ni de su rearticulación corporativa tendiente a la fascistización. La asimilación de aquellos y su contribución objetiva al corporativismo es una cuestión inmanente.
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Una verdad marxista que se revela a cada paso es que los acontecimientos políticos son un terreno mucho más fértil para la agitación y educación revolucionaria de los obreros que la lucha económica. Hoy lo estamos viendo con la catástrofe natural en Valencia.
Incluso por el lado de la reacción más ultra, son las consecuencias de la crisis política del Estado, sus contradicciones a la hora de afrontar la Dana, lo que está catalizando el descrédito del gobierno y de la forma actual de la dictadura burguesa en España.
Mientras los tiktokers diseccionan las competencias de cada instancia del Estado para "ponerle cabeza al asunto", y el marujeo televisivo pro monárquico se deshace en alabanzas a la porte de los reyes, las masas los reciben con puro odio de clase:
En 2023, ediciones El Martinete editó el dossier “Tres artículos de la Línea de Reconstitución sobre el maoísmo”, y me gustaría rescatar algunos pasajes en torno al Balance y su naturaleza:
Partiendo de la claudicación del PCN(m), que supuso que la extrema izquierda del MCI renunció a la revolución, el MAI sitúa esta como síntoma palmario y definitivo del agotamiento histórico de un paradigma revolucionario. No hay justificación para este hecho desde los principios.
El revisionismo, maoísmo incluido, concibe que el paradigma del Ciclo de Octubre debe volver a aplicarse bien, y continuar desde el punto en que falló. Pero no conciben los elementos históricos y teóricos que llevaron al fracaso, lo reducen todo a decisiones políticas, tácticas.
"La ideología fascista no forma un todo íntegro, ni tiene siempre la misma expresión. En todo caso, son rasgos característicos suyos: propugnar la superioridad de la nación o de la raza propia, la hostilidad hacia los extranjeros, la unidad nacional a ultranza (manteniendo y >
> reforzando la opresión de las naciones pequeñas o atrasadas); el militarismo [...], en consecuencia, la oposición a la democracia, [...]; la añoranza de glorias e imperios del pasado nacional para "justificar" sus teorías y planes retrógrados, reaccionarios; >
> lógicamente, esa interpretación sesgada y superficial de la realidad, totalmente anticientífica, brota del oscurantismo, del misticismo, del fanatismo religioso, del irracionalismo filosófico, etc."
La Reconstitución Ideológica es un nuevo problema histórico, derivado del cierre del Ciclo de Octubre. Sería anticientífico buscar respuestas para aquella en el ciclo mismo, pero hay pistas que llevan a proclamar su necesidad en las condiciones actuales. Veamos con Lenin [hilo]:
Tras la derrota de 1905, la derivada “crisis interna del marxismo” () y la apostasía de los principios es tal que Lenin debe dedicar continuados esfuerzos a recuperarlos. La primacía de lo teórico es una necesidad objetiva: pensaryhacer.wordpress.com/wp-content/upl…
Hoy no es que haya sido derrotada solo una revolución, es que lo ha sido la Revolución Proletaria Mundial. Con esta, ha caducado una forma históricamente determinada de hacerla, un paradigma de la revolución, con sus premisas ideológicas aparejadas.
¿Y cuál es el papel de los comunistas ante este hecho, dado el estado del Movimiento Comunista Internacional? ¿Presentarse a las europeas para hacer de oposición al Partido de la Izquierda Europa? Vamos a ver...
En su último Editorial, el PCTE reconoce la falta de preparación y conciencia revolucionaria de la clase a escala mundial para oponer a la inminente guerra imperialista mundial la guerra civil revolucionaria:
Asimismo, por lo menos en su Resolución del pasado 16 de octubre, reconoce el estado de crisis y desorientación ideológica del Movimiento Comunista Internacional tras la caída de la URSS: