Este posicionamiento peca de algunas imprecisiones que nos parecen importantes señalar de cara a esclarecer la postura comunista acerca de la autodeterminación.
En primer lugar: la autodeterminación es realizada por las naciones oprimidas, no por clases aisladas.
Los comunistas defendemos el derecho a la autodeterminación como solución democrática a la opresión nacional. Esta es una defensa negativa, la posibilidad (o no) de que una nación se separe de otra y forme su marco estatal propio.
La política proletaria es aquella que, al mismo tiempo que defiende la autodeterminación, busca organizar de manera independiente al proletariado más allá del marco nacional, sin privilegiar al nacionalismo de pequeña nación ni al chovinismo de la nación opresora.
Los comunistas debemos organizar a las masas proletarias por encima de todo marco nacional, educarlas para enfrentar los privilegios que reclama todo movimiento nacional en tanto que movimiento burgués y luchar contra todo nacionalismo en las filas del movimiento revolucionario.
Por eso es tan importante también la unidad del proletariado en un marco organizativo único que elimine los enfrentamientos entre los obreros de las distintas naciones en pugna dentro de un mismo marco estatal. Educar a las masas en el internacionalismo proletario.
A nuestro juicio el error de GKS no radica en la defensa del derecho de autodeterminación, sino la confusión del plano nacional y el plano clasista que queda reflejado en la consigna de la autodeterminación de los trabajadores vascos.
Esta consigna aparentemente busca desligar la política proletaria del nacionalismo burgués. Pero si es así, ¿por qué se defienden unas fronteras nacionales vascas heredadas del ideal nacionalista burgués y se hace pasar por autodeterminación de los trabajadores vascos?
¿Por qué si hablamos de autodeterminación no se menciona también que la propia autodeterminación contempla la posibilidad de unidad de Euskal Herria con el resto de España si así se acuerda? ¿Por qué no se señala que la defensa proletaria de la autodeterminación+
viene acompañada de la lucha comunista contra el chovinismo de gran nación y también contra los mitos y privilegios que los movimientos nacionales de pequeña nación reclaman para sí?
La política comunista en lo respectivo a la cuestión nacional es la autodeterminación de las naciones en aquel contexto de opresión nacional al mismo tiempo que se defiende la más sólida unidad proletaria por encima de todo nacionalismo y de todo marco nacional.
Creemos que estas confusiones por parte de GKS parten de una ruptura de iure con el MLNV, pero no de facto; una postura que sigue arrastrando las viejas coordenadas del nacionalismo vasco sólo que bajo nuevas proclamas y ropajes.
Esto también puede verse en el propio modelo organizativo a nivel estatal del Movimiento Socialista, donde en teoría cada organización se enmarca dentro de la estrategia socialista pero orgánicamente nos encontramos con agrupaciones separadas según el marco nacional.
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La gran conquista histórica de la noción del Partido de Nuevo Tipo leninista radica en la dialéctica vanguardia-masas y su movimiento dentro de la estrategia y táctica revolucionaria. El Partido Comunista como órgano superior de combate del proletariado.
Antes de la confirmación del Partido de Nuevo Tipo las organizaciones se dividían en dos tipos: los partidos conspirativos de corte blanquistas, donde una minoría revolucionaria actuaba con total independencia de las masas. Está es la primera forma de partido revolucionario.
El fracaso de este modelo de partido durante el siglo XIX y la larga lucha por la legalización del socialismo en los países occidentales dio lugar al segundo tipo de organización: los partidos socialdemócratas de masas, partidos que utilizaban la legalidad para acumular poder +
El surgimiento de sindicatos de inquilinos por todo el territorio estatal es necesario y urgente, pero hay ciertos presupuestos que limitan su marco de actuación y lo atan nuevamente al reformismo.
Es obvio que un sindicato de inquilinos se centre en la crítica al rentismo y a la especulación inmobiliaria, pero es necesario señalar que el problema de la vivienda es una forma particular en la que se manifiesta la explotación capitalista que sufre la clase obrera.
Saltar sobre este hecho lejos de aupar mayorías contra el rentismo, refuerza a éste al desligarlo de la base material de la que surge —el capitalismo— y del conjunto de problemas que sufre la clase obrera. Es el discurso interclasista que nada aclara y entorpece todo.
Los liberales afirman que el comunismo condena a la gente a una vida gris de servidumbre al Estado, pero esta es precisamente la situación del proletariado bajo el capitalismo: una vida de explotación en un trabajo que te desrrealiza como humano por un salario mísero.
La explotación capitalista se cimenta en la reducción del obrero a mera fuerza de trabajo a la que explotar sin límites, de persona pasa a ser un autómata pasivo ligado al trabajo por un salario, ajeno a toda la riqueza que su esfuerzo crea día tras día.
La explotación capitalista es inseparable de la conversión del obrero en un ser sin autonomía, totalmente coartado en el puesto de trabajo por el disciplinamiento que impone la producción y la jerarquía. El obrero es un instrumento más que se reemplaza cuando deja de ser útil.
Uno de los caracteres fundamentales del fascismo de nuestros días es que este no enfrenta a un proletariado organizado ni a la amenaza de la revolución socialista. Por ello no necesita de la demagogia obrerista para conquistar a la clase trabajadora, sino que se muestra +
abiertamente como el programa de la burguesía más rapaz, la vía autoritaria para salir de la crisis capitalista y asegurar a toda costa la acumulación de capital y el beneficio de la clase dominante.
El fascismo de nuestros días mantiene el chovinismo, el racismo y el enfrentamiento nacional como herramienta de disciplinamiento y articulación interclasista de la sociedad, pero no cede ni un milímetro a posturas aparentemente sociales. Los sectores de la clase obrera +
Decía Lenin que los problemas particulares de la clase obrera debían ser iluminados por la teoría marxista.
Para el proletariado su fusión con la teoría científica superior, con el marxismo, no es una cuestión meramente intelectual. La teoría rige su práctica revolucionaria.
Para el proletariado la teoría revolucionaria no es un mero objeto de estudio más, sino que es el corazón, la médula racional que constituye su conciencia como clase.
Sólo el conocimiento recto de la realidad objetiva permite al proletariado dirigir su lucha política.
El conocimiento de las estructuras del capital permite al proletariado no sólo entender éstas en tanto que realidad, sino también a él mismo como sujeto, como clase social sobre cuyo trabajo y explotación se levanta la totalidad del modo de producción capitalista.
Ya está en marcha toda la maquinaria propagandística para desviar la atención sobre los culpables de la tragedia sucedida en Valencia.
El afán de poner el foco en los saqueos culpabilizando a inmigrantes, en las donaciones de millonarios o en la gente que quería salvar sus +
pocas pertenencias como el coche en medio de la riada tiene como objetivo que no se señale que los responsables de la tragedia han sido los empresarios que conociendo los pronósticos obligaron a trabajar y un entramado político que lo permitió y sólo avisó en el momento +
en el que ya no había vuelta atrás, todo por el beneficio de la clase que nos domina y explota: la burguesía. Ellos son los asesinos, ellos son los culpables y sobre ellos debe recaer toda la furia.
Desviar el foco es el primer paso para que una vez estabilizada la situación+