How to get URL link on X (Twitter) App
Fue en 1930 cuando Wolfgang Pauli tuvo que escoger entre dos males, o bien la energía no se conservaba en la desintegración de los neutrones en protones y electrones, o bien ahí faltaba una partícula. Ante la duda, la conservación de la energía siempre gana.
Los núcleos de los elementos están compuestos por nucleones, valga la redundancia. Es decir, protones y neutrones. Cada elemento tiene una cantidad de protones definida. El núcleo más ligero, el del Hidrógeno está compuesto por un único protón.
De cuando en cuando, una serie de rayos cósmicos golpean nuestra atmósfera, lo cual inicia una serie de procesos, entre ellos la creación de muones. Esto suele producirse a unos 15 km sobre la superficie del planeta.
Dentro de la materia que conocemos (la que podemos encontrar en el modelo estándar) parece ser que la única partícula que podría cumplir con las condiciones necesarias para darnos la masa que nos falta son los neutrinos.

(2/8) Para aprovechar este proceso necesitas lo siguiente:
Los indicios de que algo se nos escapaba venían de lejos. Ya en 1933 Zwicky vio que las velocidades de las galaxias en el cúmulo de Coma eran muy superiores de lo que su supuesta masa podía explicar.
Una explicación detallada de este modelo se escapa con mucho a lo que nosotros podemos explicar puesto que es una teoría cuántica de campos bastante compleja. Pero lo que sí que podemos hacer es explicar las partículas que aparecen en él.
Llegar hasta la relatividad general no debió de ser un camino de rosas. Einstein estuvo una década tratando de resolver ese problema siendo uno de sus principales quebraderos de cabeza encontrar la relación entre la curvatura en el espacio-tiempo y la energía y la masa.

(2/6) Si es posible ver galaxias a más de 40 mil millones de años luz, la pregunta obvia es ¿cómo es posible que la luz haya tenido tiempo para recorrer esa distancia? Ya os lo adelantamos, la culpable es la expansión del universo.

En nuestro propio sistema solar hay lugares muy interesantes para la búsqueda de vida. Encélado y Titán, los satélites de Saturno, son buenos ejemplos y no olvidemos a Europa, el satélite de Júpiter. Los tres son grandes candidatos para buscar formas de vida simples.
Antes de contestar a la pregunta, permitidnos dar un pequeño rodeo, y es que hay un detalle que queremos recalcar. Todos los electrones son idénticos entre sí. No hay forma de distinguir un electrón de otro. No hay defecto, diferencia o mácula que nos permita diferenciarlos.
(2/8) Lejos de describir una colosal explosión, la teoría del Big Bang detalla la evolución de nuestro universo y su expansión desde un estado de altísima presión y temperatura. En dicho escenario, esta radiación de fondo es justo lo que esperas encontrar. ¿Pero qué significa?
(2/8) Para dejar patente como esta diferencia entre observadores se dispara, si quien viajase lo hiciera al 90% de la velocidad de la luz (c), para el reloj de la nave espacial el viaje duraría 2,12 años. Para alguien de la Tierra serían 4,85 años.
A diferencia de los elementos más ligeros, no hay forma de que estos elementos se formen por reacciones de fusión nuclear. Esto es así debido a que son reacciones que en lugar de liberar energía la necesitan para llevarse a cabo.
(2/9) Todas estas partículas mediadoras son los llamados bosones de gauge. En el caso del gravitón sabemos que la gravedad se transmite a la velocidad de la luz y su alcance es ilimitado, luego estas partículas deben tener, al igual que ocurre con el fotón, una masa nula.
(2/8) Después de publicar sus famosos resultados sobre la relatividad especial Einstein dirigió su mirada hacia la gravedad de Newton, la cual era incompatible con su relatividad porque la interacción gravitatoria se suponía instantánea por lejos que ambos cuerpos estuviesen.
Pero para hablar de números imaginarios, antes deberíamos hablar del resto. Hablamos de conjuntos numéricos, y es que hasta los números han evolucionado conforme lo hemos hecho nosotros.
(2/5) Conforme te acercas a la velocidad de la luz el tiempo se dilata, esto implica que en la Tierra pasarían los 25640 años desde que sales hasta que llegas, pero para ti solo pasarían (y envejecerías) 36 años.
(2/8) Nos hallamos ante la historia de siempre, una estrella de unas 25 masas solares en cuyo núcleo empieza a acumularse el hierro debido a las reacciones nucleares con las que se ha ido alimentando. De ahí ya no puede conseguir energía, así que el núcleo colapsa.
(2/6) Hay una serie de factores que han puesto poco de su parte para mantenerla. El primer hándicap para ello fue el tamaño de dicho cuerpo, el planeta rojo es bastante más pequeño que la Tierra lo que conllevó un enfriamiento más rápido de su interior.