Es inaceptable pensar que unos criminales son buenos y otros son malos. No hay víctimas buenas y víctimas malas. Los narcotraficantes, las guerrillas y los terroristas son criminales sin importan los fines que persigan. Sus medios causan muerte y destrucción, esa es la medida.
Por eso, una campaña política decente y seria debería rechazar el apoyo de cualquier criminal, sea que se le hubiere dado un baño de legitimidad por vía decreto o porque se supone que ya cumplió una pena. Y digo se supone porque muchos siguen delinquiendo.