Si sabemos que el discurso de "mi cuerpo es mío y hago con él lo que me da la gana" es una trampa del Patriarcado y el Capitalismo para mantenerse tras una fachada neoliberal, no podemos luego defender el transexualismo en la edad adulta como un ejercicio de libertad. No se puede sostener desde un análisis feminista, y mucho menos radical, que haya personas que modifican/mutilan sus cuerpos para encajar en los roles sexuales impuestos por una sociedad sexista, y pensar que esto es una forma de expresión identitaria.

A las mujeres nos divide, como siempre, el ser incapaces de priorizarnos como grupo oprimido, el no concebimos como sujeto de lucha merecedor de derechos y libertades. La mejor arma del patriarcado es que ni nos consideramos dignas de luchar por nosotras mismas. Las constantes divisiones individualistas y el perpetuo ejercicio de adoración y de endiosar a ciertas mujeres son ejemplo de que no nos conceptualizamos como clase sexual, como iguales, y que estamos sumidas en el ejercicio patriarcal de alienación...

Las feministas radicales hace mucho que venimos diciendo que "las mujeres trans" no son mujeres, sino hombres que fetichizan y objetualizan el cuerpo de las mujeres, hasta tal punto que quieren nuestros cuerpos para sí. Es decir, la transexualidad es otra forma más de posesión que hacen los hombres del cuerpo de las mujeres; y como, para ellos, nuestro cuerpo (completamente pornificado y que ellos ligan de manera indisociable con la feminidad) es otro intento más de colonizar nuestros cuerpos.