29| Investigador predoctoral Fundación CEAM.
Citius, altius, fortius.
Natura, esport i meteo 🏞 1919.
#OneHealth #GlobalChange #FireEcology #Droughts
Pues resulta que hay zonas como las boreales en las que el cambio climático está generando mucha más influencia en los incendios que en otras como las sabanas. Esta última zona es donde más actividad de incendios existe:
¿Alguna vez has subido una rampa o escalera mecánica en el sentido contrario?
Se puede dar un cambio en la fuerza motora (intensidad, estacionalidad o frecuencia) o en la respuesta a esa fuerza motora (p.ej., éxito en la regeneración). La 1ª es cuantificable, la 2ª genera más incertidumbre por la interacción de múltiples estresores.
En algunos ecosistemas son muy relevantes las interacciones positivas en las que una especie favorece a otra por su presencia. Por ejemplo, a través de la sombra que proporciona un individuo o la producción y retención de materia orgánica y agua.
Primero: ¿realmente está cambiando la forma de llover?
El cambio climático viene por un desbalance energético.
Hoy en día, la biomasa de animales para consumo humano sobrepasa con creces la de humanos y animales salvajes juntos (y sin contar con aves como gallinas; ).
El clima ha sido la principal fuerza motora de estos regímenes de incendios durante el Holoceno (≈12000 últimos años).
Son muchos los autores y autoras a los que la consecución de eventos secos no les pilla de sorpresa.
El movimiento vertical del agua en el suelo depende de las características del medio (textura, compactación, materia orgánica, pedregosidad, porosidad, presencia de raíces y microfauna...).
El déficit de presión de vapor (VPD) es básicamente una medida de cuánta agua (en estado gaseoso) puede haber en una atmósfera saturada de humedad menos la que hay en un momento dado.
La alteración del régimen de precipitaciones conlleva, entre otros, su menor previsibilidad ().
Anécdota: iba a publicar este hilo hace algo más de una semana, pero con la concatenación de eventos extremos preferí retrasar este hilo sobre eventos extremos (; ; ).
Te suelen insistir que no hay problema porque, globalmente, el área afectada por incendios se reduce. 
Esta figura se entiende muy bien con esta otra famosa gráfica, creada originalmente en el tercer informe del IPCC en 2001.
En estas latitudes, las sequías cálidas y los eventos de calor son los que más están aumentando su contribución a perder captura de carbono.
Las gráficas sugieren que los eventos de recarga son más escasos y el estrés hídrico estival cada vez mayor. Los veranos en el mediterráneo por definición son duros y nuestra todopoderosa vegetación los aguanta bien, pero ya se están apreciando efectos negativos de este cambio 🌱
En 2017, en la Columbia Británica, >1 M. de ha se vieron afectadas por el fuego, lo que supuso récords de superficie en 70 años de datos. Julio y agosto batieron récords de sequía y calor.
De manera contraintuitiva, ni el número de rayos ni el mes de más actividad determina al 100% el número de incendios. La humedad del combustible parece jugar un papel importante en este aspecto.