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Desde el siglo XVI estos conversos ocuparon oficios urbanos, cargos de gobierno y posiciones clave en ciudades y cortes. Con lo que el conflicto era inevitable: rápidos ascensos, sospechas de lealtades dobles y pugnas con grupos establecidos. La lucha de clases era estructural. 

A mediados del siglo XIX Francia buscaba recomponer su prestigio y abrirse hueco en un continente que ya no era europeo. ¿La solución? Inventar un «mundo latino» que justificara su intervención en México y le permitiera presentarse como «hermana mayor» de los pueblos hispánicos. 
Mientras el PSOE histórico languidecía en el exilio bajo Llopis, el PCE era la fuerza clandestina organizada. Para EE.UU. y Alemania esto era inaceptable porque España tenía bases estratégicas, un Estrecho crucial y el precedente portugués demasiado fresco. Había que mover ficha. 

Esa guerra es producto de décadas de fricción entre Viena y Estambul. Asedios, incursiones y tensiones en Hungría que estallaron en 1593. Allí, el sultán buscó abrirse paso hacia el corazón europeo; y el emperador, ya debilitado, resistió gracias a que España sostuvo su esfuerzo. 
Tras la romanización, los romances peninsulares surgieron de manera diversa. Entre ellos, el castellano, nacido en la franja oriental del Reino de León y luego en Castilla. Pero su historia no se entiende sin el proceso que lo llevó más allá de sus límites iniciales. 
Los Tassis (o Tasso en su forma italiana) eran una familia lombarda de mensajeros al servicio de ciudades como Venecia o Milán desde el siglo XIII. Y para 1290 Omodeo Tasso, viendo el negocio, organizó al modo mongol una red de postas a caballo, precursora del correo moderno. 
Tras Utrecht, las naciones europeas creyeron haber reducido a España a potencia de segundo orden. Felipe V y su esposa, Isabel de Farnesio, pensaron lo contrario: reordenaron la Hacienda, el ejército y la Armada. Y con Alberoni al frente España volvió a mirar al Mediterráneo. 


Pero el mito nació pronto. desde Voltaire y los ilustrados, la Inquisición fue presentada como símbolo el atraso, del miedo y la superstición. Una España oscurantista frente a una Europa sublime. Así se fundó el cliché que aún hoy muchos repiten sin saber de dónde viene. 
La batalla de Chaldiran (1514) entre el Imperio otomano y el safávida no fue sólo un enfrentamiento militar, ya que fue el momento en que la división entre chiitas y sunitas dejó de ser teológica para convertirse en una frontera política y geoestratégica que llega hasta hoy. 
Y es que países como Inglaterra, Francia, Holanda o Estados Unidos codiciaron a menudo los secretos científicos y técnicos de España, protectora de su saber e imperio. Por lo que el espionaje que realizaron fue la mejor forma de homenaje a esa ciencia y tecnología españolas.
A comienzos del siglo XV el mundo se reordenaba, y los reinos asiáticos y europeos se tanteaban. En 1402 Tamerlán derrotó al sultán Bayaceto en Ankara y frenó la expansión otomana. Europa respiró: el peligroso turco se había detenido gracias a un conquistador venido del Este. 

Surgió tras la reforma monetaria de los Reyes Católicos (1497) y se consolidó con Carlos I y Felipe II. Pesaba 27,47 gramos de plata fina y valía ocho reales. Por eso se llamó «real de a ocho» o «peso duro»: la unidad fuerte y confiable del Imperio. 

En pleno siglo XVI, cuando Amberes era uno de los grandes centros comerciales y culturales del Imperio español, el impresor Cristóbal Plantino (Christophe Plantin) fundó en 1555 la Officina Plantiniana, que pronto se convirtió en la imprenta más importante de Europa. 


Ḥasan al-Bannā, un maestro egipcio de apenas 21 años, fundó este movimiento en 1928, tras la abolición del califato otomano. En su lema -«El islam es la solución»- reflejaba una clara tesis: la política no debía emanciparse de la religión, sino someterse a ella. 
El primer contacto se produjo con la expedición de Magallanes (1519-1522), que alcanzó el archipiélago en 1521. Murió en Mactán y Elcano siguió la expedición hasta circunnavegar el globo, pero la conquista se consolidó décadas después con Miguel López de Legazpi (1565-1571). 


No se trata de casos aislados, es un patrón sostenido. Las Iglesias son arrasadas, aldeas enteras quemadas, sacerdotes y misioneros secuestrados... Todo ocurre en regiones donde confluyen el yihadismo, el tráfico de recursos mineros y energéticos y el colapso de los Estados. 

El corazón de esta estrategia es Tánger Med, a 20 km de Ceuta. Este puerto, clave para Marruecos, en 2024 movió 142 millones de toneladas y más de 10 millones de contenedores, superando a puertos españoles como Algeciras (4,7 millones). Un cambio de jerarquía en el Estrecho. 

A diferencia del cristianismo, que convivió siglos en polémica con Estados ajenos, el islam surgió ya como Estado teocrático. En el islam no hay Iglesia y Estado: hay umma. Lo político se define por lo religioso, y viceversa. 

El concepto moderno de colonia, ya usado por los romanos, se desarrolla en los siglos XVIII y XIX con los imperios británico y francés. Designa territorios explotados por una metrópoli que los considera ajenos, inferiores o sin ciudadanía. No se corresponde con el caso español. 
La historia comienza en 1962, cuando un vecino de Azcoitia, Ramón Baglietto, salvó a un niño de ser atropellado. Iba por la calle tras una señora que llevaba a un bebé en brazos y un niño de dos años cogido de la mano.
Tras la constitución de Marruecos como Estado en 1956, el régimen de Rabat lanzó una ofensiva para anexionar territorios españoles en el norte de África, empezando por el enclave de Sidi Ifni y parte del Sáhara español. 
