Le debía un paseo literario por Madrid a una amiga y le propuse recorrer algunos rincones de la literatura de fines del XIX y 1er tercio del XX, esa Edad de Plata cruelmente truncada por la guerra.
Sé que los conocéis, pero dejo aquí el itinerario -con 📘lecturas- por si acaso. 📍Centro Conde Duque

Ramón Gómez de la Serna es, con Ortega y Gasset, uno de los fundadores de las vanguardias. Y aquí se puede visitar una recreación de su estudio -fuente de inspiración y metáfora de su estética- donde "las paredes son el sostén del pensamiento"

📘 Greguerías

Para quienes están lejos de las aulas y no son conscientes de hasta qué punto está calando la LGTBIfobia en el ámbito escolar y familiar, aquí van algunos ejemplos (solo unos pocos: el hilo daría para muchos más) de lo que he vivido este curso 👇🏼 1. Una chica de Bach llega de la mano con su novia. Se echa a llorar después de la firma y me cuenta que vive tutelada por un familiar que la amenaza con no pagarle los estudios universitario si no deja a su novia y dice que "no es lesbiana".

Ayer hablé con una amiga que, por principios y convicción, lleva años siendo parte del equipo directivo de uno de esos centros escolares calificados como "de difícil desempeño", donde todos esos mantras tan trillados de la cultura del esfuerzo no parecen solucionar gran cosa. Un centro donde parte de su alumnado come una vez al día -a veces, pan duro mojado en leche, me contó, como si fuera una escena de la posguerra que fingimos que no existe- y en el que cada semana se agotan las reservas de fruta y leche que reciben gracias a un programa de la UE.

“Que seguimos aquí. Eso quiero que sepan esos cabrones: que seguimos aquí."

Pedro* (nombre pactado) y yo nos conocimos una tarde de agosto hace 5 años. Y de cuanto hablamos, esa fue la idea que más veces repitió. Y la que mejor explicaba por qué había accedido a hablar conmigo. Nos puso en contacto un amigo que sabía que buscaba testimonios de personas LGTBI+ represaliadas por el franquismo. Pedro* acabó accediendo, pero la primera de sus condiciones fue no usar su nombre real. “Ni la inicial tampoco, que nombre tengo, aunque no quiera que figure ahí.”

"¿Y que me importa que sea gay?"
"¿Por qué vas diciendo lo que eres? ¿Digo yo que soy hetero?"

Pues no, no lo dices porque, básicamente, no te hace falta. Al revés, el discurso heterocéntrico y la presunción de cisheterosexualidad bajo la que vivimos hace que eso se presuponga. Si las personas LGTBIQ+ verbalizamos en tantos foros nuestra identidad es, precisamente, para hacernos presentes, tratar de (re)educar en la diversidad con nuestra visibilidad cotidiana e intentar acabar con la lectura exclusivamente heteronormativa de la realidad.

De Ana Caro y María de Zayas sabemos que fueron amigas. Que se apoyaron y quisieron. Que Ana se instaló un tiempo (amplio) en la casa madrileña de María. Y que María habla de los "amores entre iguales" en alguna de sus novelas ejemplares. Y hay quienes vemos en ese legado... ...las huellas de uno de los romances que, durante siglos, fueron condenados a ser invisibles. E imposibles. Por eso, en 'Inventando a Lope' quise darles esa historia de amor que no sabemos si pudieron vivir. Ni ellas ni tantas generaciones que, como Zayas&Caro, nos precedieron.

No soy de los que están convencidos de la LOMLOE y, mucho menos, de una implantación caótica y apresurada. Pero sí lo estoy de la necesidad de una escuela inclusiva y que no reproduzca modelos segregadores pretéritos. Defender lo 2º no es sinónimo de apoyar ciegamente lo 1º. Es triste leer insultos como “pedabobos”, descalificando un oficio y alimentando prejuicios que llevan mucho tiempo rumiándose dentro y fuera de las aulas. En mi caso, mis peores experiencias como docente -y, más aún, como tutor- fueron con “compañeros” que usaban términos así.

Como parece que hay que seguir explicando lo obvio, vamos con algunos de los motivos por los que la "bromita" del "soy gay" -con réplica igual de "cómica" incluida- sí es para tanto. En primer lugar, hay que partir de lo difícil y, a menudo, doloroso que es llegar a ese momento de expresión y visibilización para muchas personas que viven en contextos hostiles y donde son víctimas de homofobia directa y/o indirecta.

En un centro varios chicos de Bach me recibieron brazo en alto con 'arriba España'. En otro, tuve que reaccionar al oír "un maricón menos" tras mencionar a Samuel Luiz. Solo 2 ejemplos (hubo +) de los efectos de legitimar desde partidos y medios el fascismo y su discurso de odio. Por supuesto, esos ejemplos no eran generalizables ni siquiera a todo el grupo que asistía al encuentro. Pero sí me preocupó hallar esa polarización en muchos de los centros escolares -casi unos 200- que visité el curso pasado. Y que contrastaba con lo que había visto antes.

Hoy, en hilos que nadie pidió nunca, aquí va uno dedicado a uno de mis personajes favoritos -y a veces creo que menos valorados- de la Historia de la Literatura: Melibea.
(Eso sí, cuidado si no se ha leído antes la obra, porque va con spoilers...) En los tiempos del BUP, más de un libro de texto nos la presentaba como "una joven ingenua y engañad" (sic) a la que, entre el cortejo (burdo) del simple de Calisto y la astucia, la retórica y el hilado mágico de Celestina, los demás llevaban por donde querían.

Si alguna vez piensas que has inventado algo completamente nuevo en narrativa, revisa antes el Quijote, porque es posible que Cervantes se nos adelantara unos cuantos siglos antes… ¿Autoficción? Ahí tenemos Cervantes contándose a sí mismo mientras busca el manuscrito que, supuestamente, escribió Cide Hamete y, de paso, haciendo crítica literaria de su propia obra en pleno escrutinio de la biblioteca.

Supongo que cada cual tiene su historia con ‘Grease’ (hay películas tan icónicas que, con sus más y sus menos, siempre las tienen) y hoy, a modo de homenaje personal a la gran Olivia Newton-John, me apetece compartir la mía. Mi historia con ‘Grease’ comienza en 8º EGB. En un viaje a Málaga que, en el fondo, me apetecía mucho menos de lo que fingía… Y es que, salvo excepciones, aquellos años de colegio no había hecho muchos amigos. Y un viaje así, imponía.

Que no, que la literatura juvenil no es ni una transición, ni un paso previo, ni un puente hacia ninguna parte, es un hecho literario en sí mismo y que, al igual que la llamada literatura adulta, solo pervive cuando trasciende etiquetas y nos emociona sea cual sea nuestra edad. Y tampoco es, como se intenta hacer creer, un género como tal, sino una clasificación orientativa con la que se intenta designar a los libros recomendados 'a partir de' cierta edad, pero en la que que caben títulos de géneros y subgéneros completamente diferentes.

Di clase en la pública durante 10 años. No mucho, ya lo sé, pero sí suficiente como para entender -y sufrir- ese oficio. Si alguna vez olvido las dificultades de la docencia y la incomprensión social a la que se ve sometida estaré traicionando a una parte esencial de mí mismo. Y al decir 'sufrir' no lo hago por mi alumnado, ni por el trabajo en sí mismo. Al revés. El día a día en el aula era lo que me mantenía allí. Y lo que me emocionaba e ilusionaba -y creo que mis estudiantes lo sabían-, sino por los obstáculos externos que no dejaban de crecer.

A menudo recibo mensajes sobre la visibilidad LGTBIQ+. Me llegan de personas de edades y contextos muy diversos, pero siempre coinciden en agradecer una novela, una obra teatral o incluso algo tan pequeño como una suma de tuits que, escriben, impulsó su decisión de ser visibles. Por un lado, agradezco (y mucho) su generosidad al citar uno de esos títulos como el detonante para ser visibles, aunque solo sean eso, un último impulso dentro de un proceso personal que han recorrido y siguen -seguimos- recorriendo a pesar de las dificultades.

Con las amistades de verdad no existe el adiós. Existe el ahora, el hasta pronto, el siempre o incluso la imprecisión de un hasta luego. Porque tampoco el tiempo transcurre en términos que admitan medidas convencionales y la presencia sabe ser incluso cuando no es posible. Por eso las elegías que homenajean a la amistad son necesariamente tristes. No solo por la pérdida de esa inmediatez que ya no tendremos -ese mensaje, esa llamada, ese próximo café que ya siempre estará pendiente-, sino porque no hay verbo útil cuando la despedida es imposible.

Intento pensar que no (me) afecta. Encajarlo con naturalidad. Pensar que son casos aislados. Creer que la respuesta que puedo ofrecer en esos encuentros llenos de adolescentes vale la pena el mal rato de la pregunta incómoda y maliciosa. Pero sí. Afecta. Afecta el momento en que sabes que sabes que están preguntado mientras se dan codazos para dejar claro que se han atrevido a decir en voz alta lo que, antes de que entraras allí, era un chiste. O el murmullo cuando hablas de cualquier tema relativo a la visibilidad LGTBIQ.

Este #DíaMundialdelTeatro lo celebro con 2 obras en cartel -‘Nunca pasa nada’ (@accimg) y mi versión de ‘Tito Andrónico’ (@tdelnoctambulo)-, una obra a punto de publicarse -‘Multiverso Shakespeare (@Literatura_SM)-, varios proyectos nuevos y este hilo con mis obras 🎭 publicadas. INVENTANDO A LOPE

Ana Caro, María de Zayas y Lope de Vega en una obra que va por su 9ª edición y que es mi personal canto de amor al teatro.