Esta semana realizamos una visita a Guerrero. En las zonas urbanas pobres, las y los niños sienten el impacto emocional del huracán #Otis. Las escuelas están cerradas. Los saqueos han sido generalizados y en algunos barrios la gente levanta barricadas por las noches (Hilo)
para impedir los robos a mano armada, que van en aumento. Las organizaciones de base han tenido que montar albergues y comedores por todos lados. La basura se acumula, el olor insoportable. En Acapulco había árboles, se los llevó el viento y no hay donde resguardarse del sol.