Estoy en Francia porque vine a grabar a @oscarjaenada para un podcast que me tiene muy emocionado. Pronto les hablaré de eso, pero ahora quiero contarles otra historia que involucra a mi buen amigo Roberto A.
Abro hilo. <Si no has leido los otros hilos de Roberto A. te recomiendo empezar por aqui>:

https://twitter.com/dany/status/1222210786212438017?s=20

España, en lockdown. Israel, de camino. UK promueve el contagio. En EEUU, el caos. En México, la nada o la catástrofe. Abro hilo. Yo hablo con mis familiares médicos y Rosalba, la bióloga molecular que conocí gracias a Roberto A. Lo único que me ha quedado claro: TODO en torno a Roberto A. es singular (y ahora les cuento porqué).

A ver si adivinan quién me llamó el lunes pasado. En realidad no llamó él, sino Rosalba, la estudiante de biología molecular que vino en el helicóptero con nosotros el sábado antepasado. Pero fue para decirme que Roberto estaba en la ciudad e invitarme a comer con ellos si no tenía ya el festivo ocupado.

Tuve el fin de semana más EXTRAÑO de mi vida y quisiera compartirlo en un hilo de Twitter para que quede para la posteridad. Siento que podría ser el principio de algo peculiar. Advertencia: será un hilo largo, así que no se desesperen por favor y verán que pese a todo, uno todavía sigue encontrando a gente interesante en este país tan dividido.

Estoy en un centro comercial de Las Vegas. Espero sentado en una banca que la familia salga de hacer sus compras. Es un centro comercial abierto, tipo outlet con marcas conocidas y con rebajas interesantes.
Me aburro. A lo lejos veo a un señor de unos setentas años. Pelo blanco y lentes de aumento. Vestido de traje, sin corbata. Un poco desaliñado, zapato viejo pero lustrado. Está como esperando algo o alguien.

Estoy en un @starbucks y no, no está @juanburgos, PERO creo que voy a presenciar una escena que siento que tendría que ser tuiteada por @juanburgos. Pero a falta de su exquisito talento para el storytelling, la relataré yo.

Espero no decepcionar. Es un ligue.
Él: unos 30 y pico. Muestra demasiada confianza para su físico. Bien aseado, con barba, zapato sin calcetín. (Nunca entenderé esa moda). Lo llamaré “El Chavo”.
Ella delgada, finita, muy bonita y muy seria.
También 30 y pico. Pelo corto castaño. La llamaré “La Chava”.