Hagadá de Pésaj, versión 4T.
Hete aquí que había un pueblo bueno y sabio que se llamaban los israelitas y que eran oprimidos por un gobierno faraónico en cierto país que soñaba con sus siete años de vacas gordas, pese a los interminables años de vacas flacas.
Un buen día, mientras se bañaba junto al río, cierta doncella de la élite gobernante encontró a un chiquillo abandonado. En ese entonces no tenía nombre, ni título (aunque ya merito). Así que la doncella decidió adoptarlo y llevarlo consigo al palacio del faraón.
Oct 8, 2019 • 13 tweets • 2 min read
Según el judaísmo, se vale NO creer en D-os. A veces, porque es natural; a veces, porque es útil; y, a veces, porque es necesario.
De hecho, muchos judíos se autodefinen como agnósticos o ateos y eso no significa que sean “menos judíos”.
Hilo.👇
Primero, el judaísmo considera sensato dudar de la existencia divina porque D-os (si existe) debe ser omnipotente y, de haber querido dar certeza sobre su existencia, se revelaría sistemáticamente o crearía un universo en que Él mismo fuera irrefutable.