Para qué innovar si puedes copiar lo que funciona, Socialdemocracia «Competencia donde sea posible, planificación donde sea necesaria»
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Aug 15, 2023 • 5 tweets • 4 min read
Se que lo de Afganistán es un follón difícil de comprender.
Como es posible que en 1972 se pudiera tomar esa fotografía de "mujeres paseando por Kabul" ?
Y ahora Afganistán sea un estado fallido dominado por la irracionalidad talibán.
La mejor forma de entenderlo es ir al principio de la historia, quienes y porque decidieron que era una buena idea apoyar a unos pastores de cabras que estaban arraigados en las zonas rurales de la provincia de Kandahar, en el corazón de la etnia pashtún al sur del país?
Como siempre hay pocos nombres que deciden y condicionan millones de vidas, el personaje se llama Zbigniew Brzezinski, asesor de Carter.
Es una pena que no haya el premio Nobel de HP.
Lo confirma el ex director de la CIA, Robert Gates, en sus Memorias : los servicios secretos estadounidenses comenzaron a ayudar a los muyahidines afganos 6 meses antes de la intervención soviética.
Se entiende muy bien con la entrevista de un periódico francés en 1998 al propio Zbigniew Brzezinski.
En aquella época usted era el consejero del presidente Carter para los asuntos de seguridad.
¿Desempeñó entonces usted un papel clave en este asunto? ¿Lo confirma usted?
Zbigniew Brzezinski: Sí, según la versión oficial de la historia, la ayuda de la CIA a los muyahidines comenzó durante el año 1980, cuando el ejército soviético ya había invadido Afganistán, el 24 de diciembre de 1979.
Pero la realidad que se mantuvo en secreto es diferente. Fue el 3 de julio de 1979 cuando el presidente Carter firmó la primera directiva sobre la asistencia clandestina para los opositores al régimen prosoviético de Kabul. Y ese día yo escribí una nota al presidente donde le explicaba que en mi opinión esa ayuda provocaría una intervención militar de los soviéticos.
A pesar de ese riesgo usted era partidario de aquella «covert action» (operación clandestina). ¿Quizás usted hasta deseaba esa entrada en guerra de los soviéticos y quería provocarla?
Zbigniew Brzezinski: No es exactamente así. Nosotros no empujamos los soviéticos a intervenir pero incrementamos conscientemente la probabilidad de que lo hicieran.
Cuando los soviéticos justificaron su intervención diciendo que su objetivo era luchar contra una injerencia secreta de Estados Unidos nadie les creyó. Pero había un fondo de verdad. ¿No siente usted algo de arrepentimiento hoy en día?
Zbigniew Brzezinski: ¿Arrepentirme de qué?
Aquella operación secreta era una excelente idea. Su efecto fue que atrajo los rusos a caer en la trampa afgana ¿y usted quiere que me arrepienta de eso?
El día que los soviéticos cruzaron oficialmente la frontera, yo le escribí al presidente Carter [diciéndole] sustancialmente: «Ahora tenemos la oportunidad de darle a la URSS su guerra de Vietnam.»
De hecho, Moscú tuvo que librar durante casi 10 años una guerra insoportable para el régimen, un conflicto que provocó la desmoralización y finalmente el estallido del imperio soviético.
Tampoco se arrepiente usted de haber favorecido el integrismo islamista, de haber aportado armas y consejo a futuros terroristas?
Zbigniew Brzezinski: ¿Qué es lo más importante para la historia mundial? ¿Los talibanes o la caída del imperio soviético? ¿Algunos locos islamistas o la liberación de Europa central y el fin de la guerra fría?
¿Algunos locos? Si se está diciendo constantemente que el fundamentalismo islámico representa hoy una amenaza mundial.
Zbigniew Brzezinski: Boberías. Según nos dicen, Occidente debería tener una política global ante el islamismo. Eso es estúpido. El islamismo global no existe. Veamos el islam de manera racional y no demagógica o emocional. Es la primera religión del mundo, con 1 500 millones de creyentes. Pero, ¿qué tienen en común la Arabia Saudita fundamentalista, el Marruecos moderado, el Pakistán militarista, el Egipto prooccidental y el Asia secularizada? Nada que no sea lo mismo que une a los países cristianos.