Juan Carlos Sosa Azpúrua Profile picture
LLM; abogado y lic. en letras summa cum laude. Autor de obras literarias; promotor de cultura y defensor de DDHH. Harvard Law School. UCAB. 🇪🇸🇻🇪🇮🇱🪐
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CRÓNICA DEL HORROR VENEZOLANO: narrativas, farsas, actas y delirios
A los jueces del "¿Y tú qué propones?", a los pacíficos del "¿Y tú tienes fusiles?"; y a los torquemadas del "¿Y entonces no hacemos nada?"

PRELUDIO (algo de historia personal)

Tras los sucesos del 11 de abril de 2002, me di a la tarea de estudiar a fondo el problema venezolano. Deseaba saber hasta dónde era capaz de llegar la maldad de quienes cometieron los asesinatos de Puente Llaguno, así como su capacidad de destrucción.

En aquella marcha, que por momentos tambaleó por primera y última vez al régimen, asesinaron a muchos venezolanos. Uno de ellos, de apenas diecinueve años, recibió un tiro fulminante en su cabeza, y su padre desesperado me pidió que lo representara. Luego se sumaron otras víctimas: familiares de los asesinados, heridos y perseguidos.

Decidimos formar un equipo de abogados conocedores de todas las ramas del derecho; y entonces nos dimos a la primera tarea: tipificar a los crímenes perpetrados y calificar jurídicamente la naturaleza del régimen que los cometió.

Desarrollamos así, por vez primera en Venezuela, la doctrina de crímenes de Lesa Humanidad y de Terrorismo de Estado. Y calificamos al régimen como una organización criminal, comprendiendo que no se trataba de un gobierno democrático, sino de un sistema monstruoso, con vínculos directos con grupos terroristas (incluyendo los narcos), creado para destruir a Venezuela y apoderarse de su territorio, para convertirlo en un paraíso de criminales y en un infierno para sus opositores.

Recaudamos pruebas, muchas pruebas, y con ellas, una vez agotadas las vías internas, nos fuimos a las cortes internacionales: Audiencia Nacional de España, Corte Penal Internacional y Corte Interamericana de DDHH.

En Madrid, trabajamos sin descanso durante un mes para preparar la demanda. La corte española no solo la admitió, sino que, determinando que había suficiente fundamento, remitió el expediente a la Haya. Eso nos permitió acudir a dicha instancia entrando por la puerta grande, que apenas se estaba abriendo por primera vez en la historia de la humanidad. Nuestro caso fue uno de los primeros del mundo en ser escuchado por el recién estrenado fiscal de la Corte Penal Internacional.

Haciendo ese trabajo, nos pusimos en contacto con factores poderosos, capaces de proveernos pruebas indiscutibles, que demostraban con creces que la tipología por nosotros escogida era la correcta.

En 2003, le concedí una entrevista a la editora del Wall Street Journal, y allí le revelé al planeta que en Venezuela se estaban haciendo asentamientos importantes de núcleos terroristas. Se debía actuar con rapidez y efectividad. En el editorial que se escribió a partir de la entrevista, el WSJ, citándome, exigía al director de la CIA y al presidente de Estados Unidos no quedarse de brazos cruzados y hacer algo para solucionar ese peligro tan grave para la estabilidad de nuestro continente.

A partir de allí, comprendí que toda la arquitectura institucional de Venezuela se estaba usando como fachada del teatro del horror. Y mi vida cambió. Me propuse como objetivo existencial que en Venezuela se comprendiera el problema que enfrentábamos y se escribiera una narrativa cónsona con el mismo.

No fue un camino fácil. Durante años me sentí como una voz el desierto, como el "fool on the hill" de John Lennon. El ruido de la "fiesta democrática" estaba demasiado alto y la orgía de nuevos ricos que iban surgiendo, a partir de CADIVI y de los enchufes con el régimen, creo un ambiente de despelote alucinado, que hizo creer a muchos que las cosas en el país no estaban tan mal (de hecho, lo contrario).

Hice de todo para intentar abrirle los ojos al país. Constituí un Movimiento Político - Social ("Fénix") con la idea de penetrar a las universidades y de allí escoger a los alumnos más brillantes para formarlos en temas libertarios, historia de Venezuela y economía petrolera. Con algunos de esos muchachos me recorrí el país entero, dando foros en los centros académicos y en las instituciones gremiales, hablando en plazas públicas, reuniéndome con toda clase de personas y organizando acciones concretas para despertar al país (huelgas, marchas, etc.).

Viendo cómo se acercaban las elecciones presidenciales, habiendo tenido en mis manos las pruebas de los continuos fraudes electorales cometidos a partir de 2004, en 2011 amenacé con lanzar una candidatura antisistema, con la idea de que me dieran cabida en los medios de comunicación que me habían ido vetando, y así poder hacer las denuncias y advertir de la locura que era participar en esas "elecciones".

Con esa "precandidatura" ya en el aire, me cerraron todas las puertas en Venezuela. No importaba que durante años fui invitado a los programas radio televisivos como analista petrolero y legal; tampoco que hubiera dirigido prestigiosas instituciones culturales y tanques de pensamiento con las "fuerzas vivas". Ni que durante años tuviera un programa radial en la Emisora Cultural de Caracas; así como una columna muy leída en el Diario El Universal y en Tal Cual. No fue considerado para nada que yo fuera el editor de la revista de energía de mayor circulación en el país.

Tampoco mis libros publicados fueron tomados en cuenta y ni el haber sido profesor en casi todas las universidades privadas de Venezuela. Nada de eso les sirvió de evidencia de que yo no era un simple "paracaidista oportunista", como insistían en calificarme los políticos y muchos miembros de la sociedad que otrora fueron amigos y relacionados.

A partir del momento que mis advertencias se hicieron más fuertes, me convirtieron en una suerte de paria. Todos los medios de comunicación me vetaron sin clemencia (excepto RCR y los admirables guerreros que lo han dado todo por la libertad: el periodista José Domingo Blanco "Mingo" @mingoteve ; y el copropietario de la emisora @RCR750: Jaime Suárez Phelps).

Y no solo eso. los medios contribuyeron a vilipendiarme, a crear leyendas urbanas sobre mi persona, sembrando infamias y calumnias, haciéndome ver como un aventurero, que por pura ambición personal, estaba "dividiendo a la oposición" y dándole oxígeno al régimen.

Así las cosas, viajé a Washington con mucha documentación en mis manos. Allí me reuní con senadores y miembros de la Cámara de Representantes del Capitolio. Fui invitado a importantes programas televisivos. También viajé a Europa, donde sostuve reuniones con parlamentarios europeos en España, Bruselas e Italia, también con íconos de la política, el periodismo y el derecho. Al igual que hicieron en USA, los medios de comunicación europeos me acogieron y eso me permitió concederle entrevistas a algunos de los principales.

Pero en Venezuela el veto era total. Me dejaron de invitar a eventos sociales y hasta miembros de mi propia familia me volteaban la cara o me miraban con disgusto. Otros personajes escribían insultos en las redes sociales, para congraciarse con los políticos a los que le jalaban mecate, con la esperanza de recibir su "chambita".

A mis hijos les hacían bully en el colegio y mi esposa Inés (QEPD) era recipiendaria de toda clase de epítetos dirigidos a mí, y también sufrió del ostracismo. Por fortuna, siempre conté con su apoyo incondicional, también el de mis hijos, el de mis hermanos y el de mis maravillosos padres.

No cedí en mi empeño de denunciar la farsa que se había enquistado, que consistía en darle cariz institucional y democrático a algo que era una mentira y la perfecta herramienta del régimen para lograr sus fines criminales.

Seguí recorriéndome el país, y cuando comprendí que sería imposible lograr el movimiento cívico - militar que me había propuesto formar, decidí hacer algo que me costaría la incomprensión de muchos de mis más cercanos colaboradores y entusiastas, hasta el día de hoy: penetrar el mundo "opositor" y tratar de convencerlo de que cambiara el rumbo.

Aprovechando que algunos de sus más connotados líderes eran condiscípulos universitarios y otros conocidos de la infancia y hasta familia, quise que entendieran que seguir con la "fiesta democrática" era un suicidio.

Diseñé una estrategia político - policial, con todas las aristas legales contempladas, que consistía en lo siguiente:

1) Decretar el vacío de poder, a partir del desconocimiento del "gobierno", por ilegítimo de origen y de ejercicio;

2) Constitución de un gobierno cívico - militar interino, en el mundo paralelo al régimen, que debíamos crear en el país;

3) Activación por parte de ese nuevo gobierno interino del "Plan Venezuela", a partir de la "Operación Jaque Mate", que también diseñé al detalle:

3.1) Una acción policial con el apoyo de la DEA y el Departamento de Defensa de USA, que permitiera capturar a los principales líderes del régimen y del "cartel de los soles", sin comprometer a gobiernos extranjeros, ya que sería una orden del gobierno legítimo de Venezuela, el cual asumiría toda la responsabilidad de la operación;

3.2) Establecimiento de bases militares permanentes en nuestro territorio, con la colaboración de la DEA, para combatir y eliminar a los grupos terroristas asentados en las 3/4 partes del territorio nacional (consulté con un expresidente colombiano para que me hablara del Plan Colombia y si le parecía viable hacer algo similar en Venezuela: su respuesta fue afirmativa y muy entusiasta);

4) Limpieza institucional, elaboración de un nuevo censo poblacional y organización de unas elecciones libres, en un lapso no mayor de cuatro años, una vez estabilizado el país y limpiado sus instituciones, convertidas en algo de verdad y no en un camuflaje del horror.

Estas medidas se podían hacer elaborando leyes y realizando las reformas constitucionales correspondientes, con el uso de la mayoría absoluta que tenía la "oposición" en el Poder Legislativo (mayoría que nunca ejerció); y de la celebración de un referéndum consultivo, organizado por la sociedad civil, sin hacer uso para nada del CNE.

La primera vez que expuse el plan fue en el año 2015, a puertas cerradas, con un grupo importante de diputados venezolanos. La respuesta: escepticismo total.

Luego lo hice otra vez en 2016, y a quien fuera luego un destacado jurisconsulto del "gobierno interino" solo le faltó la carcajada: me dijo que era un disparate (años después terminó siendo miembro y supuesto "autor legal" del "gobierno interino", algo que, como ya dije, años antes le había parecido inviable y una suerte de aberración, mientras él trabajaba para el político más nefasto de la MUD).

En 2017, aprovechando que se acercaban unas nuevas elecciones presidenciales, volví a reunirme a puertas cerradas con algunos de los principales líderes de la MUD y esta vez la receptividad fue mucho mejor.

Entonces sentí que se estaba logrando el objetivo: en 2018 se denunció la naturaleza fraudulenta del régimen y de su sistema electoral, no se asistió al proceso comicial y se decretó el vacío de poder.

Cuando en 2019 se formó el "gobierno interino" (que yo tenía cuatro años explicando por qué debía formarse y detallando cómo se debía hacer), mi primera intuición no fue buena. No confiaba en la persona que movía los hilos en la oscuridad (aquel político nefasto de la MUD, del cual me advirtió mi abuelo, Carlos Sosa Rodríguez, en los años noventa: "cuando ese sujeto tenga poder, morirá Venezuela").

Tampoco conocía al señor designado para presidir el interinato, pero las referencias que me hacían de él no eran alentadoras. Mi sospecha, que después resultó ser la correcta, era que esas personas estaban creando el "gobierno interino", no para lo que se debía, sino para fines personales e inconfesables.

No obstante, a instancia de una persona que respeto y amo, decidí darle el beneficio de la duda y prestarle todo mi apoyo a ese "gobierno interino", siempre con mi estrategia debajo del brazo, buscando convencerlos de que teníamos que llevarla a cabo en su totalidad.

Mas, desde el principio, comencé a ver cosas que no me gustaban. Luego vino la farsa de La Carlota, el primero de mayo de 2019, que le costó la vida a varios compatriotas; y una declaración del "presidente interino" desmintiendo al Departamento de Justicia de USA, alegando que por dos o tres delincuentes no podía calificarse al régimen como una "narco tiranía" y que el objetivo debía ser la unión de todos los venezolanos, incluyendo a los miembros del régimen, negociar con estos últimos y entonces hacer unas elecciones libres y democráticas, única vía según él para solventar la crisis del país.

En paralelo, miembros de ese "gobierno interino" trabajaban en Washington para convencer a los políticos de EE. UU. que las elecciones libres eran el único camino que estaban dispuestos a transitar.

Además, con descaro e inhumana mezquindad, le dieron la espalda al presidente estadounidense que había logrado, él solo, convencer a más de sesenta países para que denunciaran a la narco tiranía y apoyaran la legitimidad del "gobierno interino". Ese mismo presidente, Donald J. Trump, había jurado que haría todo lo necesario para contribuir a lograr la libertad de Venezuela.

Entonces, Trump puso su infraestructura militar en guardia, para actuar como respaldo de los agentes policiales de la DEA que se activarían, todos ellos venezolanos.

Y el "gobierno interino", no contento con su despliegue de mezquindad, decidió crear en Washington un grupo llamado "Venezolanos con Biden", apoyando, sin ningún pudor, a quien competía para sacar de la presidencia al principal y más poderoso aliado que teníamos para el logro de nuestra libertad.

En lo personal, consideré esas acciones del "gobierno interino" como una traición a la patria y desde ese momento me convertí en un crítico feroz de sus acciones.

Una oportunidad de oro, quizás la única que hemos tenido en veinticinco años, fue despreciada por los principales líderes políticos de Venezuela, salvo algunas excepciones, como María Corina Machado ("MC"), con quien me había reunido en varias ocasiones (con el objeto de ilustrar mi estrategia, hasta fui miembro del grupo que ella creó: "Soy Venezuela").

Por fin MC, por quien me unen añejos vínculos de amistad y familiares, tenía la narrativa correcta y afirmaba con contundencia que seguir en el "juego democrático" era hacerle un favor al régimen.

Mas, la oportunidad se había perdido, desechada con premeditación y vileza por el mal llamado "gobierno interino".

Luego vino el COVID, el cambio de gobierno en USA y las guerras de Ucrania y Gaza, cambiando por completo el posicionamiento de las fichas en el tablero político venezolano.

Pero al menos, pensé en ese entonces, habíamos logrado algo vital, por lo que yo tenía quince años luchando: el cambio de la narrativa acerca del problema venezolano y la comprensión del terrible monstruo que enfrentábamos.

Entonces, en 2023, con miras a las "elecciones" presidenciales que se avecinaban, la MUD organizó unas Primarias y, gracias a la presión de MC, las mismas se celebraron sin el CNE. MC resultó vencedora. Y lo celebré.

Llegó 2024, y el intento de inscribir su candidatura en el CNE. Como era previsto, no se le permitió. De manera brillante, MC escogió a una venezolana intachable (muy respetada por mí), para que la reemplazara: la excelente académica Corina Yoris, a quien, como también preví, tampoco se le dejó inscribirse como candidata.

Pensé entonces que, ya que MC comprendía al monstruo que enfrentamos, su estrategia sería darle el "golpe a la mesa", comunicándole al mundo que ella había intentado inscribirse solo con la finalidad de evidenciar que en Venezuela eran imposibles unas elecciones libres, que no existía justicia ni instituciones que velaran por ella y que el señor Maduro tampoco podía ser candidato. Primero, porque estaba usurpando la presidencia. Y segundo: por ser un prófugo de la justicia internacional, con una recompensa millonaria sobre su cabeza.

Creí que, convertida en la líder indiscutible de la oposición, el trabajo de MC consistiría en seguir denunciando a la tiranía en todos los rincones de la Tierra, esperando un momento oportuno para activar la única estrategia que podría darnos la libertad.

Para mi sorpresa, no fue eso lo que hizo. Y para mi profunda decepción, optó por hacer lo peor que podía hacerse: aceptar un candidato impuesto por la MUD.

El CNE por supuesto sí dejó que esa candidatura se inscribiera, convocando al país a una gigantesca farsa, organizada y arbitrada por la tiranía, lubricando con eso a sus instituciones de mentira y cambiando, en un giro de 180 grados, la narrativa del país que permitía comprender lo que se confronta, el problema real que debemos resolver y cómo debemos hacerlo.

Se montó una nueva "fiesta democrática", con caravanas, música y afiches por todas partes (y ahora hasta gaitas carnavalescas y entrevistas frívolas con influencers de "la civilización del espectáculo", como diría Mario Vargas Llosa); enseñando a dos candidatos igual de legítimos ante el CNE y aceptados por los futuros electores como válidos competidores a la máxima magistratura del país.

Se prometió, con total certeza, que los directivos del CNE tendrían que reconocer la realidad y declarar vencedor al señor González. También se prometió, durante esos largos meses de campaña, que el 28 de julio se iniciaría la transición democrática, con un presidente electo, que reconocería el CNE por no quedarle opción, y que a partir de ese día muchos miembros del régimen se harían nuestros amigos, en una Venezuela "donde cabemos todos y todos somos hermanos", tal y como afirmó el señor González.

Como era de esperar, se perpetró un fraude descomunal. No obstante, como también era previsible (pero no por quienes prometieron que no podría hacerse el fraude), los directivos del CNE fabricaron sus propios resultados y sucedió lo que tenía que suceder: se consolidó a la tiranía para los próximos seis años, en un proceso "democrático", aceptado por sus participantes al momento de inscribirse en la competencia y aceptar sus condiciones y la autoridad de sus instituciones (CNE, fiscalía, TSJ, etc.).

Lo más grave, se causó con esto el giro de la narrativa: ya no se trata de una narco tiranía con un usurpador de las instituciones, que además es prófugo de la justicia internacional y tiene una recompensa sobre su cabeza. Ahora, solo se trata de un gobierno que se robó unas elecciones.

Cambiando lo prometido durante la campaña, entonces se le dice al país que el objetivo había sido tener las actas que demostraban el fraude, y que vendrían otras acciones: en esencia, informar a la comunidad internacional para que condene el fraude; e iniciar una suerte de "resistencia pacífica", a partir de marchas efímeras y descontinuadas, con una carroza carnavalesca en la avenida principal de una zona de clase media alta, donde se pueden observar a nefastos personajes del pasado tomándose selfies, riéndose y bailando al son de gaitas y música festiva, mientras las mazmorras del régimen se llenan con más de dos mil nuevos presos políticos, muchos de ellos menores de edad, y las calles se tiñen de sangre, con los asesinatos de compatriotas que salieron a tumbar estatuas y hacer protestas, con la certeza de que había una estrategia política que los protegería.

Lo cierto es que hacer convocatorias a un proceso electoral, que de antemano se sabe fraudulento, exige que se tenga garantizada una capacidad de respuesta cónsona con el monstruo asesino que se confrontará a campo abierto y con muchos inocentes viendo de frente a los cañones, que no disparan proyectiles de mentira.

Si no se tiene esa capacidad garantizada, hacer la convocatoria es más que una irresponsabilidad, un verdadero crimen, aunque esa no sea la intención de los convocantes.

Se dice que se "vota" porque no se tienen fusiles. Pero "votar" en el marco de narco tiranía, para cantar fraude cuando se den los resultados, implica exponer a millones de civiles desarmados al arsenal de guerra de quienes no les tiembla el pulso para asesinar a mansalva, violar y encerrar a muchachos, que están comenzado sus vidas, en calabozos oscuros, en condiciones que pulverizan al alma humana.

Sin capacidad de neutralizar ese horror, no se puede convocar a una ciudadanía desarmada a confrontar de frente a semejante monstruo. No se puede, punto.

LAS ACTAS

Optando por ignorar y hasta negar las pruebas existentes de la farsa electoral, acumuladas desde 2004 (entre ellas las actas que demostraban que el señor Andrés Velázquez ganó la gobernación del estado Bolívar); expuestas y explicadas de manera impecable por el ingeniero Guillermo Salas en su libro El poder de la matemática (mayo, 2024); se afirma sin ningún pudor que "por primera vez" existen las pruebas del fraude electoral venezolano.

Como abogado que soy, desde hace treinta años, entiendo que el derecho tiene algunas premisas fundamentales:

1) La carga de la prueba la tiene quien alega el fraude;

2) El CNE no tiene la obligación legal de enseñar las actas (a menos que así lo dictamine un juez), y nunca lo ha hecho;

3) Solo un juez puede determinar, y con un caso abierto en su tribunal, si algo constituye una prueba válida y admisible;

4) Solo un juez puede sentenciar que, vistas las pruebas admitidas, en efecto se perpetró un fraude.

Lo pernicioso de jugar con fuego es que siempre alguien se quema, en especial, quien jugó con el fuego, no el fuego, el que jugó con este.

Si se admite que el TSJ tiene autoridad para determinar quién está habilitado para ser actor político y quién no; si se admite que el CNE tiene autoridad para dictaminar quién se inscribe en su proceso y quién no; si se admite que el CNE será el árbitro que conducirá el proceso, con su tecnología, personal, normas y procedimientos; si se admite que la fuerza militar del régimen será el custodio de los votos y el encargado de transportar el material probatorio de las mesas electorales hasta el seno del árbitro; entonces mal puede decirse al final, cuando lo resultados son adversos a una de las partes, que todo era una farsa desde el principio, porque entonces no existe coherencia, y cuando no hay coherencia solo queda una cosa: la locura.

Las actas que afirma tener MC no son prueba de nada, a menos que así lo dictamine un tribunal de justicia, así funciona el derecho: dura lex sed lex. Hasta que eso no suceda, esas actas son simples papeles, que bien puede alegar que son falsificados el acusado del fraude.

Y en el caso hipotético de que fueran aceptadas como auténticas, ni siquiera existe la posibilidad de hacerle una auditoría formal e imparcial para determinar qué porcentaje de votos representan. Como una de las partes no está dispuesta a participar en esa auditoría, y ningún tribunal le está obligando a ello, las famosas actas quedan reducidas a un papel, donde quien alega su autenticidad no es un actor imparcial y tiene evidentes conflictos de intereses en la aseveración, algo que lo descalifica, desde un punto de vista legal, para ser quien determine lo que es "verdad" y lo que es "falso".

Tampoco existe jurisdicción extranjera competente para conocer del caso y sentenciar algo de obligatorio cumplimiento, ya que se trata de un asunto que solo compete a las cortes venezolanas, y así lo dictamina el derecho internacional.

Por lo tanto, todo queda reducido a un individuo alegando un fraude no comprobado de manera formal y legal... una palabra que se la lleva el viento.

LA COMUNIDAD INTERNACIONAL

Y entonces viene otra parte del cuento: la famosa "comunidad internacional".

En Venezuela y en el mundo entero se sabe desde hace años que el régimen es ilegítimo, que todas las elecciones han sido fraudulentas y que hay que salir de esta pesadilla.

Un tema de actas y de pruebas del fraude es una terrible pérdida de tiempo, probar lo probado es una forma cantinflérica de llover sobre mojado, y lo único que se logra es que el país se paralice, haya más tragedias humanas (miles), aislamiento y que unos cuantos se laven las consciencias por haber sido durante dos décadas cómplices de la mentira.

Mas, esas actas no le hacen ni cosquillas al régimen y la condena Internacional la celebran, ya que tener un enemigo externo es el ABC de los regímenes totalitarios. La única comunidad internacional que cuenta para ellos es Irán, Rusia, China, Corea del Norte, Siria, Cuba, Zimbabue y demás sistemas de esa calaña.

Hasta que aquí no se pongan serios en la política y se actúe con inteligencia y efectividad, no pasará nada, más allá del empeoramiento de las condiciones de vida de quienes vivimos en Venezuela, que quedaremos más aislados, en peores condiciones socioeconómicas y con peor percepción como gentilicio en los países desarrollados.

Esta fiesta orgiástica de actas y marchas no es otra cosa que el sello más elocuente de un país que no desea entender el problema y de un liderazgo político que no parece estar hecho para este tiempo histórico que nos tocó vivir.

(continúa en la parte siguiente del hilo)Image (continuación del hilo)

Y la solicitud de más sanciones para Venezuela, que hacen tantos políticos principescos desde sus exilios dorados, no afectan en nada a los tiranos. Estos tienen suficientes testaferros y jurisdicciones amistosas para compensar con creces cualquier obstáculo que le pongan las naciones occidentales que decidieron condenarlos.

Esas sanciones solo logran que los venezolanos inocentes seamos percibidos con malos ojos a donde vayamos, que los bancos pongan todas las trabas para abrir o conservar cuentas legítimas y bien ganadas, que los países antes amigos ahora nos exijan visas para pisar sus territorios, que no existan rutas aéreas para que nuestros familiares nos visiten o nosotros a ellos, y, lo más cruel y dañino, que no vengan potenciales nuevas inversiones a Venezuela, que motorizarían a la economía, brindarían muchas oportunidades de empleos dignos y bien remunerados, fortaleciendo a una sociedad cada vez más débil para conseguir lo que necesita para sobrevivir, mucho menos para luchar por ideales de libertad.

Es muy fácil desde afuera justificar esas sanciones y solicitar su recrudecimiento. Pero a los que aquí vivimos, eso nos pone más dificultades para llevar una vida relativamente sana y en paz. No solo tenemos que soportar vivir en el encuadre de una tiranía, sino que también debemos conformarnos con una vida reducida a la mera sobrevivencia y, muchas veces, hasta niveles inhumanos.

En pocas palabras, "concienciar" a la comunidad internacional, cuando no se tiene una estrategia fulminante para erradicar la tragedia de tajo (y por tanto la tragedia permanece intacta), es cuchillo para la garganta de los más inocentes, incluyendo a los millones que fueron inducidos a pensar que eso es un gran logro.

Al final, durante 25 años el país optó por cerrar los ojos a la evidencia y vivir bajo la tiranía de una organización criminal, diciéndose a sí mismo que solo era un mal gobierno que debía derrotarse en unas elecciones... hasta que tuvieron que marcharse del país, y entonces, ya como emigrantes, optan por abrir los ojos y denunciar lo que muy pocos denunciaron cuando aún vivían en Venezuela.

Pero los que aquí nos quedamos, ya agotadas las luchas que se demostraron inservibles, necesitamos vivir con cierta paz y prosperidad. Miami, Las Vegas y Nevada fueron levantadas por mafias y así otras cuantas ciudades del mundo, donde la gente vive en paz y puede prosperar.

Si no se incendia al país en cada temporada de "fiesta electoral", las cosas comienzan a caminar y se puede vivir bajo una ilusión, suerte de burbuja autoinducida, que hace la vida menos difícil.

Y que se entienda bien lo que digo: si no se cuenta con los medios efectivos para aniquilar de raíz a la tiranía, incendiar el país no hace nada por derrocarla y sí mucho por complicar aún más las cosas para los venezolanos que aún vivimos aquí.

Algunos hablan de "resistencia pacífica", y hacen comparaciones estrambóticas con casos como la independencia de la India, sin detenerse a pensar que aquellos contextos no son comparables y que aquí la tiranía tiene como vivir sin problema alguno, aunque todo el país se paralice.

A menos que se cuente con una fuerza capaz de doblegar con arsenal bélico a un monstruo asesino, lo mejor es dejarlo tranquilo, porque azuzarlo solo causa más muerte, más prisión, más tragedia.

Pongamos el símil de un tigre rabioso, con hambre y ganas de comerse lo que encuentre de frente. ¿Es inteligente lanzarle piedras a esa bestia mientras duerme, si no se tiene cómo neutralizar el ataque inminente que recibiremos con sus garras y dientes?

Es exacto. Si no se tiene cómo ganar una guerra, el general debe mantener a sus tropas a buen resguardo, esperando el momento oportuno que provea de las armas necesarias y los apoyos imprescindibles. No hacerlo, es llevar a sus tropas a una muerte segura, y hacer que su enemigo se crezca, se fortalezca y, por tanto, se haga más difícil vencerlo.

¿Qué el régimen está débil gracias a las famosas actas y a las denuncias de fraude? Ya explicamos que eso no es verdad. Todo lo contrario. El ABC de este tipo de tiranías es la necesidad de contar con un enemigo externo, al punto de que si no lo tienen se lo inventan. No necesitan para nada a esos países que las condenan. Al contrario, desean ser condenadas por ellos, porque así justifican su "lucha revolucionaria".

Y las sanciones se convierten en el justificativo perfecto para lavarse las manos con la pobreza y el dolor que causan estos criminales. ¿Acaso los 70 años del régimen cubano no son suficiente escuela?

EDMUNDO GONZÁLEZ Y LA BANDA PRESIDENCIAL

En un hipotético (alucinado por lo imposible) caso de que Maduro diga "OK" y Edmundo González
asuma la presidencia de la República, al día siguiente la AN le dicta un antejuicio de mérito, el TSJ hace el juicio express y González termina en casa por cárcel (de hecho, ya el caso está montado por la fiscalía).

Lo mismo harían con el vicepresidente que asuma el cargo, hasta que el poder recaiga en la cabeza del presidente de la AN, a quien le correspondería hacerlo según el orden de sucesión constitucional.

Y así la cosa se pondría aún peor, ya que ese personaje es una inteligencia mucho mejor dotada que la actual (aunque pese a ser tan subestimado, la que hoy "preside" al país tampoco se chupa el dedo, y simulando ser idiota, es portador también de una gran astucia e inteligencia nata).

Como vemos, de alcanzarse el objetivo de MC y sus seguidores, se estaría creando un mal peor, paradójico y horrible, pero cierto.

Venezuela y todas sus instituciones están secuestradas por el chavismo y es esta otra de las razones por lo que la estrategia no debía ser electoral.

Al escoger esa ruta, no solo se acabó con la coherencia narrativa de la lucha (una pelea contra una organización criminal que controla las principales rutas del narcotráfico), sino que se empoderó a la MUD y resucitó a sus peores representantes, quienes jamás harán nada que ponga en jaque al régimen (ya eso quedó más que demostrado con las oportunidades del pasado que despreciaron y sabotearon, una y otra vez).

Pronto esta euforia post electoral, que hoy experimenta Venezuela con las famosas actas y su correspondiente discurso leguleyo, se volverá sal y agua. Los políticos de siempre comenzarán a sacar sus cuentas para las venideras elecciones regionales y parlamentarias (tal y como siempre han hecho en el pasado, aún después de haber denunciado los fraudes).

Entonces el señor González y MC recibirán el desprecio más frío y hondo por parte de quienes les prestaron sus maquinarias para que pudieran participar en la farsa de este año. Todo volverá a la "normalidad", hasta la próxima temporada de "fiesta democrática", donde son muchos los que hacen negocios redondos para sus bolsillos. No para beneficio de Venezuela. La "Lucha por Venezuela" ha sido transformada por ONGs y políticos incalificables como el mejor negocio de sus vidas, haciéndoles a muchos de ellos millonarios más allá de cualquier sueño que pudieron haber abrigado en sus infancias.

¿NO HACER NADA?

No todo puede hacerse en cualquier momento. Ejemplo: si juego ajedrez, a veces es mejor dejar quieto al peón, porque, aunque puedo moverlo (en definitiva, la ficha está en el tablero), no es táctico ni estratégico hacerlo. Dado el posicionamiento de las demás fichas, si se me ocurriese moverlo (para no dejarlo allí haciendo "nada"), entonces me comerían al alfil, quizás al caballo o la torre, y hasta a la reina, poniéndome en jaque y con graves problemas, quizás mortales, para salvar al rey.

El mundo de la política es un tablero de juego con muchas fichas. En países como Venezuela, la mayoría de esas fichas ni siquiera están en el territorio nacional, sino mucho más allá de sus fronteras: en Cuba; en Colombia (ELN, FARC); en España (la ETA); en el Medio Oriente (Irán, Siria, Hezbolá y Hamas); en China (las mafias, pero también su gobierno); y, en especial: Rusia.

Al diseñar una estrategia fulminante para derrocar a la tiranía, estos factores deben ser considerados. No hacerlo es una locura y el fracaso es el único resultado posible.

Y como en el caso de las piedras que lanzamos al tigre rabioso que duerme, ese fracaso tiene el efecto colateral de más muertes, más calabozo y mucha más tragedia en términos absolutos.

Toda esta discusión electoral más que perjudicar, beneficia al régimen y hunde más a nuestra nación. De “narco tiranía usurpadora”, ahora pasa a ser un “gobierno que se roba elecciones en un escenario democrático”, donde el líder visible de la organización deja de ser un prófugo, buscado por Interpol y con una millonaria recompensa por su cabeza, para ser solo un tipo que se robó unas elecciones y al que se le pide que “por favor” se siente a negociar con el candidato que ganó.

Y mientras tanto, las “fuerzas democráticas” siguen haciendo llamados a unas FFAA que no existen, ya que fueron reemplazadas durante largos veinticinco años por bandas criminales, adoctrinadas para defender al régimen contra cualquier factor que atente contra su estabilidad. Pretender ignorar esta realidad es inaceptable.

El territorio nacional está dominado por toda clase de grupos terroristas, que han encontrado aquí un paraíso para lavar capitales, esconderse, entrenar, aterrizar y despegar, cocinar, depositar, almacenar y exportar droga y armas a todo el planeta. También para seguir extrayendo la riqueza mineral y seguir abultando las arcas que financian sus crímenes.

Y mientras esto ocurre, se insiste en fabricar una realidad democrática que no existe, desviando el problema y haciendo creer que el asunto es otro. Así se nos fueron todos estos largos años y la lección no se aprendió.

Pretender llevar el drama al universo leguleyo de una guerra de actas, remitidos, declaraciones y condenas al robo electoral, es despreciar el genuino problema y por tanto jamás dar con la solución de la tragedia.

Mucho menos entonces se podrá articular la única estrategia que sí podría ser efectiva para lograr la libertad y que hemos expuesto durante años con ecos elogiosos en el exterior (incluyendo a la genuina institución militar venezolana, que está toda en el exilio), pero sin apoyo político en lo interno.

Es preocupante que esto no se entienda y se siga arriesgando a la población desarmada a ser víctima de la realidad que se niega. Ya van decenas de muertos, heridos y miles de presos políticos desde el 28 de julio, muchos de ellos menores de edad y algunos con discapacidades físicas y psicológicas.

¡Qué desolador es tener un país en estado de negación!, viviendo un delirio, sin percatarse de las implicaciones trágicas que tiene la no confrontación de sus propias sombras.

Mientras no se afronte el genuino problema, seguirán dándose palazos de ciego y pasando los años. Solo quedará la tristeza de lo que pudo ser…

¿Y ENTONCES CUÁNDO?

Es muy difícil visualizarlo en este momento, ya que el mundo está incendiado y en el incendio están involucradas las grandes potencias del mundo. Aún si saliera victorioso el señor Trump el próximo noviembre, el contexto actual no es el mismo de 2019.

Para ponerle término a la guerra en Ucrania, objetivo principal del probable futuro presidente de EE. UU., es vital una agresiva negociación con Rusia. Entonces, sobre la mesa, no es suficiente ofrecer frenar a la OTAN y su objetivo de hacer de Ucrania un miembro activo de dicha organización; tampoco es suficiente retirar sus misiles de Polonia y Rumania; ni garantizarle Crimea a Putin, para que su flota naval se mantenga en la posición geopolítica histórica y necesaria para la defensa de Rusia y la salud de su economía.

Trump deberá ofrecer un quid pro quo, tal y como tuvo que hacer John F. Kennedy con Nikita Jrushchov durante la crisis de los misiles en Cuba.

Al ser mucho lo que tiene Rusia invertido en Venezuela (negocio de armas, extracción de recursos, lavado de capitales, posición geopolítica estratégica, control del reservorio energético, entre otros), es muy probable que Putin exija que no se toque el régimen tiránico que nos secuestra, tal y como tuvo que hacer JFK con la tiranía de Fidel Castro.

Y en Gaza, lo mismo. Para darle término a ese conflicto, Trump deberá negociar con Irán (financista de Hamás en esa guerra), y para ello no puede alterar la presencia que tiene dicho país en nuestro territorio (incluyendo las células de Hamás y Hezbolá, que reciben financiamiento de la narco tiranía, desde hace años).

En pocas palabras, sería muy peligroso para Trump pretender contribuir a la liberación de Venezuela. Eso no solo mantendría viva la guerra en Ucrania y en Gaza (para felicidad de los señores de la guerra: negocios de armas, farmacéuticos, uniformes, etc.; y las mafias que lavan capitales), sino que se estaría arriesgando a producir la Tercera Guerra Mundial.

Y en cuanto a Kámala Harris: muchísima menor la probabilidad de recibir su apoyo, siendo, como es esta señora, promotora de las guerras actuales, miembro de la izquierda internacional y una absoluta incapaz de entender la política como algo diferente a un negocio.

Ojalá que en Venezuela MC comprenda lo entrampado que está el país en estos momentos y lo peligroso que es seguir lanzándole piedras al tigre que ya no está dormido.

No se puede continuar poniendo en riesgo inútil las vidas de tantos inocentes, muchos de ellos adolescentes, quienes son los primeros en morir o terminar en los calabozos, mientras sus memorias quedan olvidadas en los vientos de la historia.

Venezuela demostró, con su participación en la reciente farsa electoral, que aún no ha aprendido las lecciones. Y eso lo pagaremos caro. Esta "fiesta electoral", con su estela de actas y argumentos leguleyos, es demasiado peligrosa, incoherente e inútil.

Ojalá, que esta nueva decepción que sufrirá el país sea la última, los venezolanos comprendan el problema y reconozcan las estafas a las que han sido sometidos durante veinticinco años, aunque la intención de algunos de esos actores de siempre no haya sido estafar, sino hacer el bien. No es mucho, mas sería un buen comienzo.

Ya lo dijo Aristóteles:

"La maldad es producto de la ignorancia".
Oct 5, 2020 15 tweets 3 min read
Respeto a Montaner como pensador y como persona. Le conocí hace años y mi impresión de él fue la mejor, al igual que sus libros, que son escuela. No obstante, creo que es injusto con Trump. Señala hechos que son debatibles, y cae en el chisme. Es un golpe bajo lo de Rusia. Tiene imprecisiones insólitas, y cae en lugares comunes, haciéndose eco de las mentiras que repiten los medios. Citar el libro de la sobrina de Trump, que es basura, es el epítome de su sesgo. Le cae mal Trump y punto. Pero los hechos que recalca no son tales. Trump ha logrado
Jul 11, 2019 9 tweets 2 min read
1/8 Si yo fuera @jguaido decretaría estado de emergencia, por secuestro del narcoterrorismo. Activaría oficina de la DEA y organizaría operativo quirúrgico de extracción de narcos, empezando por Maduro. Entrenaría militares en exilio y organizaría gran coalición mundial de apoyo 2/8 Bajo ninguna circunstancia abriría posibilidad de diálogo con semejantes criminales. Transmitiría al mundo la profundidad del hoyo en que se encuentra Venezuela y exigiría que toda la región se cuadrara con las acciones de combate frontal del narcoterrorismo. ¡Sin tregua!
Jul 8, 2019 20 tweets 4 min read
1/20 Andrés, hace meses te lo expliqué y lo he escrito públicamente. No comprendo porqué buscarle 5 patas al gato.Mis críticas no son al TIAR per se. Lo que he sostenido es su inviabilidad, dado el contexto geopolítico del planeta. No existe mínima posibilidad de que sea activado 2/20 porque los jefes de Estado de los países involucrados no desean asumir la responsabilidad política y económica de una medida de esa naturaleza. Esto lo afirmo no por especulación. Lo hago porque lo he constado en estos meses de arduo trabajo buscando salidas al laberinto.
Feb 27, 2019 9 tweets 3 min read
1/9) En el siguiente hilo, explicaré la forma de salvarnos de las trampas del Derecho Internacional Público, y actuar rápido, sin burocracia ni diplomacia interminable (que no lleva a ninguna parte): 2/9) a. @jguaido debe firmar un acuerdo con la DEA, autorizando su penetración en nuestro territorio para capturar a los miembros del Cartel del Sol, encabezado por Maduro. Dicha acción, se logra en un solo día y provocaría el inmediato apoyo de los 4 componentes de las FAN.
Feb 5, 2019 7 tweets 2 min read
Durante años, los llamados "espacios" fueron el colchón perfecto para que la oposición durmiera el sueño de los justos. Cómodos, con dinero de sobra y sin el fastidio de los problemas nacionales, dejaron pasar años y años, en fiestas electorales, que eran piñata de dólares. Se agotaron $ y entonces "finalmente" se entendió que el camino electoral no lleva a ninguna parte. Ahora se cambia estrategia. Y mundo abre bóvedas para darle dinero a oposición. Ruego a Dios porque embajadas y ministerios del gobierno legítimo no sean los nuevos "espacios".
Jan 15, 2019 36 tweets 6 min read
Hay varios hechos históricos importantes de no olvidar. El 23 de enero de 1958 fue sorpresivo para el régimen de Pérez Jimenez. Los militares ya habían manifestado su repudio, y ese día actuaron sorpresivamente. El "pueblo" salió a las calles a celebrar, no a tumbarlo. USA apoyaba a los militares, y dio luz verde para que actuaran, con pleno respaldo de Eisenhower.Los militares eran oficiales con educación impecable; formados y de trayectorias impecables. No tenían nada que temer. No eran criminales.Los militares que apoyan esto son otra cosa.
Nov 29, 2018 10 tweets 2 min read
Nunca escucho radio-demasiado deprimente-Pero hoy, por curiosidad,la sintonicé mientras conducía.Casi choco.Fue como entrar en un"time loop". Elecciones, votar, gestión municipal, ponerle cara feliz a la crisis, seguir la vida como si nada. La historia de 20 años, así, tan fácil. Canal,tras canal,era escuchar el mismo cuento. Un intento desvergonzado por hacer normal lo anormal, maquillar el rostro del monstruo. Ahora hay una feria de ciencia y tecnología en el Parque del Este. Maquillan la ciudad para el evento. Pintan y ponen adornitos en las luces.