Llevan 50 años juntos y ella está en el final de su vida, apenas tiene fuerzas para recordarle una y otra vez que debe ser fuerte cuando no esté.
Él lo había intentado, había puesto sus corazas y había contenido sus lágrimas.
Hoy se ha roto de dolor. Es tanto lo que duele, tanto lo que asfixia ver morir a tu compañera de vida que ha preferido partir él primero.
Y cuando despertó en el hospital recuperado y fuera de peligro solo pedía volver a su lado para tomarle de la mano y nos pedía entre lágrimas volver.

Hace 6 años le diagnosticaron un cáncer de mama, en estadios iniciales y abordable.
Pasó todo el proceso, quedó devastada por la quimioterapia y la cirugía, pero sobrevivió, tenía la ciencia de su lado y su pronóstico era muy bueno.
Ella no recuerda ninguna lucha, solo dolor. Durante 5 años acudió regularmente a sus citas, hizo deporte, comió sano y valoró todas y cada una de las buenas cosas que la aportaba la vida. Fue resiliente, bailó muchísimo y hasta cambio de trabajo.
Leyó historias complejas, renunció a la televisión y viajó según pudo.

Ella tiene 69a y él 71, llevan toda la vida juntos, cuidando el uno del otro hasta hace 3a que él se quedó parapléjico y dependía de ella para todo.
Ella asumió su cuidado, sin fisuras y sin ayudas.
Hoy nos avisan porque ella había perdido el conocimiento y estaba en el suelo. Al llegar estaba recuperada y sentada en la silla, él a su lado tumbado en su silla y tomándole la mano. La casa impoluta y cada cosa en su sitio, ella agotada apenas podía hablar.
Él, casi entre lágrimas, nos pedía ayuda.
Rascando un poquito había algo más detrás de este síncope

Yo sufrí bullying cuando era pequeño, alguna vez que otra me quitaron la merienda en el recreo o se rieron de mi cuando iba a educación física.
La mayoría de las veces cuando se lo contaba al profesor después me llamaban nenaza o llorona.
Mucho tiempo pasó hasta que lo conté. Deje de llevar merienda al cole, siempre iba con la cabeza baja, intentaba hacer como que estaba leyendo para que nadie se metiera conmigo.
Me hice amigo de algunos “matones” para ayudarles con las materias más difíciles, me funcionó, solo al principio.
Era una tortura.

Mujer de mediana edad, al salir de trabajar presenta un episodio de mareos con molestias torácicas e inestabilidad de menos de 5 minutos de duración.
Llevaba varios días con episodios similares.
Acude a urgencias porque los síntomas no remitían. Es valorada por una residente que actúa en consecuencia. Interrogatorio exhaustivo, examen físico completo y pruebas complementarios.
Monitorización y control en box.
Comentado con Cardiología para ampliar estudio, ingreso y estabilización.

-Hola: ¿me estoy muriendo porque no he sido valiente?- pregunta asustada Noelia.
El concepto de “valentía” en el tratamiento de enfermedades incurables o de difícil manejo traslada al paciente una carga injusta y cruel.
Ellos no han pedido esta lucha, son pacientes, no soldados. Afrontar la enfermedad con una actitud positiva mejora el pronóstico y ayuda a diseñar estrategias de tratamiento efectivas, pero no cura como “remedio milagroso”
Trasladar al paciente la idea de que la curación es igual a valentía no es justo para los que no sobreviven.

La vida va de disfrutar el presente, el que tienes, el que te hace feliz, aquel donde esas pequeñas cosas, tan casuales, tan nuestras, tan sublimes se convierten en besos que curan. La vida va de encontrar personas que cierren heridas, que ilusionen, que vibren cada día, la vida va de compartir instantes, recuerdos, confidencias, abrazos.

-Oye tío para ser médico de urgencias eres demasiado blando, demasiado sensible, demasiado sufrido…
Si, es cierto, ese es el secreto para no abandonar, para siempre ir a por más con la mejor de tus sonrisas. Es eso lo que muchos critican y para algunos es un enorme defecto: ser sensible de más.
Y aunque intentas poner límites, porque todo en exceso es perjudicial, la vida te va llevando por situaciones muy complejas.
Un buen adjunto me dijo: aquí te dejas tu salud mental cada día.

Fue una noche de verano, no había pandemia, aún no estaba desmantelada del todo la atención primaria pero teníamos la sala de espera a reventar.
Y no, no todo eran tonterías que podían quedarse en casa como solemos discutir por aquí.
Llevábamos una tarde movida, todo colapsado. Y de repente sonó el timbre de Vitales de pediatría, allí solemos acudir temblando y pidiendo en voz alta que sea algo leve.
Aunque te formes bien, atender a un niño crítico siempre supone un plus de empatía y de serenidad
Varón de 17 meses parada cardíaca por atragantamiento.

No me gusta la polémica vacía ni que se malinterpreten mis palabras por lo que dejaré clara mi posición.
Jamás participaré en ningún debate que enfrente categorías sanitarias ni jamás toleraré que nadie ponga en mis tweets cosas que ni pienso ni escribo.
Abro hilo. La noticia compartida tenía una redacción desafortunada, llevando a conclusiones erróneas, que ni comparto ni compartiré jamás.
Comparto y defiendo el papel de los TES, de los enfermeros y de los médicos.
Los que me conocéis sabéis que lo hago con conciencia de realidad.

Alicia se levantó a duras penas de la cama, la habitación era un desastre y su vida también. No recordaba la última vez que sonrió, desde hace algunos meses solo veía la vida con gafas de sol.
Su familia solo le decía: levántate, que eso que tienes se quita con “dos hostias” Cuando notó que las cosas no iban bien puso un muro a sus emociones y sacó la mejor de sus sonrisas. Detrás de su rostro feliz su vida se deshacía en pedazos.
Hay sonrisas más tristes que un mar de lágrimas.
No pidió ayuda, a ella no le podía estar pasando esto.
Lo negó.

Estaba claro que retirar rápidamente las mascarillas de interiores produciría un aumento de positivos y también de pacientes vulnerables que requieren ingreso.
Estaba claro y aún así se sigue mirando hacia otro lado.
Barrer el COVID debajo de la alfombra no es la solución. La estrategia de confinamiento, restricción y aislamiento tampoco es la más sensata en una sociedad donde cada día es más patente el deterioro de la salud mental y la economía familiar.
Hemos pasado de llevar todos mascarillas a señalar a quién aún la lleva.

Lidiar con el dolor ajeno nos enseña a soportar un poquito mejor el nuestro aunque lo ocultemos detrás de nuestro fonendo.
Lidiar con tantos finales inesperados solo te enseña a vivir cada minuto de tu vida a plenitud.
A veces ser médico es muy duro, y duele. Y detrás de una sonrisa probablemente estemos librando una batalla personal enorme. Quizás detrás de una rostro sereno hayan más miedos e incertidumbres que sonrisas.
Lo más reconfortante es cómo encuentras esa paz que necesitas cuidando y ayudando al prójimo.

Cuando la muerte llega de forma abrupta y de un plumazo te cambia la vida el consuelo llega tarde y las lágrimas les cuesta brotar porque están aturdidas. La vida se remueve en un segundo con la fuerza de un tsunami devastador.
Y pasa, cada día, muchas veces.
Aquí el día Marta… Se levantó temprano y dejó a su marido durmiendo como hacía cada mañana. Ella trabajaba por las tardes y él solía trabajar por las noches. Aquella semana estaba de vacaciones.
Tenía 41 años y mantenía una vida saludable.
Mario era un tío estupendo.

He vivido varias epidemias de gripe, semanas de colapso hospitalario, pasillos llenos de camillas y de sobrecarga de trabajo agotadora.
Lo que estamos viviendo ahora le supera con creces.
Veremos las consecuencias muy pronto.
No es una gripe, es un contagio masivo asistido. Si apostamos todo a la asistencia del paciente, y no a la prevención, los miles de contagiados acudirán a su centro de salud, colapsando el sistema, pruebas, bajas laborales, tratamientos y otros
El resto de pacientes no podrán acceder, con lo cual se desplazarán a los hospitales

Hablemos en clave de calma para aliviar un poco el caos de este nuevo pico de incidencia.
*Lo que sabemos de la variante Ómicron.
*Los síntomas más frecuentes asociados al COVID.
*Los signos y síntomas de ALARMA.
*Las medidas para evitar los contagios. #abroHilo La variante Ómicron será preponderante en las próximas semanas, pudiendo coexistir con las variantes previas.
Aún con estudios insuficientes se preveé que exista un escape vacunal, que podría ser menor en los pacientes que llevan dosis de refuerzo.
La transmisibilidad es mayor.

Hoy ha sido un lunes duro en urgencias, y aunque hemos visto muchos pacientes con síntomas respiratorios también notamos una vez más la demora de primeras atenciones. Los estudios de contagios y los pacientes leves se desplazan a la Atención Primaria con lo cual se colapsa. Y también hemos visto un incremento sustancial en pacientes con diagnóstico COVID en formas leves y sus muchos contactos positivos. Está claro que esta nueva variante se transmite más y mejor.
Y aunque ingresan menos el ratio sigue siendo mayor en no vacunados.

La primera vez que recibí un insulto por las redes sociales me sorprendió muchísimo, fue a raíz de empezar la epidemia. Me quedé my tocado porque no entendía tanta agresividad y tanto odio. Era un perfil raro, no llevaba foto, una cuenta recién creada y rezumaba tweets de odio. Los siguientes insultos intentaba no leerlos, silenciaba el tweet para evitarlos, incluso alguno venía de supuestos “colegas”. Después alguna que otra amenaza de muerte y mucho más odio. He tenido que alejarme de las redes hasta en tres ocasiones, a veces es intolerable.
Y duele.

Hoy he atendido a dos pacientes mayores en el hospital. Juan tiene 81 años y Maria 78, llevan juntos más de 50 años.
Ella venía buscando un informe que le pedían en la residencia, una mirada triste y un discurso agresivo presagiaba que algo difícil de asumir escondía. #AbroHilo Le expliqué que ese tipo de informes no se hacía en urgencias, y ella solo repetía que necesitaba el informe, balbuceaba críticas y alguna que otra amenaza verbal sobre una reclamación. María estaba asustada y agobiada.

Tenía 14 años la primera vez que probó el cannabis, lo hizo para experimentar en una fiesta de amigos. Aquello salió bien y se lo pasó en grande. Después repitió muchas veces más.
Un “colega” le dijo que no era perjudicial, que fumarse un “porro” estaba de moda. #AbroHilo Y él siguió la moda, de fumar ocasionalmente, ya lo hacía casi todos los días antes de dormir porque le relajaba. A las 18 años empezó a consumir hasta 3 “porros” al día, lo necesitaba para calmar su ansiedad. Y se alejaba de todos y de todo. Abandonó el estudio y el trabajo.

Estas son los titulares que sacan de contexto los estudios y los “conflictos de intereses”
Se realiza esta publicación.
researchsquare.com/article/rs-362… Se realiza un estudio con 9 pacientes de Alemania y Austria que desarrollaron trombosis y trombocitopenia después de la vacunación con AstraZeneca. Llegando a la conclusión que había relación para ambos fenómenos y la vacunación: la trombocitopenia inducida por heparina (TIH).