Un amigo muy querido comparte que a los 8 años, las monjas de su escuela los ponían a correr desnudos, los golpeaban y les obligaban a hacerles sexo oral. Mi compa recuerda con asco a una monja chimuela y con cierta nostalgia a una monja joven.

El caso de mi amigo es... digamos, "afortunado". Me explico: a los hombres se nos educa para que esos contactos sexuales se valoren como experiencia.

No conozco a Mary Patt, pero quiere hablar conmigo.
Yo quiero saber si le tiene miedo al éxito.
¡Vamos a descubrirlo! Mary no le tiene miedo al éxito. A ver si le entra a alguna de mis riesgosas inversiones.