El día que encuentras en el historial de búsquedas del ordenador las palabras “Big Black Dick” la vida te pone en tu sitio. Pasó ayer por la tarde. No me digas por qué, estaba en modo ama de casa de Wisconsin, así que se me antojó encender el horno, pagar 100 euros de luz y preparar un bizcocho. Entré en Google para buscar una receta, escribí “Bi..” y la magia del auto completar hizo el resto.

Como uno de tantos días, ha llamado al timbre el repartidor de Amazon. Me ha preguntado el nombre, el DNI, me ha entregado un paquete, y cuando estaba a punto de cerrar la puerta, se ha girado y me ha dicho:

—Perdona… ¿te importa si uso el baño? Será solo un segundo. Al principio he dudado porque no mola dejar entrar en casa a un desconocido. Sobre todo si eres tía y estás sola en casa. Él lo ha debido notar en mi cara y entonces ha vuelto a decir:

—Lo siento, sé que esto no es lo normal, pero no te lo pediría si no fuera importante.

Acabo de llegar a casa después de presenciar algo bastante impactante. Vais a flipar, abro hilo. Resulta que he salido con la perra a dar un paseo por el barrio. Normalmente a ella le gusta tirar para el parque porque tenemos uno muy grande enfrente de casa y a los perros les gusta ir allí a oler el culo de los otros perros.