Hoy vamos a hablar de una de las pandemias más catastróficas de la historia de la humanidad y la relación de ésta con la guerra bacteriológica. Hablamos como no podía ser de otra manera de la Muerte Negra o Peste Negra.
La primera vez que se tiene constancia de la peste fue en el siglo VI en el Egipto bizantino de Justiniano, por lo cual los contemporáneos la bautizaron como Plaga de Justiniano, que fue terrible en ciudades portuarias mediterráneas hasta que desapareció misteriosamente en el 750
Pero fue en el siglo XIV cuando solamente con mencionar el nombre de esta enfermedad se provocaba auténtico pavor entre las gentes de Europa. Se estima que aproximadamente un tercio de la población europea pereció durante esta terrible epidemia.
En el s.XIV, en Florencia, la población bajó de 120.000 a 50.000 personas. El 70% de la población de las ciudades alemanas de Bremen y Hamburgo pereció de muerte negra. En Inglaterra la población pasó de 7 millones a 2 millones y sólo en Londres murieron 2/3 a causa de la peste.
Por comparar, a día de hoy, el Covid19 se ha llevado a 1000 personas en Florencia, a unos 6000 en Londres, 50 en Bremen, 9000 en Hamburgo y la población de Inglaterra se ha reducido menos de un 0,10% por el coronavirus.
Pero lo que realmente me interesa de este capítulo del Al-Manake de hoy es la relación que tuvo esta enfermedad con la guerra bactereológica, que como descubriréis en breves momentos no es una invención del s.XIX o del XX, sino que se remonta mucho antes en la historia.
En 1347 unos mongoles procedentes de las estepas de Asia atacaron la próspera ciudad genovesa de Caffa, hoy en día Feodosia, situada en la costa del Mar Negro en Rusia. Estos mongoles pertenecían a la Horda de Oro y estaban liderados por el khan Jani Beng.
Jani Beng había alcanzado el puesto de khan asesinando a sus dos hermanos por lo que sus tropas desconfiaban de él y la solución de éste para asentar su khanato y ganarse la confianza de sus súbditos fue entrar en una guerra con los genoveses de Caffa.
Jani Beng conocía las dificultades que entrañaba conquistar esta ciudad por lo que buscó aliados en Venecia, el principal rival de Génova en el Mediterráneo, y con su ayuda el khan de la Horda de Oro atacó Caffa en 1343. Sus tropas fueron aplastadas. Pero ahí no termina la cosa.
En 1345,La horda de Jeni Beng volvió a atacar la ciudad y esta vez volvió a resistirse a las fauces mongolas así que los mongoles ante tales esfuerzos de resistencia por parte de los genoveses terminaron sitiando Caffa, pero algo curioso pasó en este sitio.
Y es que los sitiadores estaban pasando bastantes más calamidades que los sitiados, el asedio se prolongó tanto que los mongoles empezaron a morir de hambre y enfermedad lo que diezmó totalmente a la horda. Jeni Beng estaba desesperado: tomar Caffa era una empresa imposible.
Parece ser que la contagiosa enfermedad que estaba acabando con sus tropas era la Peste Negra y como suele pasar con los genios militares, Jeni transformó su mayor debilidad en su principal ventaja y elaboró un astuto plan que se convirtió en su última esperanza de tomar Caffa.
El khan ordenó colocar los cadáveres pestilentes de sus soldados en las catapultas y lanzarlos al interior de las murallas. Los genoveses que no eran tontos dispusieron rápidamente que se tiraran los cuerpos al mar, pero nada podía contra la rápida mortalidad de la Peste Negra.
Según Gabriel de Mussis, notario de Plasencia: “Pronto se infectó todo el aire y se envenenó el agua, y se desarrolló tal pestilencia que apenas consiguió escapar uno de cada mil”. En 1347 Caffa había caído ante la Horda de Oro del khan Jeni Beng.
El resto de la historia es fácil de adivinar: los genoveses que consiguieron escapar fueron contagiando poco a poco a las gentes de las ciudades costeras del Mediterráneo: Constantinopla, Mesina, Genova, Venecia, Marsella, Barcelona… Ya no había vuelta a atrás.
La Muerte Negra fue despoblando comarca tras comarca. Cayeron plebeyos y reyes. Hombres y mujeres. Jóvenes y viejos. Todos por igual. Los más religiosos pensaron que era un castigo divino, los más escépticos pensaron que los judíos envenenaban las fuentes de las ciudades.
Pero lo que nadie supo nunca es que el rastro de 25.000.000 de muertos que dejó la Peste Negra en Europa fue debido al astuto ardid bélico del khan de la Horda de Oro: Jeni Beng.
🦠🦠🦠FIN DEL HILO🇲🇳🇲🇳🇲🇳
Y con esto cierro el Al-manake por ahora, pero no desesperes, pronto volveré con más quehaceres y placeres.
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