Claudio Cormick Profile picture
Dr en Filosofía Inv asistente en CONICET Vegano racional Docente Tengo 3 hermanas y 3 sobrinos Preventa de Argumentos en una baldosa: https://t.co/DwuY1aBDEv

Mar 5, 2021, 18 tweets

SIMPSONS DESCARTES
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Hoy en #ArgumentosEnUnaBaldosa con @ValeArvejita: Los Simpson desmienten las Meditaciones Metafísicas de Descartes.

¡CANCELE EL JAMÓN!

Ante el anuncio de despido por parte del Sr. Burns, Homero muere de un infarto, pero su “alma” se queda lo suficientemente cerca de su cuerpo como para oír a su ex empleador solicitarle a Smithers que le envíe un jamón a la viuda.

Es también el Sr. Burns quien, al matar a Bart atropellándolo, genera que el alma de este se separe de su cuerpo y emprenda una travesía ascendiendo al cielo, bajando al infierno y volviendo a subir.

No es solo Burns quien genera estos incidentes: en el famoso capítulo de Margo, podemos ver nuevamente el “alma” de Homero siendo sacada de su cuerpo… ¡por Newton!, o sea su ángel guardián que luego toma la forma del Coronel Klink.

El ángel lleva a Homero a SOBREVOLAR lo que sería su vida de haberse casado con Margo en vez de Marge. Vemos que su “alma” literalmente (a la gilada ni cabida) “la mira desde arriba”.

Estas representaciones populares del alma nos indican algo: si le atribuimos la capacidad de seguir PERCIBIENDO el mundo (es la gracia de morirse: vigilar desde el más allá), necesitamos conferirle la estructura necesaria para ello, lo que implica, básicamente, un PUNTO DE VISTA.

Entonces, si el alma de Homero puede VER su mansión DESDE ARRIBA y la de Bart, volviendo del infierno, VER los fósiles DESDE ABAJO, es porque, pese a que EN APARIENCIA están descorporizadas, retienen una característica central de la conciencia CORPORAL: la localización.

En otras palabras, esta concepción va a considerar la experiencia que tiene el “alma” como estructuralmente idéntica a la que tenemos como sujetos corporizados. No nos estamos imaginando un alma separada de TODO cuerpo, sino simplemente un alma como segundo cuerpo.

Aquí es donde alguien podría decir: “bueno, pero estas son representaciones ingenuas; el alma, en realidad, es una entidad espiritual, sin localización espacial ni soporte físico”.

Sin embargo, VEAMOS MÁS DE CERCA.

El padre de la filosofía moderna, René Descartes, es tal vez el exponente más influyente del dualismo filosófico mente-cuerpo o (atención) ALMA-cuerpo, según el cual los seres humanos somos un COMPUESTO de DOS SUSTANCIAS: “cosa pensante” y “cosa extensa”.

En la propuesta de Descartes, podemos dudar de la existencia de nuestro cuerpo −siguiendo el argumento del genio maligno que habría “tomado prestado” de santa Teresa, à la Nik−, y sin embargo estar seguros de la existencia de nuestra mente o alma.

Descartes argumenta del siguiente modo:

P1) Si puedo concebir la existencia de una cosa A en ausencia de otra, B, entonces A y B son realmente diferentes.
P2) Puedo concebir mi mente existiendo en ausencia de mi cuerpo.
Por tanto,
C) Mi mente es realmente diferente de mi cuerpo.

En la Segunda Meditación, solo se compromete con la existencia de lo interno a su experiencia, aquello sin lo cual esta no sería como es, y solo otorga ese rol a estados MENTALES. Podríamos equivocarnos respecto a que tenemos un cuerpo, NO a que tenemos sensaciones, deseos, etc.

Descartes describe la esencia de la mente o alma POR OPOSICIÓN a lo corporal, lo “extenso”. El problema es que, si el alma es la que PERCIBE el mundo, pero el alma no tiene un punto de vista, entonces no podría darse −como de hecho sucede− que la percepción esté siempre SITUADA

Es decir: en realidad es EL CUERPO el que percibe. No podemos describir la estructura misma de nuestra experiencia sin referirnos tácitamente al “punto cero” que es la localización del cuerpo: vemos las cosas desde arriba o abajo, cerca o lejos, respecto de esa referencia.

Esto es lo que hace que la premisa 2 del argumento de Descartes (“Puedo concebir mi mente existiendo en ausencia de mi cuerpo”) sea, cuanto menos, engañosa.

Si “suprimo” la corporalidad, lo que cae con ella no es UN OBJETO EN EL MUNDO, que podría desaparecer sin consecuencias para nuestras vivencias, sino que, al imaginar la percepción sin cuerpo, se empieza a caer (y luego se cae) toda la ESTRUCTURA de nuestra experiencia sensible.

En este sentido, la visión popular, “ingenua”, de Los Simpson sobre el alma como segundo cuerpo es más atinada (entendiendo “alma” como “mente”) que el dualismo cartesiano.

En esta pelea auspiciada por #ArgumentosEnUnaBaldosa con @ValeArvejita: Simpsons 1 – Descartes 0.

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