Hay un edificio que fue convento, universidad, prisión, ruina, plató y ahora es un jardín tallado y una carta de amor al Patrimonio.
Y allí se vivió una de las historias más bellas de la Guerra Civil.
En #LaBrasaTorrijos de hoy, las cien vidas del Parador de Alcalá.
HILO 👇
En una esquina de Alcalá de Henares, entre la calle Santo Tomás y la calle Colegios, hay una placa con una frase:
"Se puede morir por las ideas, nunca matar"
Y está dedicada Melchor Rodríguez García.
Es una placa modesta en una pared de enfoscado. Desde lejos casi no se ve, y sin embargo, cuenta una de las historias más emocionantes de la Guerra Civil. Una historia que se mezcla con la historia del edificio donde está colgada: el antiguo Colegio-Convento de Santo Tomás.
La historia del Colegio-Convento de Santo Tomás comienza a finales del XVI, cuando se construyó, para formar parte de la Universidad de Alcalá, una de las más antiguas de España.
El edificio era, efectivamente, un convento de frailes dominicos, pero también era un Colegio Menor; Institución concebida por el mismo Cisneros para que la universidad también llegase a clases más "populares".
En este plano se ve su ubicación en la ciudad antigua.
Tras la exclaustración a principios del XIX, (es decir, tras dejar de ser un edificio religioso), el convento fue adaptado como cuartel de caballería para, según dicen las crónicas, 150 hombres y 231 caballos.
El edificio cumplía su primera vida. Hay que imaginarse a 231 caballitos por aquí para entender lo que significaban esos cambios de uso.
(No, la foto no es de la época del cuartel)
La época de cuartel duró muy poco y ya en 1852, el antiguo convento pasó a ser prisión masculina.
Su nombre, sin embargo, era eufemístico: "Escuela Central de Reforma y Corrección Penitenciaria"
Donde en su momento hubo frailes universitarios y luego militares a caballo, ahora había presos. Primero quinientos, luego mil y luego llegó a haber más de mil quinientos.
El convento ya llevaba tres vidas. Y cuando fue cárcel, por sus muros pasaron unos cuantos presos muy conocidos: Juan March, el Lute y hasta "el divino" Ricardo Zamora, el portero del Real Madrid.
Sí, en serio.
De hecho, Zamora estaba en la cárcel de Alcalá el 8 de diciembre de 1936.
Miraba aterrorizado al otro lado de las rejas mientras una turba desatada intentaba asaltar la prisión para lincharle a él y a los otros 1531 presos que había en ese momento.
La tarde de ese 8 de diciembre, la aviación franquista había bombardeado Alcalá de Henarés haciendo estragos en la ciudad.
A lo que las milicias respondieron intentando fusilar y linchar a los presos de la prisión.
Entonces apareció Melchor Rodríguez.
La vida de Melchor Rodríguez da para película: un chaval muy pobre de Triana que fue torero y luego chapista y luego sindicalista y hasta fue el último alcalde republicano de Madrid.
Pero fue, sobre todo, un buen hombre: "Se puede morir por las ideas, pero nunca matar"
En el 36, Melchor Rodríguez era Delegado General de Prisiones y fue personalmente a la cárcel de Alcalá a enfrentarse a los milicianos. "Si queréis enfrentaros a los fascistas, ahí afuera está el frente, les dijo".
Se jugó la vida DURANTE HORAS, pero consiguió evitar la matanza.
Aparte de a Zamora, Melchor Rodríguez salvó a Bobby Deglané, a Serrano Súñer y hasta a los falangistas Rafael Sánchez Mazas y Raimundo Fernández-Cuesta, entre otros.
Melchor sobrevivió a la guerra pero nunca dejo de ser republicano ni anarquista. La dictadura franquista le aplicó la misma represión que a los demás vencidos, pese a lo que había hecho y, de hecho, pasó un año y medio de cárcel en 1947.
A Melchor Rodríguez se le llamó "el ángel Rojo". Vivió una vida tranquila y austera hasta su muerte en 1972.
A su entierro acudieron personalidades del movimiento anarquista y también de la Falange.
Y se cantó "A Las Barricadas" y "La Internacional". En la España de Franco.
En el entierro seguramente se recordó lo que pasó en la cárcel de Alcalá un 8 de diciembre de 1936.
El edificio aún funcionaba como cárcel, pero estaba ya muy deteriorado.
En 1981, el antiguo Colegio-Convento de Santo Tomás, Cuartel de Caballería, Presidió de Alcalá, cerró sus puertas.
Y se venció al abandono y la vandalización.
En 1996, el edificio fue comprado por la Dirección General de Patrimonio del Estado, entre otras cosas, porque Alcalá de Henarés iba a ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y era, digamos, dudoso que en medio de la ciudad hubiese un edificio vandalizado.
En esos años fue plató improvisado de la seria "Cuéntame", por cierto. Allí estaba el camión donde jugaba Carlitos.
A mediados de los 2000, se decidió ampliar el Parador de Alcalá que funcionaba al lado, en la antigua Hostería del Estudiante.
Para ello convocaron un concurso para la rehabilitación y ampliación.
El ganador del concurso fue el proyecto de Aranguren y Gallegos, que no es solo un proyecto precioso y un ejemplo de cómo debe hacerse una rehabilitación patrimonial.
Es, sencillamente, una carta de amor al Patrimonio y a la profesión de la arquitectura.
Aranguren y Gallegos son Mª José Aranguren y José González Gallegos. En el mundillo los conocemos como "Los Pepes" y son uno de los estudios que producen la arquitectura más sensible de este país.
Donde había lo de la izquierda, ahora hay lo de la derecha.
Donde había una iglesia con las bóvedas ennegrecidas, ahora está una de las piscinas más chulas en las que yo he estado. Pero respetando las bóvedas.
Y cuando hubo que construir un edificio de nueva planta, la nueva construcción NO TOCA el edificio antiguo.
Se acerca casi de puntillas y apenas lo roza con un suspiro que es una cubierta de vidrio.
Pero eso no es lo mejor. Lo mejor que han hecho los Pepes en el Parador de Alcalá fue darles la solución perfecta para las habitaciones.
El programa del nuevo edificio contemplaba 128 habitaciones. Muchas más que las que cabían en el antiguo Convento...
(...y aquí es donde se separa el grano de la paja. Donde la arquitectura se hace con cariño e inteligencia mayúsculas...)
Como en un lugar Patrimonio de la Humanidad no puedes levantar un edificio nuevo que sobresalga, la solución de los Pepes fue ENTERRAR las nuevas habitaciones bajo un jardín tallado.
Un jardín esculpido en arquitectura y horadado por patios que dan luz a cada habitación.
La maqueta ya adelantaba que la solución era monumental.
De hecho, y como se ve en la sección, el nuevo edificio ni siquiera sobresale de la tapia antigua.
Y en la foto aérea general vemos el tapiz de pasos y patios, de césped y bambú, QUE NO SOBRESALE.
Es una genialidad que pasa totalmente desapercibida desde la calle. Y eso es maravilloso.
El Parador de Alcalá lleva abierto desde 2009 y es una de la joyas de la corona de la red de Paradores.
De hecho, el proyecto estuvo expuesto en el MoMA de Nueva York como ejemplo de la nueva arquitectura española.
Y no es para menos, porque es una obra formidable y un ejemplo de sensibilidad con el Patrimonio.
Y una delicadísima muestra de respeto con todas las vidas, pasadas y futuras, que tiene un edificio.
Y con estas cuatro fotos que resumen muy bien el episodio de hoy, vamos a despedirnos del Convento de Santo Tomás, de Melchor Rodríguez, de los Pepes, del Parador de Alcalá y de #LaBrasaTorrijos de hoy.
Si os ha gustado, hacedme RTs, FAVs, follows o leedme a Cervantes!
Si queréis conocer más territorios improbables, todos los episodios de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este hilo de hilos de hilos:
Las imágenes del capítulo de hoy son de:
Paradores, rcbman, RTVE, Raimundo Pastor, Aranguren + Gallegos y una de un servidor (la azul de la piscina).
El episodio de #LaBrasaTorrijos de hoy es una colaboración con @paradores y, de corazón, ha sido un placer y un orgullo.
Porque, para mí, Paradores es una empresa fundamental para el patrimonio arquitectónico de España porque hace lo que hay que hacer con él: darle un uso.
Porque la mejor manera de respetar el patrimonio, la mejor manera de respetar un edificio antiguo y valioso, es hacer que la gente lo siga usando, que la gente lo siga viviendo.
Darle una nueva vida.
#LaBrasaTorrijos se escribe en directo todos los jueves desde el soleado barrio de Villaverde.
(Fin del HILO ⏳⏳⏳🏡🏨)
(Y en el episodio de la próxima semana vamos a viajar a la tierra de las fortalezas del Yin y el Yang)
Codas, avisos, erratas y erritas.
1. Ricardo Zamora, además del Madrid, fue portero de muchos otros equipos, el Atlético Aviación, el Celta, el Español.... Sin embargo, cuando le apresaron en el 36, era portero del Madrid.
Por cierto, durante la República, el Madrid era precisamente eso: el Madrid C.F. No era el Real Madrid porque no había rey.
2. Las habitaciones del jardín tallado dan a un patio muy agradable y están articuladas de tal manera que nunca tienes vista sobre otra habitación.
Y esta última foto para dar fe de que un edificio de decenas de miles de metros cuadrados se lee desde fuera como un jardín.
Esto es un ejemplo magnífico de cómo respetar un entorno arquitectónico patrimonial.
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