••• Natalia Monje ••• Profile picture
🔥🖤🔥 Los Santos Salvajes • Mala Cosecha • Narrativa siniestra, periodismo raro, café oscuro • Love the race but not to run •

May 9, 2021, 20 tweets

Esta señora se hizo pasar por enferma mental, mendiga y hasta delincuente. Todo, para colarse en manicomios, asilos, cárceles.
Se metió en muchos líos, pero así escribió algunas de las páginas más audaces del periodismo español.
Se hacía llamar Magda Donato, y esta es su historia

Magda, en realidad Carmen Nelken, nació en Madrid en 1898. A los 19 años comenzó a escribir en el periódico El Imparcial. Muy pronto se diferenció de todos.
A inicios de los 30s, ya en la redacción del Ahora, empezó a recorrer España contando las vidas de las mujeres corrientes.

En sus reportajes, los compañeros fotógrafos tenían el protagonismo que no se les daba en otros lugares.

Trabajar junto a ella debió ser un desafío maravilloso. Eso, seguro, también levantó ampollas... ¿Quizás alguien le deslizó un mensaje en la maquetación de alguna página?

En 1932 dio un giro espectacular. Inventó los ‘Reportajes Vividos’, periodismo gonzo 40 años antes del gonzo. Bajo identidades falsas, se infiltraba en morgues, reformatorios y cárceles. En el mundo del 'misterio’, en refugios de judíos. Nadie había hecho nada parecido en España

Se inspira en Cora Laparcerie, actriz francesa que además escribe crónicas, manchándose el uniforme.
De ella dice Marga: «Ha sido cochero (…), corista de ópera y ejerció multitud de oficios. Sus artículos tienen el doble interés de ser exactos y de haber sido vividos».

El primer reportaje vivido fue la serie ‘Un mes entre las locas’.

¿Os imagináis cómo era un manicomio en los años 30? Magda quería averiguarlo y contarlo.

Se las tuvo ingeniar para entrar de incógnito, para salir indemne y para pasar allí dentro todo un mes sin ser descubierta.

Pero, ¿cómo entrar en un manicomio?
Hay quien le promete un pase “para hacer unos reportajes preciosos.”
—Eso no— dice Magda
—¿Por qué?
—Porque estoy harta de leer reportajes superficiales, falsos y sensacionalistas. A lo único que aspiro es a hacerlo "desde dentro". Nada más.

Para eso, necesita vivir con las enfermas el tiempo que sea preciso. Una semana o un año.
Recurre a sus dotes de actriz y logra un certificado médico para ingresar como 'psicopática y nerviosa'.
"Ahora sólo te pido, Señor, que no sea tan difícil salir como fácil ha sido entrar”.

El 30 de enero del 32 ingresa en un manicomio de Madrid. No sabe qué se va a encontrar ni cuánto permanecerá allí.
Su valor se pone a prueba ya la primera noche:
"Duerma tranquila; si oye gritar, no se asuste; cualquier ruido que oiga, no se preocupe".
Y la encierran bajo llave.

Allí conoce a 87 mujeres arrinconadas y olvidadas. Doña Bernardita, que juega con muñecas como si estuvieran vivas. Doña Lucía, que colecciona y desmenuza periódicos. Doña Juanita, que no hace más que tejer jerseys que deshace en cuanto acaba.
Y Magda también tiene una manía...

Su 'manía' es hacer fotografías. Está terminantemente prohibido, pero ha colado una cámara en el sanatorio.

La oculta bajo la labor cuando borda, y en cuanto sus vigilantes se descuidan, la saca y dispara, “como quien caza una mosca al vuelo”.

Estas son algunas de sus imágenes.

Un día logra colarse en el espacio 'de 3ª': secreto, misérrimo, siempre cerrado. Allí atisba el horror de una figura que "apenas puede llamarse humana, y mucho menos aún pudiera llamarse femenina. Tiene la cabeza vuelta hacia la puerta y su mirada fija me hace retroceder".
Huye.

Pero, sobre todo, descubre a mujeres encerradas por “asuntillos de familia”, por dinero, por adulterio, por vergüenza, por venganza.

Magda, concienzudamente, escribe sobre ellas cada noche, en el breve momento antes de la llegada del guarda que la vigila hasta el amanecer.

Cierto que no la maltratan, como sospecha que sí harían en un manicomio gratuito. Pero el control, la vigilancia, los gritos en la noche, las disputas, el riesgo, la pena siempre, el sufrimiento de las otras...

Al cabo de un mes Magda ya no puede más: tiene que salir de allí.

Pero... cómo salir?
-Pidiéndolo? no lo verían como pérdida de determinación, voluntad y autocrítica?
-Diciendo la verdad? no la tomarían entonces por 'loca'? no la encerrarían en el pabellón de tercera?

Magda decide arriesgar: habla con el director del sanatorio y confiesa...

-Don J., yo les he engañado a ustedes. Yo, don J. ¡yo no estoy loca!

(os imagináis la reacción del director)

-Vaya! Como todas! Ya me parecía a mí que tardaba en decirlo!

Magda se explica. Quiere mostrar su carnet de prensa, pero… ¡no está! Ahora sí que teme que la aten!

Al final, sus compañeros del periódico aclaran la situación y Magda vuelve a la vida exterior.
Ahora tiene una certeza: el preso sale de la cárcel, el enfermo sale del hospital, el solitario sale de su aislamiento. Pero las mujeres del manicomio... ellas entran ahí para morir.

"He mirado a mis compañeras sin las gafas de
la ciencia y con mirada nada más -y nada
menos- que humana. Y así, he adquirido la convicción de que en su desgracia les falta lo que más
necesitan: comprensión", escribe.
La serie 'Un mes entre las locas' es un éxito automático.

Magda Donato se convierte en, probablemente, la más famosa periodista de España. Y este ha sido sólo el principio de un viaje que la llevará a entrar en morgues, cárceles, asilos, reformatorios y hasta al frente de guerra.
Pero esa ya es otra historia.
¿Queréis que os la cuente?

Si este hilo os ha gustado, no os vayáis muy lejos!
Estoy preparando más cosas sobre Magda Donato.
Os iré informando!
😉

Share this Scrolly Tale with your friends.

A Scrolly Tale is a new way to read Twitter threads with a more visually immersive experience.
Discover more beautiful Scrolly Tales like this.

Keep scrolling