Cosas asquerosas dentro de ti.
Por lo regular no ponemos atención en esos detalles de la vida, de los que por prudencia y vergüenza no se comenta. Pero en lo privado son tema de conversación entre amigos y sirven para enriquecer una charla de cantina entre caballeros. /1
Hay que aceptar que no podemos permanecer ajenos a nuestros humores, olores, secreciones y excretas. Son parte de nuestra naturaleza, una reafirmación persistente de nuestra animalidad. Hagamos un recorrido cultural por algunas de nuestras cosas más asquerosas y repugnantes: /2
Sudor
No necesita ser un verano caluroso ni tampoco una marcha a trote de 42 km. Nuestras glándulas sudoríparas intentarán mantener la temperatura corporal en su rango óptimo (37°C) a través de la transpiración. A veces el miedo y otras emociones pueden también hacernos sudar. /3
Como el día que esa belleza en el banco se te acercó mientras empapabas tu camisa como si estuvieras en el trópico. Un torrente de agua con amoniaco, urea, sales y azúcares escurría por los poros para evaporarse en contacto con el aire, dando un refrescante enfriamiento. /4
Claro, hay sitios que sudan más: tus sobacos, tu entrepierna, tus pies, tu cabeza, tus manos. ¿El sudor huele mal? No. El mal olor se genera por bacterias. Una persona común y corriente transpira unos 2.5 litros de agua al día, una razón para mantenernos hidratados. /5
Mocos
Seguramente recuerdas al entrenador del equipo alemán de futbol soccer, Joachim Low, capturado in fraganti mientras hurgaba en los contenidos de su nariz, mismos que posteriormente degustó frente a una audiencia televisiva calculada en los 2,200 millones de personas. /6
Lo que buscaba no eran oportunidades de gol sino una breve golosina con que calmar los nervios: mocos. Viscosos, a veces transparentes, otras verdosos o amarillentos, su sabor es variable. Dicen que son salados, aunque otros afirman que llegan a tener notas dulzonas o amargas. /7
Lo cierto es que el moco es un coctel químico de glicoproteínas, proteoglicanos, anticuerpos, enzimas y sustancias antisépticas que, al ser deglutidas en este acto denominado “mucofagia”, pueden ayudar a nuestro sistema inmunitario a generar anticuerpos de una manera segura. /8
Hay quienes defienden esta repugnante costumbre, por sus "beneficios de salud". Un buen pretexto para la próxima vez que estés esperando a que cambie el semáforo de color: es un momento excelente para reforzar nuestro sistema inmune. /9
Flatulencias
El que lo huele primero, ese fue, dicen para evitar reconocer responsabilidad en ese gas dentro del ascensor. Un pedo regular no debería tener olor: es 70 a un 90% nitrógeno gaseoso, mientras que entre un 10 a un 30% de dióxido de carbono. /10
También hay CH4, O2 e H2. Pero si ese día desayunaste una torta de huevo seguramente tus vecinos lo sabrán de forma desagradable. Ácido butírico (CH3CH2CH2COOH), sulfuro de hidrógeno (H2S) y disulfuro de carbono (CS2), encenderán las alarmas de sus receptores olfativos. /11
Las flatulencias son signo de buena salud, excepto cuando se originan por infecciones estomacales o por intolerancia a la lactosa. En promedio expulsamos entre 0.5 y 2 litros de gases al día, es decir, te avientas alrededor de unas 14 flatulencias en ese lapso de tiempo. /12
Excrementos y orina
150 g de excrementos al día, 4.5 kg al mes, 54 kg al año, es lo que en promedio depositas en el inodoro. Orinamos entre 0.4 y 2.5 L al día (al final de nuestra vida, habremos orinado +39,000 litros de orina, suficientes para llenar una pequeña alberca). /13
La composición de los excrementos es variable y depende de la edad del individuo, su dieta y salud. 75% es agua, y el resto son proteínas, grasas, alimentos no digeridos, fibra, residuos de jugos digestivos, células intestinales, bacterias muertas y sales inorgánicas. /14
La orina está compuesta principalmente por agua (95%), sales (2%) y 3% de urea y ácido úrico. Éstos últimos compuestos son los principales componentes provenientes del proceso de degradación de proteínas, que también genera creatinina, amonio, fósforo y cetosteróides. /15
De hecho, el alquimista alemán Hennig Brandt obtuvo a partir de su propia orina en 1669, fósforo blanco en lo que se reconoce como un evento histórico de aislamiento de este elemento en su forma pura, inmortalizado pictóricamente por Joseph Wright of Derby en 1771. /16
Cerilla o cerumen
Nadie niega la sensación placentera al limpiar con un hisopo nuestro canal auditivo. El cerumen producido por glándulas sebáceas y sudoríparas, es una mezcla de lípidos como el escualeno, el lanosterol y el colesterol y otros ácidos grasos de cadena larga. /17
Dichos ácidos grasos hacen hidrofóbico el canal auditivo y ayudan a repeler el agua. Su función principal es la lubricación del canal y la inhibición del crecimiento bacteriano. El pH de la cerilla es ácido (4.5); producimos suficiente en nuestra vida para hacer unas 5 velas. /18
Además, contiene aminoácidos, proteínas, iones minerales, enzimas, inmunoglobulina y anticuerpos y sustancias que ahuyentan a los insectos (que no dudarían de otra manera en penetrar a tu cráneo y alojarse en una cavidad húmeda, oscura y cómoda como la del oído). /19
Hay otras secreciones por mencionar. Hay un olor corporal asociado a nuestra química sanguínea, salud, y alimentación. Están los eructos, el mal aliento, el aroma de pies luego de un intenso día de trabajo. Pero como dice el ogro verde, “Mejor afuera que adentro”. Provecho.
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