Isabel Mellén Profile picture
Filósofa e historiadora del arte. Enseño en @UNED y @UNIZAR e investigo sobre arte con perspectiva de género. Podcasteando en @divulvadoras. #Tierradedamas

Jul 15, 2021, 19 tweets

Hoy en #CómoOcultaralasMujeresenlaHistoria os voy a hablar del misterioso caso de la parturienta de Alaiza, que ha sido identificada casi con cualquier cosa menos con una dama dando a luz. Conozcamos su triste historia y las barbaridades que se han dicho sobre ella. ⬇️

Esta dama pariendo es una de las representaciones que nos encontramos en las célebres pinturas de Alaiza, en las que se nos muestran escenas de la vida cotidiana de la nobleza local del siglo XII.

Entre los personajes que nos podemos encontrar allí hallamos caballeros, soldados a pie, peregrinos y, por supuesto, mujeres, muchas mujeres.

Otro día hablaremos con más detenimiento de ellas. Baste decir que se las distingue claramente porque llevan vestidos largos entallados y sobre todo por las tocas de su cabeza, una especie de sombreros altos que se ceñían con barbuquejo a la barbilla.

Las tocas muestran que se trata de mujeres de la nobleza casadas, eran un distintivo social que no dejaba lugar a dudas de la honra de las damas y que las hacía respetables a ojos de sus contemporáneos. Os dejo una imagen de la iglesia de Otazu para que las veáis con más detalle.

Pues bien, desde que se descubrieron las pinturas de Alaiza, hace casi 40 años, los estudios que han tratado de descifrar su significado generalmente han dejado de lado a las mujeres para centrarse en el papel de los hombres, sin dilucidar siquiera qué están haciendo estas damas.

Pero más grave es aun es el caso de la parturienta que nos ocupa, que ha sido víctima de lo que denominamos la estrategia nº 1 para la ocultación de las mujeres en la historia: identificar la imagen de una mujer con cualquier otra cosa para no tener que explicar su presencia.

Para que veáis que se trata claramente de una mujer pariendo (lleva toca) os pongo la imagen al revés. Se identifica hasta la cara (muy esquemática, claro) del bebé saliendo y debajo tenemos una palangana, que es uno de los objetos clásicos que se utilizaban en los partos.

En este caso, nos encontramos con un primer artículo titulado “Las pinturas del templo de Alaiza” en el que se identifica a esta mujer pariendo con… (¡atención a la imaginación que le echa el autor!)… un demonio cagando y esparciendo sus heces por el mundo.

No me lo invento. La prueba aquí.

Con algo menos de fantasía pero de forma igualmente desacertada, en este libro sobre las pinturas de Alaiza se da una nueva interpretación sobre esta figura.

Pero lejos de ver una parturienta, se identifica con un exhibicionista masculino, convirtiendo la cabeza del bebé que asoma entre las piernas ¡con un falo! ¡Esto sí que es falocentrismo! 🤣🤣

Esta es la versión que se recogerá más tarde en el libro “Pintura mural gótica en Álava”, en el que se justifica la versión del onanista masculino e incluso se le atribuyen rasgos simiescos fijando esta interpretación para la posterioridad...

...hasta que en la reciente investigación que he realizado en torno a las mujeres en el románico vasco he identificado a esta figura con una mujer pariendo, y por cierto que no es la única que aparece en el románico alavés, como esta de Gojain.

Como parturienta es como figura en la ficha que hemos realizado desde @AlavaMedieval sobre la iglesia de Alaiza, así la identificamos en nuestras visitas guiadas y así aparecerá publicado en artículos y libros que tenemos actualmente en preparación.
alavamedieval.com/iglesia-de-nue…

Denigrar a las mujeres embarazadas y en pleno parto o bien negando su presencia o bien identificándolas sin ningún tipo de tapujo con el pecado y el mal es, lamentablemente, un clásico en los estudios sobre el arte románico.

Negar mediante el discurso escrito la presencia de una parturienta en el interior de una iglesia del siglo XII no sólo invisibiliza a las mujeres, sino que resta importancia a uno de los actos más importantes y peligrosos para una dama medieval: el momento de dar a luz.

Si evitamos nombrar a la mujer parturienta así no tenemos que explicar que las mujeres se representaban a sí mismas en los templos, la radical importancia de los partos para dar perpetuidad al linaje y el poder que ello les daba a las damas medievales.

Así que ya sabéis, sospechad y mucho del discurso escrito, porque viene cargado de trampas destinadas a marginar a las mujeres en el relato de la historia.Seguiremos informando de más estrategias y casos reales de ocultación. ¡Hasta el próximo #CómoOcultaralasMujeresenlaHistoria!

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