Guillermo Nicieza Profile picture
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Nov 23, 2021, 9 tweets

Tal día como hoy, 23 de noviembre de 1248, el rey Axataf rendía la ciudad de Sevilla a manos del rey Fernando III el Santo de Castilla. Esta magna empresa se había podido realizar gracias al genio del almirante de Castilla, Ramón de Bonifaz, y a sus aguerridos marineros.

Los asedios por tierra en la era medieval podían ser muy largos y contumaces, y más si, como en el caso de Sevilla, la plaza podía ser auxiliada por tropas de refuerzo y víveres a través del río Guadalquivir. Así, hacerse con el control del río era imperioso tácticamente.

Ramón de Bonifaz armó una gran flota de galeras, naos y carracas en las Cuatro Villas de la Costa, reforzándose con hombres en Asturias y Galicia, para presentarse en la desembocadura del Guadalquivir con la intención de navegar hasta el corazón de Sevilla.

La escuadra castellana remontó el río con la inestimable ayuda de la caballería del rey y de las Cuatro Órdenes Militares, que limpiaron las orillas fluviales de tropas moras, cuya intención era incendiar las naves cristianas. Así, Bonifaz se presentó a la altura de Triana.

Triana era una arrabal fortificado con tropas moras que enviaba constantes refuerzos a Sevilla a través de un puente, siendo incapaces los cristianos con sus fuerzas de cercar por completo la plaza, a pesar del apoyo de Aragón. Bonifaz entendió que el puente debía ser destruido.

El puente estaba compuesto por barcas unidas con gruesas cadenas, lo que además impedía la navegación. Entonces, Bonifaz eligió a dos carracas de carga de su flota, las mayores y más pesadas, y ordenó que se situaran frente al puente en espera del viento y marea propicios.

Cuando subió la marea y empezó a soplar el viento, las dos carracas se lanzaron a toda vela sobre el puente, que aguantó la embestida de la primera, pero no pudo soportar la segunda, en la que iba el propio Bonifaz. El puente cayó y los cristianos cerraron el cerco sobre Sevilla.

Estrangulada la ciudad y sin posibilidad de recibir refuerzos, con la escuadra de Bonifaz bloqueando el Guadalquivir y expulsando a todas las saetías y galeras moras, la ciudad de Sevilla se rindió. Esto se inmortalizó en los escudos de las ciudades marineras que participaron.

La razón de tal honor, es que la mayor parte de las naves, marineros y soldados de la escuadra de Bonifaz habían sido construidos o reclutados en las villas marineras de Santander, Santoña, Laredo y Avilés. Y por eso en ellos se puede ver la hazaña representada.

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